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La quimera de Sharapova

La rusa reta por el número uno a Serena, que le ha derrotado en 12 de sus 14 duelos

Alejandro Ciriza
Serena golpea una bola ante Errani.
Serena golpea una bola ante Errani. A. Kudacki (AP)

Se despliega la alfombra roja. Desfila sobre ella Serena, remolona a primera hora de la mañana, una bestia durmiente que se despereza y enseña las garras conforme el termómetro de la Caja Mágica alcanza temperatura y su rival le exige. Entra al trapo en el primer set, un vaivén de breaks y caos, pero no admite respuesta en la segunda manga y tumba a la gladiadora Errani (7-5 y 6-2). Una exhibición de poder. Nada de sobresaltos. Es la reina y así lo manifiesta después, con un razonamiento minimalista, embutida en una camiseta turquesa que contrasta con su piel de ébano. “Me encanta ser la número uno. En mi corazón siento que soy la número uno, pero también me encanta ganar torneos. Así que es sencillo: si gano el máximo número de torneos seré la número uno”.

Defiende su corona la estadounidense en Madrid. Y aspira a derrocarle Sharapova. Pide cita la rusa en la final tras batir a Ivanovic (6-4 y 6-3) después de un hermoso intercambio entre ambas desde el fondo de la pista. Puro vértigo. Firma su victoria 500 en el circuito de la WTA y lanza besos a la grada. Como Serena, sabe alimentar el show. “¿500? No me gusta pensar en ello. Me hace sentir mayor”, dice Shazza, de 26 años. Cinco menos que Williams, la jugadora más veterana en ostentar el cetro de la WTA. Lo alcanzó el pasado mes de febrero, después de haber descendido a los infiernos como consecuencia de una embolia pulmonar. Exigentes sesiones de entrenamiento en el agua le devolvieron a la cima.

Me encanta ser la número uno. En mi corazón siento que soy la número uno, pero también me encanta ganar torneos" Serena Williams

Le reta ahora Sharapova, que contabiliza 21 triunfos consecutivos sobre arcilla y ha levantado esta temporada los cetros de Indian Wells y Stuttgart. En Madrid no ha cedido un solo set. Ya no es la “vaca sobre hielo” que patinaba sobre tierra y cotizaba solo en la hierba y superficies rápidas. Se mueve con desparpajo sobre la arena. “Nunca había alcanzado este nivel”, admite. En la poderosa derecha de Serena, sin embargo, se oculta una quimera para ella. En 14 enfrentamientos, la norteamericana le ha doblegado en 12. Un abismo. 11 derrotas consecutivas. La última, en Miami, hace poco más de un mes. No le derriba desde 2004, cuando lo hizo dos veces. La temporada pasada, Serena le sometió en los cuartos de final de Madrid, sobre tierra azul, para luego alzar el título. En su otro pulso sobre arcilla, en Charleston (2008), también salió escaldada la rusa.

“Tengo ganas de que llegue el partido. He jugado todo el torneo contra especialistas. Todas eran más pequeñas que yo”, matiza Serena. Al trantrán todo el torneo, hoy afronta un cara o cruz por salvaguardar su reinado ante la amenaza rusa. Es la batalla por el número uno.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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