Dos revanchas con la historia

El maratón baloncestístico de Eslovenia busca campeón: Lituania o Francia tomarán el testigo de la España bicampeona en 2009 y 2011. La cita, a medio camino entre la pasada batalla olímpica y la futura pelea mundialista, acumuló por lesiones o renuncias hasta medio centenar de ausencias relevantes que trastocaron jerarquías, encriptaron los pronósticos y diversificaron la candidatura al oro, pero al sprint final han llegado, posiblemente, los dos equipos con el repertorio más equilibrado y profundo.

La Lituania de Kalnietis frente a la Francia de Parker, los dos máximos anotadores y asistentes de sus respectivos equipos. La fibra de Batum contra la mística de Kleiza. La hormigonada batería de torres de Vincent Collet contra el veterano repertorio de bigardos de Kazlaukas. Dos equipos largos y anchos, potentes y talentosos, que buscan ajustar cuentas con el palmarés después años de negación.

A pesar de las ausencias de hasta siete jugadores en el puesto de pívot: Joakim Noah, Kévin Séraphin, Ali Traoré, Ludovic Vaty, Ronny Turiaf, Ian Mahinmi y Rudy Gobert, que faltaron en Eslovenia por diversas razones, Francia arropó a Parker con el mayor elenco de nbas del torneo, con Batum y Diaw a la cabeza. La apuesta ha encontrado como premio la segunda final consecutiva. Enfrente, Kazlaukas entregará la pizarra lituana a la brújula de Kalnietis, la inspiración de Kleiza, la fibra de Valanciuna y la capacidad de Pocius, Seibutis o Kuzminskas de arropar a su tropa de gigantes.

La final del Europeo de Suecia de 2003 era, hasta hoy, la última ocasión en la que Lituania había alcanzado el partido grande del torneo. Hace 10 años, los verdes derrotaron en aquel encuentro a la selección española (93-84), entrenada por Moncho López y liderada ya por los júniors de oro con Pau Gasol a la cabeza. De nada sirvieron ese día en el Stockholm Globe Arena de Estocolmo los 36 puntos y 12 rebotes de Pau en la que es una de las mejor actuaciones individuales de un internacional español. Aquel fue, hasta la fecha, el último de los tres oros europeos de Lituania, que suma además una plata y un bronce para un total de cinco medallas.

Con dos platas y cinco bronces, Francia intentará, por fin, asaltar el trono europeo de la canasta en su segunda final consecutiva y tras haber tumbado a España, su particular bestia roja que le había apartado de la lucha por el oro en los cuartos del Eurobasket de 2009 (86-66), en la final de la cita continental de 2011 (96-69) y en los cuartos de los Juegos Olímpicos de Londres (66-59).

El título europeo es el anhelo de la mejor generación de la historia del baloncesto francés y de su líder y capitán, Tony Parker. Tres veces campeón de la NBA, subcampeón del Eurobasket 2011, medalla de bronce del Eurobasket 2005, medalla de oro del Europeo sub-18 del año 2000, MVP de las finales de la NBA en 2007, cinco veces all-star y mejor jugador del Europeo sub-18 que ganó su selección, es su lustroso expediente que, sin embargo, tiene la cuenta pendiente de una gran corona con Francia.

No va más en la ruleta final. Un país que vive por y para el baloncesto y ha tardado una década en escalar de nuevo hasta la cima. Un jugador que lleva una vida buscando escuchar La Marsellesa al término de una final. Lituania frente a la Francia de Tony Parker. Esta noche en el Sotozice Arena de Liublina una de las dos revanchas saldará su cuenta con el destino y la enciclopedia.