_
_
_
_

El abuelo se pone farruco

Chris Horner se queda a tres segundos del líder, Nibali, en la etapa que ganó el bielorruso Vasil Kiryienka

Horner, en Peña Cabarga, a su llegada a la meta.
Horner, en Peña Cabarga, a su llegada a la meta.Javier Lizon (EFE)

El telonero fue de lujo. Vasil Kiryienka no es un secundario cualquiera. Tiene obra publicada con dos victorias en el Giro y una medalla de bronce en el Mundial contrarreloj de 2012. Su ascensión a Peña Cabarga fue un ejercicio sudoroso pero constante, sabiendo mover los desarrollos, el cuerpo y la bicicleta. Pero el artista principal, el concertista de lujo, fue Horner, el ciclista de los 41 años que en apenas mes y medio cumplirá 42, y que presuntamente acudía con espíritu cicloturista y resulta que puntea la bicicleta como Keith Richards puntea la guitarra: de forma enérgica, constante y sutil. Ayer le faltaron tres acordes, tres segundos, para volver a vestir el maillot rojo que Nibali mantuvo sujetando el manillar con los dientes, mientras veía como Purito Rodríguez y Valverde, desde atrás, le hacían sombra y le nublaban la vista.

CLASIFICACIONES

ETAPA

1. Vasil Kiryienka (BLR/Sky) 4h.46:48
2. Chris Anker Sörensen (DIN/Saxo-Tinkoff) a 28
3. Adam Hansen (AUS/Lotto Belisol) a 01:18
4. Martin Kohler (SUI/BMC) a 01:34
5. Egoi Martínez (ESP/Euskaltel Euskadi) a 01:42
6. Chris Horner (EEUU/Radioshack) a 01:53
7. Amets Txurruka (ESP/CajaRural) a 02:02
8. Joaquín Rodríguez (ESP/Katusha) a 02:13
9. Alejandro Valverde (ESP/Movistar) a 02:14
10. Vincenzo Nibali (ITA/Astana) a 02:18

GENERAL

1. Vincenzo Nibali (ITA/Astana) 73h.39:35
2. Christopher Horner (USA/RadioShack) a 3
3. Alejandro Valverde (ESP/Movistar) a 01:09
4. Joaquim Rodríguez (ESP/Katusha) a 02:24
5. Nicolas Roche (IRL/Saxo-Tinkoff) a 03:43
6. Domenico Pozzovivo (ITA/AG2R) a 05:44
7. Thibaut Pinot (FRA/FDJ) a 06:14
8. Leopold Konig (CZE/NetApp-Endura) a 06:35
9. Samuel Sánchez (ESP/Euskaltel) a 07:51
10. Tanel Kangert (EST/Astana) a 10:52

La Vuelta, a falta de dos etapas y un paseo, de tantos y tantos kilómetros, puertos, desniveles, calores y fríos, lluvias, lloviznas, chaparrones, empieza de nuevo. Tres segundos tras 18 etapas es como un guiño travieso del destino. Una jugarreta. Y juguetón es Horner, con esa cadencia de pedaleo, cimbreando sus 41 años sobre la bicicleta, huyendo del sillín, arqueando los brazos, la cabeza dirigiendo la trayectoria. Parece que el abuelo se come la carretera y parece que hoy por hoy es el más fuerte. Su peso es el que da la báscula. No tiene ni un gramo de más en cuanto a presión, exigencia de ganar, necesidad de ganar. Lo suyo es pura diversión.

Así que con un telonero de lujo y un guitarrista tan acreditado como inesperado, el concierto de Peña Cabarga fue espectacular, variado, con aires vintage, pero rotundo. Kiryienka subió las duras rampas finales de Peña Cabarga como lo hacen los poderosos rodadores. Sus casi 70 kilos, sus piernas anchas y musculosas, sentados en la bicicleta, ascendían como quien rueda. Atrás quedaba su alma de pistard con la que debutó en el ciclismo y a sus 32 años homenajeaba la potencia de los rodadores. Había formado parte de la fuga de 15 hombres que huyeron de pelotón en el kilómetro 18 y alcanzaron 10 minutos de ventaja en un pis-pas. Los altos de 3ª que serpenteaban la carretera fueron tránsitos amables, pero envenenados, cuando ya las piernas suman tanto cansancio acumulado. Pero en el Alto del Caracol, la cosa se ponía seria. A Valverde el dichoso Caracol le enreda el sueño desde que un despiste le eliminó de la Vuelta en 2008. Y es que Peña Cabarga tiene un ánimo justiciero. Ahí entre los montes cántabros, junto a las vacas tudancas, siempre pasa algo. Por ahí se enredó Valverde con un chubasquero y se desconectó de la Vuelta. Ahí Igor Antón se cayó en una recta cuando ya casi ponían su nombre en el ramo de flores de Madrid en 2010. Y ahí Juanjo Cobo resistió los ataques brutales de Froome en 2011.

El estadounidense, de 41 años, se come la carretera y hoy por hoy es el más fuerte

Ahí, en el Alto del Caracol, se rompió la formación del grupo de fugados y después emergió la figura de Kiryienka, que saludó y se marchó en busca del placer de sufrir cuando te anuncian la gloria. Lo suyo fue un tránsito casi heroico. La carrera, resuelta por delante, estaba por atrás, con los protagonistas afinando los instrumentos para la canción final en Peña Cabarga, y en sus dos últimos kilómetros. Se esperaba el ataque de todos contra todos, es decir, cuatro contra cuatro. Pero la última canción la interpretó Horner, tras aguantar el ataque desmelenado del Katusha, impulsado por Dani Moreno y seguido por Purito Rodríguez. El americano se agarró al manillar, aireó los sobacos, levantó el culo del sillín y mirando al frente, sin descanso ni desmayo, supero a uno, a otro, al otro, es decir, a sus rivales en esta partida de póker en la que se ha convertido la carrera. Y tiró para la meta. Cuando llego, cansado pero impasible, le habían faltado tres segundos para vestir de rojo. Le habían faltado también las bonificaciones porque aquella fuga que consintieron —de la que surgió la enorme figura de Kiryienka— se intercaló por el camino con algunos de aquellos supervivientes.

Da igual. El abuelo demostró que su discurso es rotundo, bien escrito y articulado. Le quedan dos días y siete puertos de montaña para demostrar que la arruga puede ser bella. Aunque a decir verdad, no tiene ni una arruga en la cara, salvo cuando se ríe, que es a menudo. Su ascensión fue impresionante y sobre todo impresionó a sus rivales. Ahora es el vencedor moral pero su utopía está a punto de convertir los imposibles en algo posible. El Naranco, ahora, le va a las mil maravillas. L´Angliru no le va bien a nadie. Los grandes puertos, más que el estilo (sentado o de pie), ponen a prueba la capacidad de sufrimiento. Y el viejo zorro sabe que para cazar hay que sufrir. Y por eso se pone farruco.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_