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El Barça se bate con la historia

Milan, Ajax y Celtic, todos excampeones europeos que viven momentos bajos

Jordi Quixano
Bojan Krkic intenta un regate ante Hocher, del Roda, el pasado día 2.
Bojan Krkic intenta un regate ante Hocher, del Roda, el pasado día 2.Olaf Kraak (efe)

Para el Barça esta Champions tiene aroma a historia, fútbol engalanado y de claqué, también a viejos conocidos y hasta tradición, por más que sus rivales no pasen por sus mejores momentos, ya lejos de los laureles internacionales. El grupo remite a Europa y a dominación, toda vez que el Celtic, espoleado por el eléctrico Jimmy Johnstone, hizo el triplete (Liga, Copa y Copa de Europa) en 1967, el primer club en conseguirlo. Le imitó en 1972 el Ajax de Stefan Kovacs en el banquillo y Cruyff en el césped. Y, aunque no logró su trébol, el Milan de Sacchi dejó a finales de los 80 una huella imborrable con la presión adelantada y el fútbol total de los holandeses Gullit, Rijkaard y Van Basten, una guinda a un club glorificado con siete Orejonas,solo por detrás del Madrid (9).

Suman entre los clubes del grupo 16 Copas de Europa (cuatro el Barça y el Ajax y una del Celtic), un cartel más sonoro que peligroso. “Conocemos al Milan y jugamos ante el Celtic la pasada campaña. Y el Ajax es un equipo con mucha historia. Son difíciles y se van a ver partidos muy lindos”, expuso Messi desde el Foro Grimaldi de Mónaco, en la entrega de premios de la UEFA.

Balotelli, del Milán, celebra un gol al Palermo en liga.
Balotelli, del Milán, celebra un gol al Palermo en liga.ALESSANDRO GAROFALO (REUTERS)

Milan.

Rival habitual porque se han medido en tres ocasiones en los dos últimos cursos, con una remontada épica (2-0 y 4-0) el año anterior, el Barça conoce de sobra al Milan, que practica un fútbol de vértigo, fiado a la puntería de sus puntas, conforme con su papel de club grande con juego de pequeño. Ensamblado en la guarida, pelotazo al contragolpe y remate puntual.

Es el equipo de Allegri todo un desequilibrio, con el meta Abbiati irregular y con arrugas, con una defensa floja hasta el punto de que los centrales Zapata y Mexès hacen aguas y no les queda otra que tirar al efervescente De Sciglio a la izquierda para dar cabida a Abate en la derecha. Coge cierto color el Milan, sin embargo, en el eje con Montolivo y De Jong, seguramente aliñados con Boateng, mucho músculo y poco toque, excelentes piernas para la contra. Y arriba, toda vez que anoche se cerró el fichaje del delantero Matri (Juventus), el equipo podría alinear a Balotelli y el nuevo fichaje en la punta de ataque, ambos arietes por definición, y a El Shaarawy un pelo retrasado, de trampolín y espoleta ocasional.

El toque del Ajax.

Una propuesta más atildada ofrece el equipo de Frank de Boer, que, sin embargo, carece de dinamita. Excesivamente tibio en defensa, lejos de mostrarse competitivo y agresivo, el técnico plantea el obligado—herencia histórica subrayada por la teoría cruyffista— 4-3-3 con la idea de salir desde atrás con pases limpios y dinámicos, con Eriksen como catapulta para dar sentido y peligrosidad a las ofensivas. Queda por ver, en cualquier caso, que Eriksen continúe en el club, tentado por el Tottenham como sugieren los rotativos británicos.

Arriba hay variedad, con el quiebro de Bojan —cedido por el Barça—, la velocidad de Fischer y el remate del corpulento islandés Sigthórsson, tan cómodo en el área como torpe fuera de ella.

El mismo Celtic de siempre.

El conjunto escocés expresa el fútbol más primitivo, brusco y directo, físico a más no poder y excelente a balón parado. Tiene gancho y así lo demostraron el año pasado en la fase de grupos (2-1 en Celtic Park e idéntico resultado en el Camp Nou con un gol sobre la bocina de Messi). Pero el Celtic ha perdido fiereza en el mercado invernal, definido últimamente como el Oporto del norte por su capacidad para comprar barato y vender caro. Así, sin deudas, ha desmontado la columna vertebral del equipo con los traspasos de Wanyama (al Southampton por 14 millones de euros), Hooper (al Norwich por 5,8) y Wilson (al Nottingham Forest por 2,3).

Por lo que el entrenador Neil Lennon deberá contar de nuevo con las paradas de Forster y exprimir al extremo Boerrighter y quizá a Pukki, jugador del Schalke a punto de ser un bhoy. “Es el grupo más difícil que nos podía tocar, pero estamos muy ilusionados”, convino Lennon. Más conformes parecen estar en el Barça, como admitió el director deportivo Andoni Zubizarreta: “Este grupo quizá es más fácil que otros, pero al final decide el balón”.

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