Sufre el Madrid y sufre Casillas
Con el capitán en el banquillo, un gol de Isco en el minuto 86 evita el primer fiasco del equipo blanco ante un Betis que le exigió de lo lindo
No está del todo enhebrado el Real Madrid, que arrancó en la Liga con menos fuelle que en la pretemporada. Sin la exuberancia mostrada en Estados Unidos, el equipo estuvo espeso hasta que metió una marcha más en el segundo tiempo, cuando ya tenía constancia de sobra de que el Betis no estaba para el paseíllo. Primero sufrió de lo lindo para contener las acometidas de los verdiblancos, que se adelantaron con un gol de Jorge Molina y luego padeció para imponerse en ataque. No lo consiguió hasta el último suspiro, cuando Isco, asistente en el empate de Benzema, logró un virtuoso cabezazo para sellar la victoria. Y de principio a fin, con Iker Casillas de espectador en el banquillo. Por ahora, para nada ha cambiado la vida del capitán. Un primer mensaje de Carlo Ancelotti, ya sea como guiño de autoridad o porque realmente tiene una preferencia inicial por un portero como Diego López. En otros muchos aspectos el Madrid también recordó al del inicio del último curso, poco consistente y sin una hoja de ruta cristalina.
R. MADRID, 2 - BETIS, 1
Real Madrid: Diego López; Carvajal, Pepe, Ramos, Marcelo; Khedira (Casemiro, m. 54), Modric; Özil (Di María, m. 69), Isco, Cristiano; y Benzema (Morata, m. 80). No utilizados; Casillas; Arbeloa, Nacho, Kaká.
Betis: Andersen; Chica, Perquis, Paulao, Nacho; Matilla, Nosa; Juanfran (Vadillo, m. 70), Verdú (Braian Rodríguez, m. 78), Cedrick (J. Carlos, m. 61) y Molina; Guillermo Sara; Steinhöfer, X. Torres y J. Figueras.
Goles: 0-1. M. 13. Jorge Molina, cruza con el interior, a pase de Cedrick. 1-1. M. 29. Benzema, de fuerte disparo tras un gran pase de Isco. 2-1. M. 86. Isco, de cabeza, a pase de Marcelo.
Árbitro: Gil Manzano. Amonestó a Matilla, Modric y Nosa.
S. Bernabéu: 75.000 espectadores.
Ancelotti parece más partidario de lo fino que de lo grueso y por ello ha juntado a Özil, Modric e Isco, con Khedira de escudo, en el papel habitual de Xabi Alonso. Un medio campo más delicado, más de toque, pero el equipo no supo defenderse. Con ese molde de centrocampista se puede defender con la pelota mayoritariamente en propiedad y con un blindaje solidario cuando el rival rescata el balón. Como no son jugadores de largo recorrido conviene elevar la presión sobre la salida de la pelota del adversario para rebajar los esfuerzos. Nada de ello hizo el Madrid del primer acto, descosido y con un enorme boquete en el eje. Bien que lo aprovechó el Betis, con Matilla, Nosa y Verdú siempre en superioridad frente a Khedira. Con Pepe Mel, los verdiblancos son un conjunto descarado, nada de arrugarse, así que hicieron padecer, y mucho, al Madrid.
Con su ataque en perpetuo fuera de juego, en buena medida por la poca aplicación de Benzema, tantas veces ensimismado en su mundo, los madridistas se vieron muy apurados en la zaga. Tras un cabezazo estupendo de Jorge Molina con una respuesta igual de magnífica de Diego López, llegaron los azotes de Cedrick, un congoleño de 21 años llegado al Betis desde el Numancia ¡por 1,20 euros! Medio Bolt con botas, un rayo. El debutante en Primera abrió gas ante Sergio Ramos, al que dejó a varias cuadras, y su asistencia permitió hacer bingo a Jorge Molina. Sin respiro, pocos minutos después, el africano también sacó de rueda a Carvajal y dejó a Verdú de cara con el gol, pero el exjugador del Espanyol remató alto. El Betis copaba todas las escenas.
El equipo de Ancelotti se defendió mal en el primer tiempo, con un boquete en medio campo
Carvajal, al que le cuesta defender mucho más que atacar, apenas tuvo socorro con Cedrick. Özil e Isco no son futbolistas que remen hacia atrás, no están adiestrados para el combate físico y tampoco están a gusto tirados a un costado. Uno y otro tendrán que buscar el plano adecuado. Si el malagueño estuvo algo intermitente, al alemán se le vio aislado, sin el protagonismo que él necesita para ser productivo. En el estreno liguero prevaleció la versión melancólica de Özil, relevado por Di María ya en el segundo tramo.
Lozano el Betis, el Madrid encontró sosiego cuando logró tejer una jugada geométrica, más propia de la partitura que presagiaba para este curso. De costa a costa, todos sus actores de ataque movieron la pelota con mucho tino y a muy buen ritmo. Hasta Isco conectó con Benzema en el primer desmarque legal del francés. El ariete superó a Andersen con un latigazo con la zurda. Ni el gol impidió que la gente le despidiera con viento fresco cuando fue sustituido por Morata. Sin Higuaín en el cogote y con Zidane para la mecedora, la hinchada confía en un Benzema con menos morriña. En partidos de enredo, como el de anoche, la afición reclama un voltaje que no tiene el galo.
Carvajal y sus colegas de zaga sudaron ante Cedrick, jugador que ha costado 1,20 euros
El empate local no alteró el rumbo del choque hasta el segundo tiempo. Antes, Nosa, tras un córner lanzado por Verdú, reventó el larguero con un cabezazo con dinamita. El nigeriano remató mientras le echaba un vistazo Carvajal, muy tibio en su regreso a Chamartín. Otro despiste suyo a punto estuvo de aprovecharlo Cedrick, que reclamó un empujón del madridista cuando ya le había ganado el terreno justo para rematar. De susto en susto, el Madrid se fue al descanso. Su segundo capítulo ya fue otra cosa.
Los blancos subieron de marcha en el segundo acto, con Cristiano y Marcelo muy activos
Sin un juego para enmarcar, tras el intermedio el grupo de Ancelotti ganó en intensidad, tuvo al menos mordida, lo que hizo achicarse al Betis más de lo que hubiera querido. Minuto a minuto, el Madrid, más gremial, obligó a su adversario a meterse en la trinchera. Se enchufó Cristiano Ronaldo, muy activo en este acto, y Marcelo se convirtió en una amenaza constante por la orilla izquierda. El Betis perdió de vista a Diego López y los focos fueron para Andersen. Con otra pujanza, el Madrid flirteó con el gol hasta que llegó el acierto de Isco. Marcelo enroscó la pelota desde la banda izquierda y el malagueño conectó un cabezazo ejemplar, maravillosamente coordinado, por el salto y el giro del cuello para embocar la pelota en una escuadra. Un gran gol para cerrar una victoria más angustiosa de lo previsto en un estreno de campeonato de fútbol pálido y con la intriga de Iker Casillas. Nada aclaró Ancelotti, que tiene tajo por delante, en el campo de entrenamiento y en el diván de la caseta.
El resumen del partido
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