Cuando Isco hace de Romario
El malagueño rompe a Noruega y España se mete en la final con otro gran partido
En ocasiones, los estilos están tan definidos que el desarrollo de los partidos está cantado. Antitéticas España y Noruega, se intuía mucha pelota para La Rojita y tanto orden como temor de los nórdicos. Así fue. Con ese guion los futbolistas de Lopetegui se han metido en la final del Europeo, el martes contra Italia, que derrotó por 1-0 a Holanda. Lo han hecho respetando el estilo, aplicado con el celo de los puristas como se vio desde la primera jugada en la que España tuvo que construir. Presionó Noruega en la banda y persiguió la pelota hasta De Gea. La respuesta del guardameta fue devolver el balón a la banda con un pase preciso. Y a jugar. Y jugó España.
Pase corto, apoyos, pase largo e Isco entrando poco a poco en el juego. Hasta que empezó a carburar con esos registros que se entremezclan para componer un jugador indescifrable. Lo mismo mezcla maniobras con aires de Romario en el área que maneja los tiempos del juego con el dominio cansino que aparentaba Riquelme. Hasta que acelera el juego con un pase imposible. Así nació la primera gran ocasión de España. Filtró Isco un pase a Tello y a este le sacó su intento de picar la pelota Nyland. La segunda ya fue de Isco, que pisó la pelota para girarse en el área y soltar un disparo que también topó con Nyland.
ESPAÑA, 3; NORUEGA, 0
ESPAÑA: De Gea; Montoya, Bartra, Iñigo Martínez, Alberto; Illarramendi, Koke, Thiago; Tello (Muniaín, min. 74), Isco (Sarabia, min.89) y Rodrigo (Morata, min.59).
NORUEGA: Nyland; Elabdellaoui, Semb Berge, Strandberg, Hedenstad; Johansen (Berisha, min. 80), Henriksen, Eikrem (Nordtveit, min. 75); King (Nielsen, min.46), Pedersen y Berget.
--GOLES: 1-0, Rodrigo, min.45. 2-0, Isco, min.87. 3-0, Morata, min.93.
--ÁRBITRO: Serhiy Boiko (UCR). Amonestó con tarjeta amarilla a Bartra (min.25) e Illarramendi (min.83) por parte de España. Y a Eikrem (min. 49) por Noruega.
--ESTADIO: Estadio Municipal de Netanya.
En ese guion prescrito estaba claro que el portero noruego estaba expuesto a una tarde de gloria o a un tormento. Detuvo un zambombazo de Moreno, que empaló la volea perfecta en un rechazo. Hasta en esos pequeños detalles también España fue superior, bien colocada, sabiendo aprovechar que los noruegos se metían con todo en su área. Tras esa intervención llegó otro disparo de Illarramendi que desvió tras pegar en un defensa. Un tiro cruzado de Rodrigo en uno de esos desmarques cortando en diagonal se escapó por poco. Fue su aviso antes de sacar el instinto de cazagoles que le había permitido presentarse en el torneo como el goleador de la fase de clasificación. Estiró la pierna para cambiarle la dirección a un balón que se iba fuera. Volvió a apostar Lopetegui por él y le salió bien. Incuestionable en la brega, también necesitaba un gol para justificarse porque Morata le presiona con remate (también marcó este sábado) y con juego.
Ese primer tanto obligó a los noruegos a abandonar su exceso de precaución. Lo intentaron en los primero minutos de la reanudación y en algunas jugadas a balón parado. Hasta que Isco, ayudado por Thiago, Koke e Illarrramendi, volvió a decidir a qué se jugaba. Y volvió el toque para gestionar el gol una vez más y para ampliar la ventaja. Fue en otra jugada con Romario en la memoria. Control, recorte arrancada y zas, punterazo a la escuadra de un futbolista que lo mismo crea que juega a ser un nueve mentiroso. Indescifrable, mandón y devastador en el área y fuera de ella.
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