El más feliz es el mejor
Jiménez es líder en solitario y desata una gran admiración por su juego y su carácter
Miguel Ángel Jiménez no piensa en retirarse. No quiere pasarse al circuito sénior. No quiere dejar de esquiar, aunque se rompiera una pierna. No quiere dejar de hacer cada cosa que le gusta en la vida, como fumarse un puro antes de empezar la ronda y otro después. Que no, que no. Que no le pregunten más si este es su último Open. Que cerca de cumplir los 50 años (en enero), se siente vivo, joven y jugador de golf. Y si no valen sus palabras, su risa y su felicidad, su camiseta rosa el primer día, naranja el viernes, como el pelo de su coleta, cuando la mayoría visten aburridos de gris y negro, hablan los números: El Pisha es líder, sí, líder en solitario del Open Británico, como ya lo fue en Turnberry 2009 (entonces en la primera jornada; ahora es líder de un grande tras 36 hoyos por primera vez en su carrera).
Lo dice en español y en ese inglés tan peculiar que se gasta. “¡Soy feliz! Me encanta lo que hago, disfruto. ¿No tengo derecho a ser líder del Open con 49 años? ¿Solo la gente joven puede? ¿Por qué? Yo me encuentro bien. Ese es mi secreto, felicidad. Llevo haciendo lo mismo durante 25 años. Y podréis pensar que son demasiados, pero os equivocáis. Es la única cosa que me gusta hacer en la vida. ¿Presión? Claro que siento presión. Es lo que quiero sentir en un campo”, respondió El Pisha a la batería de preguntas que trataban de averiguar su secreto, su pócima de la eterna juventud.
El secreto, quizá, era ese paseo abrazado a su novia, con sus hijos cerca, después de la ronda, el puro por fin encendido. Al día siguiente toca la media hora de fisioterapia para cuidar el codo izquierdo. También vigila la pierna derecha, operada en diciembre y que tuvo que forzar por ejemplo para golpear desde el búnker en el hoyo 10 en posición forzada. “¿Pero tú me ves como un culturista o con intención de serlo?”, responde a quien le pregunta por su preparación. Hasta Mickelson cuenta que acude a ver sus estiramientos antes de salir al campo.Y a otro le contesta que de no ser golfista, le gustaría ser piloto de F-1. Es un personaje sorprendente este Pisha.
Tiger, a un golpe, ha puesto el mantel para servirse la comida el fin de semana
Y, claro, también un golfista sabio. Una tarjeta discreta, en el par del día, le bastó. No se trataba de hacer muchos birdies (dos), sino de hacer pocos bogeys (dos). Era una jornada para supervivientes en un campo muy duro, con un viento que cambió del oeste al este y que alteró por completo el escenario, con unos greens que tuvieron que ser regados la noche anterior y por la mañana —ni una nube en el cielo, esto no parece el Open—. Y ahí se hizo valer Jiménez, zorro viejo en un links tan puñetero como se ha puesto Muirfield. Los jovencitos, que tomen nota. A Jordan Spieth, el ganador más joven del circuito estadounidense desde 1931, le saca 30 años. Y ahí le tiene, como a todos, por detrás.
Tras la coleta de Pisha asoma Tiger, que ha puesto el mantel para servirse la comida el fin de semana. Es segundo a un golpe, preparado para meter el bocado. Sin tener su mejor día, Woods aguantó en el par del campo y ha cogido posiciones en la lucha por su 15º grande.
En el pelotón, Cabrera-Bello vivió una montaña rusa, zarandeado por un campo tan cambiante entre cuatro bogeys, un doble bogey y tres birdies. Ahí resiste, agarrándose con fe y ganas, a dos golpes de Jiménez. Más lejos quedó Sergio García, a punto de no pasar el corte, con un juego “pobre” y dos bogeys en los dos últimos hoyos (en el 17 se fue a las zarzas; en el 18 a un búnker y de ahí a otro), como el día anterior, la marca del derrotismo en el final de su jornada. "Es un campo que te exige tanto que si no juegas bien... El viento ha cambiado totalmente y eso no facilita el juego, porque hay que repensar todo y los greens estaban diferentes. ¿En el corte? Estaban pensando en acabar. Las sensaciones han sido bastante malas", dijo García, que no pasó de ronda en el pasado Británico y casi repite decepción. Cumple 60 grandes el castellonense en busca del premio gordo.
A todos les mira Jiménez por el retrovisor. Su distensión, eso sí, no le quita las ganas de vencer. “Me encantaría tener un grande en mi carrera... ¿y por qué no éste?”. Sería el ganador más veterano de un major en la historia, superando los 48 años, cuatro meses y 18 días de Julius Boros en el Campeonato de la PGA de 1968.
Clasificación tras la segunda jornada: 1. M. Á. Jiménez, 139. 2. H. Stenson (Sue.), L. Westwood (Ing.), T. Woods (EE UU) y D. Johnson (EE UU), 140. 6. R. Cabrera-Bello, 141. 34. E. de la Riva, 146. 49. S. García, 148. 58. G. Fernández-Castaño, 149. Fuera del corte: Á. Quirós, 151. R. McIlroy (Irl. N.).
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