Sara para y el Betis remata

El Betis suele sentirse cómodo en el intercambio de golpes. La monotonía no va con su entrenador, Pepe Mel, partidario de cambiar a su gente de arriba pese a que su defensa, esta tarde, hacía agua por todas partes. El portero argentino Sara, cedido por el Club Atlético de Rafaela, se presentó con honores ante la sociedad bética: evitó media docena de goles del Jablonec con intervenciones de todo tipo. Y entonces el Betis sacó lustre a su vertiginoso ataque. Primero golpeó Jorge Molina y después Cedrick, que alborotó la zaga checa toda la tarde. Los cambios de Mel (Chuli, Matilla y Juan Carlos) remataron al voluntarioso Jablonec, a la espera de la sentencia la próxima semana en Sevilla, cuando el Betis confía en volver a Europa —como “grande de España”, según lo definió Pepe Mel—siete años después.

El técnico madrileño se relamió al ver por un extremo a Vadillo y por el otro a Cedrick. Se lo agradeció Jorge Molina, principal beneficiado de los centros desde las alas. Aunque su gol tuvo otra procedencia: un pase largo y preciso de Nacho desde el medio del campo. El lateral izquierdo tenía la bota afilada y le puso el balón a Molina botando delante del portero Spit. El primer tiro de Molina fue al bulto, pero le cayó el rebote antes de marcar.

La improvisada defensa del Betis —Steinhöfer, Perquis, Paulao y Nacho— resultó una invitación al fracaso: tiraba mal fuera de juego y dejaba espacios gigantescos. Empató Kopic con la zurda y el portero argentino Sara hubo de emplearse a fondo: manos y pies como aspas, parando disparos a bocajarro. Lo dejaban vendido sus compañeros. El técnico checo, Roman Skuhravy, no podía creer las ocasiones perdidas. De poder evitarlo, Mel no repetirá esta retaguardia.

Pero aún así prefirió refrescar el ataque (entró Chuli por Vadillo) y el eje (Matilla por Xavi Torres). El exjugador del Recreativo reactivó la profundidad del cuadro bético, aunque errara en un par de remates francos ante la meta de Spit. Mel siguió agitando el árbol ofensivo, insistiendo en que su equipo debía sentenciar la eliminatoria. Lo impulsó otra de las novedades del último tramo, el zurdo Juan Carlos ubicado en el extremo derecho. Desde allí arrancó en diagonal hacia la portería checa. Disparó raso, sin apenas potencia, pero se encontró con el rechace del meta Spit. Un despeje corto y hacia el centro del área solo esperaba que alguien, el más rápido de la clase (Cedrick), lo embocara en el arco. Los errores de Spit frente a los aciertos de Sara. Ahí cimentó el Betis su victoria.