El Madrid agita su repertorio

De nuevo impecable, Mirotic (18 puntos y 11 rebotes) lideró el primer golpe del Madrid en la serie ante el meritorio CAI Zaragoza. El montenegrino acaparó la presentación y el desenlace de la novela, pero el nudo lo desenredaron los habituales secundarios.

Tras un primer cuarto de tanteo y conforme al guion habitual, la chistera de Sergio Rodríguez, la metralleta de Carroll, los muelles de Slaughter y el martillo pilón de Felipe saltaron en el segundo para dar lustre a la segunda unidad y poner a tope las calderas. Pronto llegó el primer estirón para los blancos (33-26, m. 16). Pero no cuajaron los blancos y, lejos de amilanarse, el CAI redobló su apuesta y se agarró con firmeza al partido ante un Madrid destemplado, con lagunas de concentración y algo disperso en defensa.

Los de Abós llegaban cargados de optimismo, pero, por cantidad y de calidad, la batería de recursos del Madrid acaba por abrumar al más pintado. Si no funciona el plan B, Laso recurre al C. Con un abecedario inagotable, el técnico reclutó a Draper para llevar la brújula, liberó a Llull para que se entregara a la agitación y dio carrete a Begic para poner orden bajo los aros. Al regreso de la caseta, una vuelta de tuerca en defensa dejó al CAI seco durante cinco minutos y un parcial de 11-0 selló el golpe en la mesa del líder (55-44, m. 25). El tercer cuarto concluyó con un 24-13 que otorgó a los blancos una cómoda renta de 13 puntos (66-53, m. 30) que ya no perderían hasta el final. Laso aprovechó entonces para dar carrete competitivo a Darden e incluso a Hettsheimeir. La confianza duró hasta que el CAI ensayó la última tentativa (76-69, m. 37). En ese instante, Mirotic y Felipe (16 puntos y 8 rebotes) regresaron para cerrar el debate. Con el partido sentenciado, Rudy culminó con un mate de espaldas un alley-oop y en la caída se golpeó la espalda para sofoco de la concurrencia. Todo quedó en un golpe.