“Nunca olvides al Atlético y gracias”
Atlético y Mónaco oficializan el traspaso de Radamel Falcao, fuera de la convocatoria rojiblanca para el partido en Zaragoza
“Nunca olvides al Atlético y gracias por todo”. Esta muestra de agradecimiento, fue, probablemente, el último grito de apoyo que Radamel Falcao haya escuchado como jugador rojiblanco. Fue a la entrada de los campos de entrenamiento del Cerro del Espino, donde medio centenar de aficionados se agolparon para despedir con afecto al goleador colombiano. Allí, en mangas de camisa, soportando un aire frío desagradable, pasadas ya las nueve y media de la noche, estuvo Falcao fotografiándose y firmando autógrafos con todo aquel hincha del Atlético presente que así lo deseara. Fue el último gesto del jugador con una hinchada que, aunque le escueza su marcha, considera que no tiene nada que reprocharle. El club dejó pasar a los seguidores al parking en pequeños grupos para que pudieran despedirse con un recuerdo gráfico o manuscrito de uno de los mejores goleadores que han pasado por el Atlético en los últimos años. “Me gusta que se vaya así, la gente no le reprocha que se marche porque ha sabido hacerlo”, decía un empleado del club.
A media tarde, el Mónaco ya había anunciado oficialmente mientras el jugador completaba el que también fue su último entrenamiento como jugador colchonero. Al poco, antes incluso de que el Atlético también oficializara el traspaso, en su cuenta de twitter se podía leer: “Nuevas metas, nuevos retos. Sé que van a estar para apoyarme”. El acuerdo que ha firmado con la entidad monegasca es por cinco temporadas. El Atlético asegura que ingresará 45 millones por la operación una vez que el Mónaco se ha hecho cargo de parte de los 15 millones de euros que faltarían para completar la cláusula de rescisión incrementándole el salario y así llegar hasta esos 14 millones por año que percibirá hasta junio de 2018. Solo Eto’o (20) e Ibrahimovic (16) estarían por delante de él entre los futbolistas mejor pagados del mundo.
Falcao aterrizó en el Atlético en el verano de 2011 previo pago de 40 millones de euros al Oporto, que podían llegar hasta 47 según algunas variables por objetivos. En el primer curso hizo 24 goles en Liga y 12 en la Liga Europa, dos de ellos en la final de dicha competición ante el Athletic de Bilbao. La llegada de Diego Pablo Simeone, que ya lo había tenido bajo su dirección en el River Plate argentino, fue decisiva en su explosión en el tramo final del curso pasado y también para que aceptara quedarse un año más. En la segunda campaña marcó 33 goles de los cuales 28 fueron en Liga, tres en la Supercopa de Europa y dos en la Copa del Rey. Su aparición estelar en las tres finales conquistadas en estas dos campañas por el Atlético, la sensación de entrega ilimitada que siempre ha transmitido y el no haber fichado por el Real Madrid le han hecho marcharse por la puerta grande para la mayoría de los aficionados rojiblancos que hoy ya no le verán ante el Zaragoza en La Romareda porque Simeone prefirió no convocarle.
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