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El tipo más feliz del mundo

Song progresa como jugador y sorprende por su sentido del humor

Song contra el Bayern Múnich.
Song contra el Bayern Múnich.lluís gené (afp)

En los despachos del área deportiva dicen que el chico “progresa adecuadamente” cuando se les pregunta por la evaluación del primer curso de un jugador que debutó en la Liga de Francia a los 16 años y cumplió los 25 el pasado septiembre vestido de azulgrana. Los componentes del equipo técnico están contentos con el rendimiento del futbolista: “Ha jugado mejor cada partido y, por tanto, su rendimiento ha sido progresivo”. Y en el vestuario se jalean sus bromas, no siempre comprendidas, como cuando regala plátanos a sus compañeros en una ceremonia que provoca muchas risas y acaba por sorprender al propio protagonista. Nadie provoca mayor expectación cada mañana cuando se abre el camerino: “Nunca sabes qué va a llevar puesto cuando aparece por la puerta”, explica Cesc. “Siempre lleva algo nuevo”. Y él, Álex Song, siempre que comparece a la cita ante un nuevo entrenamiento lo hace como el tipo más feliz del mundo. “Cómo no voy a estar feliz. Juego en el Barça y mira dónde vivo”, le explicaba a una reportera de SkySports desde el jardín de su casa, con la ciudad de Barcelona y el Camp Nou a sus pies.

No ha dimitido. Y ha merecido jugar mucho más, pero tiene por delante a Busquets”

A Song, de puertas hacia afuera, los ojos del aficionado le miran de manera muy diferente. El hincha, a veces cruel, se pregunta si el Barcelona no se equivocó o, lo que es lo mismo, si el Arsenal no se la coló otra vez, como sucedió antes por ejemplo con Petit. La crítica, mientras, da por hecho que los 19 millones que se pagaron por sus servicios son demasiados a la vista de sus números: ha disputado 24 partidos como titular, en los que ha logrado un gol de 6 remates, y completado 1.982 pases bien sobre 2.129. Ha participado en 2.399 minutos si se contabilizan la Liga de Campeones y la Copa, ha perdido 126 veces el balón y lo ha recuperado en 236, gracias, fundamentalmente, a su buena disposición táctica. Ha cometido 40 faltas, recibido 22 y visto cinco tarjetas amarillas.

Vilanova le defendió desde el primer día, cuando debutó contra el Valencia: “Lleva pocos días entrenándose con nosotros pero es un jugador rápido e inteligente que toca bien y fácil. Para ser su primer partido lo ha pasado con nota”, afirmó entonces el entrenador. “No tengo 17 años, llevo más de 200 partidos con el Arsenal”, respondió el camerunés, que reconoció la necesidad de “ser cuidadoso y aprender”. Precisamente por eso, el entrenador organizó ejercicios específicos para que se acoplara a los movimientos de central y automatizara los de mediocentro. “Aprendió rápido”, coinciden los técnicos, que discrepan de los que opinan que ha sido un mal año el del africano.

Fiesta por la Liga

Hoy habrá fiesta grande en el Camp Nou (21.00) después del partido contra el Valladolid. El Barça recibirá la Copa como ganador de la Liga de manos de Ángel Villar, presidente de la federación, y después se celebrarán festejos varios, un piromusical y no se sabe si también los parlamentos de rigor.

Recuperados Valdés y Mascherano, los azulgrana aspiran a contar una nueva victoria para mantener su aspiración de sumar 100 puntos. “Más que otra cosa, yo quiero que el equipo no se deje ir, compita y dé una buena imagen”, afirmó Vilanova, que el lunes viajará a Nueva York para someterse a una inmunoterapia oncológica que no le impedirá regresar a tiempo para el derbi del domingo. “La gente está contenta con la Liga”, zanjó Vilanova.

El caso es que Alexandre Dimitri Song Billong, nacido en Douala (Camerún, 1987), vive tan pancho, ajeno a cualquier crítica. Juega lo que juega y, cuando lo hace, compite a gusto de los técnicos, igual que en los entrenamientos: “No ha dimitido. Y ha merecido jugar mucho más, pero tiene delante a Busquets”. No le vino bien, además, tener que entrar antes de central que de medio centro a causa de las lesiones, porque la posición es mucho más exigente y no es la habitual para él. “Incluso de central jugó bien”, le defiende Vilanova, que no duda de que tendrá más minutos la próxima temporada.

“Esto es el Barça, sabía a lo que venía”, admite él, siempre sonriente, positivo, agradecido por considerar “un privilegio jugar en el Barcelona. Todos los futbolistas del mundo quisieran estar cada día donde estoy yo. ¿De qué puedo quejarme? ¡Es fantástico!”, dice el camerunés, al que no es raro verle por las mejores tiendas del paseo de Gracia de compras con su mujer.

“Está un poco zumbado, tiene un sentido del humor muy suyo, pero es muy buena gente, muy buen tipo”, afirma Piqué, uno de sus anfitriones en el vestuario, por cuestiones de idioma. Gerard, como Cesc, habla inglés, y como Abidal, francés, así que entre los tres le hicieron de cicerones. Pero con quien de verdad se ríe es con Alves. Nadie en el vestuario sabe en qué idioma hablan, pero juntos se lo pasan de maravilla. Como Song en el Barcelona. Hoy será una de las atracciones en la fiesta de celebración de la Liga. Que juegue o no, depende de Vilanova. Seguro que encajará la decisión con humor.

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