El Villarreal controla la tensión
En un encuentro apasionado, el conjunto amarillo soporta el empuje del Almería para regresar a la élite
En un ambiente excepcional, con El Madrigal teñido de amarillo, el Villarreal, con más pasión que fútbol, con mucho sufrimiento, alcanzó el deseado ascenso ante un gran Almería que hizo un partido señor, que vendió carísima la derrota, que acongojó a un estadio y a toda una ciudad engalanada y enloquecida como nunca se había visto con su Villarreal, que vuelve a ser equipo de Primera tras una segunda vuelta espectacular en la que sí demostró ser el mejor equipo de la categoría con diferencia. Y se ganó el derecho a reencontrarse con la élite con todos los honores posibles en una travesía extraña y difícil por la Segunda División. La que aspira a abandonar el Almería le queda el comodín del playoff.
Hubo cierta justicia poética en El Madrigal. Fernando Roig, cuando llegó al Villarreal, priorizó en su proyecto instaurar una cantera referente en el fútbol español capaz de nutrir de jugadores al primer equipo. Y lo ha conseguido. Y tuvo que ser un canterano que se marchó al Betis para regresar triunfante, Jonathan Pereira, quien anotara el gol que certificaba un ascenso deseado y muy sufrido. Y al final fue sustituido por Marcos Senna, el futbolista emblema del Villarreal en la última década y que fue el primero que se apuntó al carro del ascenso junto a su heredero Bruno, al que corearon sin cesar por su amor al equipo en el que creció. Puro romanticismo. Y el pitido final, desató la locura amarilla en El Madrigal.
Villarreal, 1- Almería, 0
Villarreal: Juan Carlos; Mario, Mellberg, Musacchio, Jaume Costa; Juanma (Trigueros, m. 62), Canteros, Bruno, Cani; Jonathan Pereira (Senna, m. 89) y Perbet (Gerard Moreno, m. 74). No utilizados: Aitor Fernández; Venta, Oriol, Senna, Manu y Uche.
Almería: Esteban; Gunino, Pellerano, Trujillo, Cristian (Carlos Calvo, m. 77); Verza, Corona (Rubén, m. 85); Aleix Vidal, Soriano, Iago Falqué (Jonathan, m. 56); y Charles. No utilizados: Diego; Rubén, Mejía, Rafita y Pallardó.
Goles: 1-0. M. 54. Jonathan Pereira.
Árbitro: Vicandi Garrido. Amonestó a Canteros, Perbet, Corona, Rubén, Cani y Pellerano.
Lleno en El Madrigal. 24.000 espectadores.
Dos grandes equipos se enfrentaron. Fuerte y excitado el Almería, sin regalar nada, consciente de la maravillosa ocasión que se le presentaba ante un Villarreal cuya afición le daba hálito, le empujaba en el esfuerzo. Al conjunto de Javi Gracia no le cabía la especulación. Y no lo hizo. Presionó desde un primer momento al Villarreal, al que le costaba encontrar la cadencia en su juego. Temeroso al error, el juego amarillo resultaba demasiado directo y previsible. Tuvo que modificar la alineación Marcelino por los problemas físicos de Uche y Manu Trigueros. Sin Aquino, presente con la selección mexicana, el casi inédito Juanma, falto de ritmo se encargaba de la banda derecha.
El Almería se adueñó del esférico y a los 20 minutos de juego tuvo su ocasión. Aleix Vidal remató al palo tras una gran combinación colectiva. Se sentía seguro el Almería con Verza iniciando el juego, Corona prolongándolo y Aleix Vidal percutiendo. El resultado arropaba al Villarreal, que encontraba respiro cuando el balón caía a Pereira o Perbet.
Se soltó el Villarreal en el segundo acto y encontró premio en un pase filtrado de Cani a Jonathan Pereira, que definió con temple ante la salida de Esteban. El camino al ascenso estaba allanado. Se quedó sin respuesta el Almería ante el golpe. Y el Villarreal, un año después, regresa a la élite.
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