El no va más en el Madrid-Barça

Será la final de la final, el décimo clásico de la temporada, récord histórico (5-4 a favor del Madrid por el momento). Será el 19º enfrentamiento entre Pablo Laso y Xavi Pascual como técnicos de Madrid y Barcelona (nueve victorias para cada uno). Será, cuando acabe el duelo de hoy (22.00, TVE-1/TV3), el 31º título de Liga para el Madrid o el 18º para el Barcelona. Y antes del asalto definitivo, los contendientes exploran el sutil territorio de la presión psicológica agitando la contabilidad de agravios arbitrales.

“Una vez repasado el cuarto partido entiendo la frustración que quiso transmitir Felipe”, espetó Laso con tono sereno y gesto crispado. “El hecho de que Rudy haya recibido una sola falta \[en los dos partidos del Palau\], que no haya ido al tiro libre, la sensación de pelea en el rebote, que era algo que estábamos dominando, las acusaciones sobre nosotros de flopping…”, prosiguió. “Hay acciones puntuales decisivas. Nosotros no dijimos nada en la última jugada del segundo partido, que también fue polémica”, añadió el técnico completando un recado que se veía necesario desde su club tras entender que el Barcelona recogió en el cuarto partido los réditos de su actuación tras la controversia en el primero. “Rudy penetra mucho y le empujan bastante. Espero que le piten alguna falta de las que le hacen”, completó el capitán madridista, Felipe Reyes. “Lo que es cierto es que hay algunos que pueden hacer más que otros. Unos tanto y otros tan poco”, remató Rudy Fernández, medidamente críptico.

Pero la arbitral no es la única preocupación del Madrid. Los blancos, excelsos de cara al aro rival durante la liga regular, han bajado en casi 15 puntos sus prestaciones ofensivas en la final (de 87,8 puntos de media a 73,2) en un inopinado apagón de sus tiradores (20 de 80 en triples, 25%). Una racha con nombre propio: también Rudy. El mallorquín se sabía el centro de atención y decidió mandar un mensaje a su manera en el último entrenamiento. Cogió el balón, se fue a la línea de 6,75 y en una serie informal realizó un 8 de 10 en triples antes de marcharse a la charla de Laso. Un porcentaje notablemente superior al 0 de 16 que refleja su expediente en los cuatro partidos de la final. “Si supiera a qué se debe mi falta de acierto no llevaría esa racha. Pero no me como el tarro, gracias a Dios tengo otro tipo de recursos y puedo ayudar al equipo de otra manera. Es todo mental. Tengo que abstraerme de lo que se diga de mi tiro y volverán a entrar”, analizó el alero, segundo reboteador y segundo jugador más valorado de su equipo tras Felipe Reyes.

Reyes: “Tenemos mucho que perder. Las últimas finales se nos han escapado”

El acierto desde el perímetro, lastrado también por el 4 de 16 en tiros de campo de Carroll, tuvo un apartado en el análisis de Pablo Laso. “El acierto tiene que ver con muchos aspectos. Tenemos que mejorar el trabajo previo para conseguir buenos tiros, saber leer mejor las situaciones”. Seis años sin cantar el alirón y 19 sin festejar un título en casa cargan: “Tenemos mucho que perder, porque tenemos el factor cancha y las últimas finales se nos han escapado. Esperamos que el Palacio sea un infierno para el Barça”, reclamó Reyes. “Nos lo jugamos todo”, cerró Rudy.

Todos esperan enfrente al capitán azulgrana, Juan Carlos Navarro. “Jugará seguro. Es una final, el último partido de la temporada y hará un esfuerzo extra. Yo he sido jugador y yo lo haría”, aventuró Laso. Su homólogo, Xavi Pascual, explicó: “Se ha confirmado la pequeña rotura que tiene Juan Carlos en el isquiotibial, eso limita. Apuraremos las opciones. Y, en el caso de que juegue, lo hará muy limitado”. El equipo azulgrana ha sido muy elogiado tras su victoria en el cuarto partido. Su entrenador subraya que no sirve de nada pensar que lo hecho es suficiente. “Quedan 40 minutos de una final apasionante. Cuando acabe igual sí podemos hacer esa valoración, pero ahora no quiero ni que se me pase por la cabeza. Eso nos haría débiles. En mi cabeza solo está cómo ganar el quinto partido”.