“La Liga va a ser complicada”

Cristiano salió del vestuario con el cráneo cubierto por una película de gomina y en el trayecto que conduce a su coche pronunció una frase banal, penetrante, o terrible, según cómo se interprete: “La Liga va a ser complicada”. En la calle Padre Damián, a las puertas del Bernabéu, un grupito de hombres desaforados gritaban consignas contradictorias. “¡Flo-ren-tino-di-mi-sión…!”, vociferaban unos. “¡Jo-sé-mou-ri-nho-jo-sé-mou-ri-nho…!”, clamaban otros. Parecían socios aturdidos. Incapaces de comprender que Florentino Pérez, el presidente, y José Mourinho, el mánager general, son las dos figuras indisolubles de una misma estrategia. Un proyecto que, de alguna manera, sigue su curso con Carlo Ancelotti de actor invitado.

El técnico italiano se subió a la nave cuando el timón estaba bloqueado y la proa apuntaba al huracán. Ancelotti debe reconducirla a base de persuasión con los jugadores, habilidad táctica, y componendas con Florentino Pérez, que traza las líneas maestras del plan. Su tarea es ingente. Lo llevaba escrito en el rostro congestionado, ayer tras el partido. Rojo, mordiéndose la lengua, hizo un gesto de fastidio antes de dar explicaciones. “Fue el mismo problema que hemos tenido antes”, dijo, para describir el origen del desastroso juego de su equipo. “El principio de las jugadas es lento y cuando el balón llega arriba no tenemos espacios para buscar una solución positiva. Cuando juegas contra un equipo con una buena organización defensiva es más difícil. Hemos encajado un gol y hemos perdido confianza. Esto nos complicó el partido”.

Cinco puntos perdidos en siete jornadas de Liga son un ritmo insoportable para conquistar la Liga. Le preguntaron a Ancelotti si su esquema, ese 4-4-2 que parece arcaico, resulta imposible de asimilar para estos futbolistas. “No creo que les cueste entender mis conceptos. Los han entendido al principio y ahora hay un momento difícil. Tengo la confianza de los jugadores. El sistema no es un problema. El problema es la velocidad del juego: con el balón y cuando defendemos”.

El problema es la velocidad del juego: con el balón y cuando defendemos Ancelotti, técnico del Madrid

Dicen los directivos que a Florentino Pérez no le gustan las cosas que ve. No le gusta ver a Khedira de titular, no le gusta que cambien a Illarramendi en el descanso, no le gusta que quiten a Isco cuando es preciso remontar, no le gusta que Di María siga siendo titular en detrimento de Bale… Ancelotti sabe que vive bajo el escrutinio del presidente. “El cambio de Isco no fue porque él jugara mal sino porque en ese punto del partido la única posibilidad para marcar era tirar centros. Por eso pensé en jugar con dos puntas”.

La justificación del cambio de Isco resultó esclarecedora y preocupante. El técnico vino a decir que sin Özil, vendido al Arsenal, a este Madrid ya no le queda más recurso para abrir una defensa cerrada que el balón a la olla. Panorama tan inquietante como en las seis jornadas anteriores, solo que en esta ocasión no hubo fortuna, ni accidentes favorables, ni adversarios depauperados. “¡No!”, replicó Ancelotti cuestionado sobre si la Liga se ponía cuesta arriba. “Este equipo lo ha hecho bien hasta la última semana. Hemos ganado todos los partidos, incluido el de Champions. Cinco puntos no son pocos pero la Liga es muy larga y tenemos tiempo de recuperar”.