Sacando brillo al bronce
España busca superar el desencanto y aprender la lección de 2005 para alcanzar frente a Croacia su 15ª medalla en categoría absoluta masculina
Coleccionista habitual de metales preciosos en los tres últimos lustros, a España le tocará en esta ocasión batirse el cobre en busca del bronce europeo. En la última década, su década dorada, la selección española acumula tres oros y cuatro platas en su palmarés tras jugar siete de las 10 grandes finales disputadas hasta la fecha entre Europeos, Mundiales y Juegos Olímpicos. Solo se había perdido el partido por el oro en la cita olímpica de Atenas 2004 (7º puesto), en el Eurobasket de 2005 (4º) y en el Mundial de 2010 (5º). En Eslovenia, el conjunto de Orenga buscará un tercer puesto que supondría la 15ª medalla en categoría absoluta del baloncesto español masculino.
Enfrente espera Croacia (17.30, Cuatro). Las circunstancias han deparado para España un calendario capicúa y cerrará el maratoniano torneo jugando contra el mismo equipo con el que lo comenzó el pasado día 4 en Celje con un contundente triunfo (68-40). Desde aquel primer día: seis victorias –ante Croacia, República Checa, Polonia, Georgia, Finlandia y Serbia- y cuatro derrotas –frente a Eslovenia, Grecia, Italia y Francia- figuran en el irregular expediente de los de Orenga por las ocho victorias y dos derrotas del conjunto de Repesa, espoleado tras la tunda inicial hasta que Lituania les frenó en semifinales.
Hace unos años luchar por un bronce era un exitazo y ahora parece que es poco” Alex Mumbrú
“Hace unos años luchar por un bronce era un exitazo y ahora parece que es poco”, señaló en la víspera Álex Mumbrú, que compareció ante los medios junto a José Manuel Calderón. Intentando gestionar el desencanto por la derrota en semifinales ante Francia, dos de los veteranos del grupo –los únicos junto a Germán Gabriel que superan la treintena- apostaron por la “ambición” del grupo para “levantarse” en busca de una medalla “que muchos otros equipos no consiguen nunca”. “No nos vamos a relajar. Hay que lograr este bronce como sea”, afirmó Calderón que rememoró con desencanto la última ocasión en la que España disputó el partido por el tercer y cuarto puesto. “Recuerdo que en 2005 no supimos afrontarlo. Se perdió mal y me arrepiento mucho de no haber logrado una medalla más para esta generación. Ahora queremos acabar bien. Igual no brilla tanto, pero es un bronce”.
Hace ocho años en el Eurobasket de Serbia, la Alemania de Nowitzki descabalgó de la lucha por el oro a España, como ahora sin Pau Gasol –obligado por los Memphis Grizzlies a renunciar al campeonato-, y el conjunto dirigido entonces por Mario Pesquera se encontró con Francia en el partido por la tercera plaza del podio. El chasco por la derrota en semifinales y los problemas físicos que arrastraba el equipo dieron paso a una descompresión que los galos, liderados ya entonces por un jovenzuelo Parker de 23 años, aprovecharon para recrearse. Francia, que hacía 46 años que no conseguía una medalla en un Eurobasket (Turquía 1959), arrolló a la selección española (98-68). Aquel zarandeo acabaría por costarle el puesto al seleccionador, Mario Pesquera.
“Ante Croacia no puede repetirse aquello”, sentencia Calderón. “Para ellos igual el bronce es más oro, pero para nosotros también vale mucho”. Croacia inició su andadura competitiva como nación independiente en los Juegos de Barcelona 92, colgándose la plata tras caer en la final olímpica ante el legendario Dream Team estadounidense. Después llegaron los bronces en el Europeo de 1993, en el Mundial de 1994 y, de nuevo, en el Eurobasket de 1995. Pero ahí se abrió un páramo en su enciclopedia que, 18 años después, intentarán reverdecer en Eslovenia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.