Brasil gana pero no convence

La intensidad de Brasil en la segunda parte le permitió incluso golear a una Francia misteriosamente evaporada en el segundo periodo. Fueron cayendo los goles casi por inercia, por el empuje del centro del campo de la canarinha, sin oposición de los Bleus, exhaustos en el último tramo. Primero necesitó Brasil una ayuda arbitral en el primer tanto (una falta clarísima de Luiz Gustavo a Valbuena) para que marcara Óscar (m. 53); después llegó la única acción destacable de Neymar (una dejada para el disparo mordido de Hernanes, m. 84); y la guinda en un penalti sobre Marcelo transformado con clase por Lucas Moura (m. 92).

El estadio de Porto Alegre olvidará pronto este amistoso. Neymar, al igual que la semana pasada en Maracanã ante Inglaterra, pasó inadvertido, sin chispa para desbordar ni fluidez en el juego colectivo, apagado ahora que todos los focos del fútbol mundial se han depositado sobre él.

A Scolari le dejará satisfecho la agresividad de sus chicos en el segundo periodo y la solidez de su defensa: un muro formado por Thiago Silva y David Luiz. El central del Chelsea le dio un codazo a la espalda de Payet y ni siquiera se disculpó. El amistoso era muy en serio.

Se jugaba mucho Brasil, necesitada de algún triunfo antes de presentarse como anfitriona en la Copa Confederaciones que arranca el sábado próximo en Brasilia ante Japón. Y lo celebró como una gran victoria, sus jugadores abrazados en el centro del campo del Gremio. Pero sin convencer a casi nadie.

En su gira por Sudamérica, Francia salió trasquilada. Le faltó ambición cuando se sintió cómoda, en el primer acto. Y careció de carácter cuando se le empinó la carretera tras el gol de Oscar. Todo el que le sobraba a Deschamps en su época de jugador. Brasil respira a costa de una Francia una vez más decepcionante.