El Mundial se rompe para Lorenzo

No había consuelo suficiente para él. Escondido en el centro médico, lloraba más por la rabia que por el dolor: sabía que se le escapaba una oportunidad de oro para dar un golpe de efecto a un campeonato que ha estado peleando con Pedrosa con uñas y dientes. Fue cuestión de milímetros, cosa del agua que empapaba el mítico circuito de Assen, ese que tiene señalado con rojo en su calendario: adora sus recovecos, sus curvas rápidas, sus secretos. Pero la suerte le esquiva últimamente en este escenario que tanto le gusta. Durante la segunda sesión de entrenamientos libres del fin de semana, Jorge Lorenzo se rompió la clavícula izquierda como consecuencia de una caída a 224 kilómetros por hora y anoche mismo fue operado en Barcelona.

No estará en la parrilla este sábado (15.00, Telecinco) y sumará otro cero en Assen, como hace un año. La diferencia estriba en que esta vez fue la lluvia la causante del accidente y no otro piloto el que terminó llevándoselo por los suelos, como ocurrió con Simoncelli y Bautista en 2011 y 2012, respectivamente. Ocurrió a la salida de la curva número 13, la más rápida del circuito, a la que se llega en quinta marcha; Lorenzo había enderezado ya la moto y abierto el gas cuando tocó primero con el neumático delantero la línea blanca que delimita el trazado en una zona que había acumulado mucha agua: la goma deslizó e inmediatamente tocó también la pintura —muy resbaladiza cuando está mojada— con la rueda trasera y la moto dio un latigazo que hizo volar al de Yamaha. "Estaba demasiado confiado", explicó luego el piloto, "en el momento del impacto iba muy rápido y me sentía muy fuerte, pero quizás las condiciones no eran las perfectas para tener ese tipo de confianza... Ahora debo ser optimista. Podía haber sido peor. Intentaré recuperarme lo antes posible".

El impacto fue tremendo. Tanto que los médicos que le examinaron inmediatamente en el mismo circuito holandés le recomendaron que pasara entre 12 y 24 horas en observación para descartar cualquier otra lesión que pudiera hacer empeorar su estado. Y la misma ambulancia que le había llevado desde la propia escapatoria en la que terminó hasta el centro médico condujo al campeón del mundo una hora más tarde al hospital de Assen. Lorenzo fue trasladado a continuación al aeropuerto rumbo a Barcelona, donde anoche mismo fue será operado en el Hospital General de Catalunya, en Sant Cugat. “Lorenzo ha sufrido un traumatismo de alta inercia y tiene una fractura desplazada de la clavícula izquierda. A pesar de que la primera exploración descarta daños neurológicos, en el abdomen o el tórax, en estos traumatismos tan importantes el protocolo obliga a tenerlo unas horas en observación”, explicó el doctor Xavier Mir.

En el hospital holandés se le practicaron al piloto un TAC craneal, uno torácico y también otro de la clavícula. Y aunque él tenía mucha prisa por ser intervenido quirúrgicamente, los doctores le aconsejaron aguardar unas horas por seguridad. El plan pasó por viajar a Barcelona para ser operado de inmediato. La fractura es compleja porque está en una zona que el deportista ya se había roto, de modo que la forma anatómica de su clavícula ha variado un poco. En el año 2005 se rompió la clavícula por partida doble, en Montmeló y en Cheste, en unos entrenamientos terminada la temporada; además, en noviembre de 2009 fue intervenido para que le quitaran la placa con la que se fijó el hueso. “Ahora será necesario un implante especial para sujetarla bien”, explicó Mir.

Estaba demasiado confiado. Iba muy rápido y me sentía muy fuerte

Además, aunque la rotura es limpia —el hueso está partido en dos—, es desplazada, lo que significa que la musculatura se desgarra y que no es solo el hueso el que está lesionado, sino también las partes blandas que lo envuelven. Pese a todo, dice el doctor, se podrá recuperar bien. El objetivo inicial es que Lorenzo pueda correr la próxima prueba del Mundial, en Alemania, el 14 de julio. El de Yamaha, campeón en 2012, llegó a Assen como segundo clasificado de MotoGP, con tres victorias en el zurrón, las dos últimas consecutivas, y a siete puntos de Pedrosa, que tiene ahora una ocasión magnífica para abrir distancia con su gran rival.