Un central a la medida de su padre
A Hummels le representa su padre, que trabajó 17 años para el Bayern hasta que el club le despidió para dar paso al hijo de Beckenbauer
Detrás de un gran central como Mats Hummels se encuentra un gran padre. Hermann, además de progenitor, es el mentor de su hijo, su agente y su mejor psicólogo. Cada vez que termina un encuentro, el futbolista del Borussia tiene que pasar otro examen: el veredicto del señor Hummels, que es el más severo de todos: “Después de cada partido pone el pulgar para arriba o para abajo como si fuese un emperador romano para decirme si lo hecho bien o mal”, ha revelado el defensa del Borussia Dortmund. El jugador mantiene una fe ciega en el cabeza de familia y por eso, en su carrera, solo deja que sea él quien le aconseje: “Conoce el fútbol desde hace 35 años y no me gustan mucho los representantes”.
El padre de Mats alberga una discreta trayectoria como futbolista. Como técnico, uno de sus mayores logros fue entrenar durante seis meses al Mainz en 1994. Un capricho del destino quiso que en aquel equipo se encontrara bajo sus órdenes quien hoy entrena a su hijo, Jürgen Klopp. “Tenía mucha fuerza de voluntad, pero el balón no era su amigo”, recuerda Hummels padre sobre el expupilo.
Hummels senior dice de Klopp, al que entrenó en el Mainz: “El balón no era su amigo”
Después del Mainz, Hermman pasó a ser responsable de la cantera del Bayern Múnich, se llevó a Mats, con tan solo seis años, con él y le metió en las categorías inferiores del gigante bávaro. Allí formó a su chico en su etapa de juvenil con mano dura y sin hacerle una sola concesión: “Un año coincidí con Badstuber [actual defensa del Bayern] y recuerdo que mi padre me dejaba a mí en el banquillo. Fueron tiempos difíciles en casa”, recuerda quien mañana defenderá al Borussia en la gran final de la Champions ante el Bayern. En sus comienzos, Hummels junior jugaba de delantero hasta que su papá le retrasó a la posición de medio centro defensivo. Un poco más tarde, dio con la tecla y le transformó en central. En ese puesto se ha convertido en uno de los futbolistas más cotizados de Alemania por su facilidad para sacar la pelota jugada, su fortaleza en el juego aéreo y su contundencia sin necesidad de recurrir al juego duro. Aunque llegó a debutar con el Bayern apenas dispuso de oportunidades, lo que le llevó al Dortmund, cedido en mercado invernal de 2008. Al año siguiente, el Borussia le compró por cuatro millones. Una venta que lamentó mucho el club muniqués que trató de recuperarle cuando ya era demasiado tarde. Hermann aseguró que hubo contactos para traerle de vuelta el año pasado, pero su niño no quiso moverse de Dortmund.
Al menor de los Hummels ya no le queda ni un ápice de nostalgia por su antiguo club, en el que militó 13 años: “El Bayern me da absolutamente igual, he perdido el sentimiento de unión totalmente”, declaró recientemente. Tampoco mantiene ya vinculación con su exequipo por el lado paterno: Hermman fue destituido en marzo del año pasado y reemplazado por el hijo de Franz Beckenbauer, Stefan. Al parecer, para los bávaros su cargo no era compatible con el de representante de su vástago, jugador del principal rival a batir. Su polémica salida llegó incluso hasta los tribunales con una querella por parte del extécnico de la cantera que se resolvió tras abonarle el Bayern 185.000 euros. Un triste final para quien pasó 17 años en el club.
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