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Rosberg hace valer la pole en Montecarlo

El alemán sitúa su Mercedes en lo más alto del podio, seguido de Vettel y Webber Alonso concluye séptimo, tras una carrera complicada

Rosberg celebra la victoria en Montecarlo
Rosberg celebra la victoria en Montecarlo BORIS HORVAT (AFP)

La leyenda persiste en Montecarlo. La pole position equivale a una victoria en la mayoría de los casos. Y Nico Rosberg volvió a demostrar lo difícil que resulta adelantar en un trazado tan cerrado y estrecho como el que transcurre por las calles del Principado. Rosberg fue el más rápido en los entrenamientos libres y el mejor en la clasificación. Y en carrera nadie consiguió superarle. Salió como un rayo, bien secundado por Hamilton, y se mantuvo siempre en primera posición. Logró la segunda victoria de su carrera en la F-1. Y demostró la calidad de su conducción. Mónaco, su segunda residencia, le coronó. Le siguieron los dos Red Bull de Sebastian Vettel y de Mark Webber. Fernando Alonso concluyó séptimo, tras una carrera complicada en la que casi nada le salió bien.

Si en la chicane no evito a Pérez, hubiéramos chocado. Él no se jugaba nada, yo sí" Fernando Alonso

La salida ya fue un compendio de lo que iba a ser la carrera. Adelantar era imposible. Nadie mejoró su posición entre los 10 primeros. Y ello, lógicamente, incluyó a Fernando Alonso, que intentó avanzar por todas partes, pero vio cómo se le iban cerrando todas las puertas. Rosberg salió el primero y sacó provecho del tapón inicial que hizo por detrás su compañero de equipo, Lewis Hamilton. Vettel lo intentó con el británico, pero el de Mercedes le cerró cualquier opción. Quien sí logró ganar algunas posiciones fue el brasileño Felipe Massa, que partió desde la penúltima posición. En 10 vueltas, Massa andaba ya en la 16.ª posición.

Solo había dos maneras de romper la carrera: con algún accidente que obligara a la entrada del coche de seguridad, o a través de la estrategia en los cambios de neumáticos. La primera incidencia –incendio en el coche de Pic- se resolvió sin neutralizar la carrera. Todo se mantuvo normal, hasta que Felipe Massa sufrió un accidente en el mismo punto en que había tropezado el día anterior: en la curva de Sainte Devote. El brasileño perdió el control y su coche tocó el rail izquierdo y se fue a estrellar aparatosamente contra el muro que delimita la curva. Massa parecía sufrir dolores en el cuello y fue trasladado a un hospital para analizar la situación.

El accidente tuvo consecuencias evidentes para la carrera. Entró en pista el coche de seguridad, justo en el momento en que Vettel entraba en boxes para cambiar neumáticos. En la misma vuelta entró Rosberg y detrás de él Hamilton, que tuvo que esperar unos segundos. La operación fue genial para Vettel, buena para Rosberg, pero fatal para Hamilton, que acabó perdiendo dos posiciones y pasó a ocupar la cuarta, por detrás de Rosberg, Vettel y Webber. Nada cambió ni para Raikkonen ni para Alonso, quinto y sexto respectivamente. El asturiano, sin embargo, se saltó una chicane unas vueltas más tarde, para intentar evitar un toque con Checo Pérez que intentaba adelantarle. Según las reglas, Alonso debería haber cedido la posición.

El segundo accidente que perturbó la carrera de Montecarlo se produjo en la 45.ª vuelta, cuando Chilton cerró a Maldonado, que intentaba adelantarle, y el toque entre los coches produjo la pérdida del alerón delantero y el control del Williams de Maldonado. El monoplaza chocó frontalmente contra la valla protectora en la curva Tabac. El coche quedó destrozado y la carrera se paró. Aparecieron banderas rojas y los coches ocuparon posiciones en la parrilla de salida. Maldonado salió del circuito por su propio pie, tras provocar el incidente más importante del GP de Mónaco.

La carrera fue mala y aburrida. Ni siquiera los accidentes la animaron

Cuando la carrera se reanudó, alrededor de media hora más tarde, Ferrari avisó a Alonso para que cediera la posición a Pérez –sugerencia del director de carrera- como solución para evitar una sanción. Así que el asturiano se vio relegado a la séptima posición, acosado por el Force India de Adrian Sutil, que le acabó adelantando en la 57.ª vuelta en la curva de Loewe. El enfado de Alonso era evidente, y debía serenarse para no abrir la puerta a nadie más y seguir luchando al menos para mantener el octavo lugar.

“No teníamos el ritmo de carrera. Éramos demasiado lentos”, señaló Alonso. “Si en la chicane no evito a Pérez, hubiéramos chocado. Él no se jugaba nada, yo sí. Por eso debes tomar soluciones. No fue una buena carrera. Pero en Canadá espero recuperar posiciones y retomar el puesto que nos corresponde”.

Rosberg lucha por la primera plaza con Hamilton durante la salida
Rosberg lucha por la primera plaza con Hamilton durante la salidaMark Thompson (Getty)

Un nuevo accidente provocó otra entrada del coche de seguridad. Romain Grosjean se empotró por detrás contra el Toro Rosso Daniel Ricciardo, destrozándole la parte trasera. La pista quedó llena de elementos hostiles y los coches se alinearon detrás del safety car. Teóricamente, la circunstancia favorecía al líder, Nico Rosberg, que podía mantener en mejor estado los neumáticos hasta el final de la carrera. Faltaban 12 vueltas cuando el coche de seguridad abandonó el trazado de Mónaco. Pero la carrera no había concluido. Checo Pérez destrozó parte de su alerón delantero al intentar avanzar a Raikkonen y los dos pilotos perdieron posiciones. Alonso fue superado por Button, pero concluyó en séptima posición.

Una mala carrera para el asturiano. Todo le salió mal. Perdió puntos con relación a Vettel (está a 29). Pero los ganó a Raikkonen, que tan solo consiguió un punto. Fue el único elemento positivo para el español y Ferrari. Pero el premio gordo de la ruleta monegasca se lo llevó el alemán Nico Rosberg. Ganó su segunda carrera –la primera fue en China en 2012- y demostró que sigue siendo capaz de ir delante y de superar incluso a su compañero de equipo, Lewis Hamilton. Mónaco volvió a poner en escena un marco incomparable. Pero la carrera fue mala y aburrida. Ni siquiera los accidentes la animaron.

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