Un Villarreal de dulce
El conjunto castellonense arrolla (3-0) de principio a fin a un Granada sin respuesta y duerme tercero en la tabla
La derrota del Villarreal ante el Betis cinco días atrás despertó incógnitas sobre si el buen arranque del conjunto amarillo era flor de un día. En el peor encuentro del equipo castellonense en su regreso a Primera, el Betis solo fue superior en el marcador, bendecido por la irregular actuación arbitral. Las dudas, sin embargo, no existían en el vestuario de El Madrigal. Y el Granada fue testigo, viéndose superado de principio a fin por un Villarreal de dulce, equipado para el trazo fuerte y la sutil pincelada, tan preciso como rápido.
Con cinco goles en contra, los mismos que el Barça y el Atlético, se presentó el Granada con la fama de equipo bien armado. Y se llevó tres tantos del feudo amarillo como pudieron ser seis. El conjunto nazarí no encontró antídoto a tanto veneno amarillo. Donde antes todo era sufrimiento, ahora es placer.
VILLARREAL, 3; GRANADA, 0
Villarreal: Asenjo; Mario, Musacchio, Dorado, Jokic; Aquino (Moi Gómez, m. 63), Pina (Trigueros, m. 82), Bruno, Cani; Giovani y Jonathan Pereira (Perbet, m. 70). No utilizados: Juan Carlos; Pantic, Pablo Íñiguez y Uche.
Granada: Roberto: Nyom, Diakhaté, Murillo, Brayan Angulo; Yebda, Iturra; Pereira (Foulquier, m. 71), Buonanotte, Brahimi (Ighalo, m. 56); y El-Arabi (Riki, m. 56). No utilizados: Karnezis; Mainz, Fran Rico y Campos Toro.
Goles: 1-0. M. 30. Bruno a pase de Cani. 2-0. M. 48. Giovani a centro de Jonathan Pereira. 3-0. M. 81. Pina a centro de Cani.
Árbitro: Hernández Hernández. Amonestó a Buonanotte.
Unos 18.000 espectadores en El Madrigal.
Cinco minutos le duró al Granada la presión adelantada. Hasta que el Villarreal se hizo con el esférico y le tocó replantearse sus intenciones. Fresco y dinámico, el equipo de Marcelino sorprendió sin embargo, por impreciso, dilapidando buenas acciones en el último pase o remate, como uno franco de Jonathan Pereira solo ante Roberto. El Granada bastante trabajo tenía con prestar atención a los desmarques de los jugadores amarillos y a los receptores.
El guion del encuentro marchaba según lo ideado por el Villarreal, superior a lo ancho y largo del tapete, frenado solo por su propia falta de finura llegado al área de Roberto. El portero nazarí y sus compañeros entendieron que había que ralentizar cada parón en el juego, eternizar la puesta en marcha del balón, siempre a pies de los amarillos. Media hora le duró al Granada su obligada apuesta defensiva. Hasta que apareció Cani, se hizo la pausa, asistió a Bruno y el capitán del Villarreal embocó a gol de un fuerte disparo de zurda desde fuera del área. Cani y Bruno, los dos mejores jugadores en este brillante inicio de temporada, los dos futbolistas que, comprometidos, lideraban al conjunto amarillo en Segunda, ponían en franquicia un marcador demasiado estrecho según lo acontecido en el césped. Con el Gol de Bruno la grada de El Madrigal recordó a Del Bosque que el de Artana merece un puesto en la selección.
Llegado al descanso, el Villarreal tenía la sensación que el resultado no era acorde con lo expuesto. Poco tardó en el equipo de Marcelino en aliviarse. A los cuatro minutos de la segunda mitad, una internada de Jonathan Pereira por el costado izquierdo y su posterior centro, fue rematado por Giovani con la puntera.
Con todo perdido, Lucas Alcaraz refrescó el ataque con Riki e Ighalo. La imagen de los sustituidos, Brahimi y El-Arabi, abandonando el campo a cámara lenta, reflejaban la depresión de un equipo que se vio inferior desde el minuto uno y que intentó con orgullo no marcharse del partido. Resultó en balde ante un rival excelso.
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