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Los atajos del Barça

El técnico Martino reclama que, nada más recuperar la pelota, se haga un desplazamiento de balón de 30 metros Busquets incide más en el cambio de orientación y el pase vertical

Jordi Quixano
Busquets trata de quitarle el balón a Juanfran.
Busquets trata de quitarle el balón a Juanfran.JOSEP LAGO (AFP)

Para Tata Martino era primordial recobrar la presión adelantada, la capacidad de reducir el ataque a escasos metros. Eso fue lo que manifestó el día que se presentó en sociedad azulgrana, el día que advirtió de que para ganar había que volver a correr. “Es que cuando perdimos eso, perdimos las diferencias con los demás”, admitió hace un par de semanas Alves. También subrayó el técnico que quería —idea más revulsiva porque lo intentó Guardiola sin éxito cuando fichó a Chigrinski e Ibrahimovic— mezclar el juego corto con el largo, descontar rivales con pases directos. Lo que no explicó Martino, sin embargo, es cuándo incidir con este tipo de desplazamientos. “El entrenador pide que la defensa suelte un pase de 30 metros nada más recuperar el balón. Y siempre al lado contrario”, explican desde el Barça; “con eso, se consigue que la zaga rival no se haya recompuesto a tiempo y se pueda llegar con rapidez al marco contrario”. Todo un atajo contra la retórica.

La argucia táctica, que también aplicó cuando dirigió a Newell’s en Argentina —por más que los laterales no subieran y se dieran más desplazamientos de lado a lado—, ya le ha dado algún que otro rédito al Barcelona en forma de goles, pero sobre todo en capacidad de sorpresa. Y desde el vestuario aseguran que todo llegará. “Este tipo de ataque puede irle de maravillas a Iniesta, Neymar y Messi, futbolistas que tienen técnica para controlar el balón orientado y hacer una conducción bien rápida para encarar al defensa o portero”, aseguran del Barça; “y a Cesc, que está acostumbrado al vértigo”. Los jugadores también lo tienen claro: “Ya lo dirán las estadísticas, pero estos desplazamientos pueden hacer daño y con Martino los probamos más a menudo”, conviene Mascherano. “La idea es ser rápido y preciso porque es un ataque sorpresa; por mucho que se espere, no se puede corregir a tiempo”, abunda Piqué. Pero para que funcione, tienen que tener las líneas de presión adelantadas.

“Estos ataques casan con Iniesta, Neymar, Cesc y Messi, jugadores rápidos con técnica”

Esenciales en los desplazamientos los dos centrales, toda vez que los laterales están a menudo ya en campo ajeno, la otra pieza capital para la distribución en largo es Busquets. No es necesario que se realice para modelar un contragolpe, sino que basta con que se utilice para descongestionar el juego. “Y nadie como Busi, que con un pase soluciona los problemas”, explican del Barça. “Es lo que solicita Martino y por eso Busquets prueba más pases largos”, constata Mascherano. “Tiene mucha calidad para hacerlos”, interviene Piqué; “siempre juega con el cuello girado porque aparece en todos lados, pero también disfruta con los cambios de orientación, pases verticales… Al fin y al cabo, era delantero y sabe lo que es atacar”.

El partido contra el Levante es el mejor de los ejemplos para explicar las dos variantes tácticas de Martino. No solo Mascherano recuperó y asistió al costado de inmediato en el primer gol, sino que Busquets fue la raíz del segundo y cuarto con gol con pases verticales. Primero, conectó por arriba con Cesc, que durmió el cuero con el pecho para que Messi marcara; y después, rompió una línea de presión con el pase sobre Messi, que se la tiró a Pedro para que resolviera. Frente al Málaga, Busquets descansó, pero ante el Atlético, en la vuelta de la Supercopa, a punto estuvo Messi de finalizar un pase suyo de entrelíneas, una asistencia diagonal al área que solo el cuerpo de Filipe Luis acertó a desviar.

Son dos novedades a falta de cuajar, sobre todo porque durante el último lustro, tanto con Guardiola como Tito —aunque jugara un poco más directo— se imponía la pausa, el ataque largo hasta encontrar la rendija. Martino, sin embargo, tiene más prisa por llegar al marco rival.

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