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Antes el grupo que el equipo

Los entrenadores y compañeros de Martino subrayan su liderazgo y su diálogo permanente

Juan I. Irigoyen / Sebastián Garavelli
Martino, con varios jugadores del Barcelona. A la derecha, Messi.
Martino, con varios jugadores del Barcelona. A la derecha, Messi.MIGUEL RUIZ (FCB)

Las luces del Parque de la Independencia, estadio de Newell’s Old Boys, estaban encendidas de madrugada. Pero no había partido. Inéditamente, pasadas las 00.30 era la hora del entrenamiento para el Ñulls que dirigía Jorge Indio Solari. El equipo rosarino no pasaba su mejor momento futbolístico y su eterno rival, el Rosario Central, mandaba en la Liga. Las victorias del vecino son derrotas propias en Rosario. En Argentina había huelga general y los futbolistas se habían adherido, pero Solari quería entrenar de todas maneras. “Les pedí a los jugadores que no parásemos, que entrenásemos igual, pero Martino —capitán del equipo— se negó por respeto a los trabajadores”, recuerda el extécnico del Tenerife. Los jugadores se mostraron de acuerdo con el Tata y cumplieron con la huelga. Lo que sucedió es que tan pronto concluyó la jornada de protesta, Martino no perdió ni un solo minuto y citó a sus compañeros a media noche. “Fue él quien entendió que había que entrenar esa misma noche y convenció a la plantilla y hasta al encargado del estadio para que prendiera las luces”, recuerda Solari.

Martino destaca por su compromiso: primero el grupo, luego las individualidades. “Su idea es siempre la de formar un buen grupo, antes que un buen equipo”, asegura Maxi Rodríguez, figura del Newell’s Old Boys campeón de la última Liga argentina con el nuevo técnico del Barça en el banquillo. “Cuando el Tata me comentaba algo, era siempre con respeto y coherencia. Pensaba en el beneficio del equipo y no en el personal’’, tercia José Yudica, técnico que llevó al equipo rosarino, con Martino como emblema, a la final de la Copa Libertadores 1987-1988. “Siempre ponía lo colectivo por encima de todo y jamás escatimaba en sacrificio”, insiste Fabián Basualdo, exjugador de la selección argentina e íntimo amigo del Martino. “Es un gran líder. Es justo, honesto y pregona con el ejemplo”, completan desde el entorno del Tata.

Muy amigo de sus amigos, siempre cercano y cariñoso. A Martino no se le escapa nunca un detalle. Desde obsequiar camisetas de sus equipos y entradas para los partidos a los camareros de Pan y Manteca, el bar donde departe dos o tres veces por semana con su círculo cercano, hasta cambiarle el horario de un viaje a un asistente suyo. “Me tocaba viajar a Rusia porque tenía que evaluar la selección eslovaca, que iba a ser rival de Paraguay en la fase de grupos del Mundial de Sudáfrica”, cuenta un colaborador del Tata. “En los días previos al partido había problemas de gripe A. Martino sin decirme nada, llamó a la agencia de viajes para cambiar mi itinerario y poder así llegar a Rusia solo tres horas antes del partido y regresar dos después”.

Martino, tras su exitoso paso por el fútbol paraguayo (cosechó cinco Ligas y llevó a la selección por primera vez a los cuartos de final de un Mundial) y de coronarse campeón con Newell’s, se pondrá el chándal de Barcelona. El desafío: tomar el testigo del lustro más ganador de la historia del club. “Tiene la personalidad suficiente para soportar que lo mire todo el mundo”, asegura Solari. “Los jugadores son inteligentes y se dan cuenta cuando un entrenador sabe y ha pasado por muchos vestuarios. Sabe cómo llegarles a los futbolistas”, subraya Yudica. “Siempre está abierto al diálogo. Habla lo justo y necesario y encuentra las palabras exactas para llegarle al jugador”, completa Maxi Rodríguez.

Siempre está abierto al diálogo. Habla lo justo y necesario y encuentra las palabras exactas para llegarle al jugador” Maxi Rodríguez

Como entrenador, sus equipos no siempre desplegaron el mismo guion. A veces con juego más directo, otras más elaborado. Pero siempre con intensidad y presión. Jugador emblema del Newell’s de Marcelo Bielsa, a los conjuntos de Martino siempre se los comparó en forma y estilo con los del exentrenador del Athletic. “A sus equipos no los veo parecidos a los de Bielsa. Balón al ras del suelo, mediocampistas con mucho movimiento y la pelota siempre fácil para los delanteros”, asegura Basualdo. “No tienen nada que ver el uno con el otro. Tienen diferentes maneras de hacer jugar a sus equipos y de tratar a sus jugadores”, dice Yudica. “Martino tiene otra forma de trabajar, en los entrenamientos trabaja mucho con el balón”, agrega Maxi, que fue dirigido por los dos entrenadores rosarinos.

Pero Bielsa dejó su sello en el nuevo entrenador azulgrana. “Marcelo nos hacía leer las crónicas de los últimos tres partidos de los rivales que nos íbamos a enfrentar”, cuenta Sergio Giovagnoli, compañero de Martino en la selección argentina Sub20 y en Newell’s. “Para muchos jugadores era un problema, pero el Tata las leía con devoción”, añade. “Cuando era jugador tenía un cuaderno donde anotaba todo después de los partidos: jugadas de estrategia, jugadores que le llamaron la atención. Detalles”, zanja Gustavo Dezotti, compañero de Martino en Ñulls.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen / Sebastián Garavelli
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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