Carla se cuela en el baile
El triunfo de Suárez ante Stosur, número nueve mundial, subraya los vaivenes de un circuito femenino con muchos cambios de reina
En el matiz está la diferencia, dicen. Un centímetro más aquí o más allá desnuda la diferencia entre el vicio y la virtud, el exceso y el defecto. Entre el triunfo y la derrota. Es el caso de Carla Suárez, que aparece entre bambalinas risueña, con un bronceado que refleja duras horas de entrenamiento bajo el sol, tras batir sobre la arena de Madrid (7-6 y 6-2) a la australiana Samantha Stosur, la número nueve mundial. “Ha madurado, ahora es más tenista. Ha dado un paso adelante”, desliza su técnico, Xavi Budó, que obligó a la canaria a jugar sobre la línea con unas placas que limitan sus movimientos durante su preparación. El secreto de Carla reside ahí, en ese metro, en ese pasito que le permite atacar mejor la pelota. “Al ser una de las más bajitas [1,62m], necesitaba tener más agresividad para compensar la falta de envergadura. Lo ha conseguido”, matiza Budó.
Orden del día
Pista Central (Manolo Santana):
- 10.50
María Teresa Torró (ESP) - Marion Bartoli (FRA)
Serena Williams (USA) - Lourdes Domínguez (ESP)
- No antes de las 15.15
Radeck Stepanek (RCH) - Roger Federer (SUI)
Andy Murray (GBR) - Florian Meyer (ALE)
- No antes de las 20.00
Novak Djokovic (SER) - Grigor Dimitrov (BUL)/Javier Martí (ESP).
- No antes de las 21.30
Christina McHale (USA) - María Sharapova (RUS)
Se trata de la tercera victoria de la temporada de Suárez, 23 del mundo, aspirante a colarse entre las mejores, contra una top-10. Antes cayeron Errani, número siete, y Wozniacki, la número 10. Precisamente, un día antes la danesa cedió en Madrid ante la kazaja Shvedova (la 36ª) y la china Na Li, quinta favorita, ante una jugadora de la fase previa. Otras dos derrotas reveladoras. Es el baile del tenis femenino, inmerso en una linealidad y unos vaivenes que despistan al público y generan cemento en las gradas. ¿La clave? “Las chicas juegan ahora a una velocidad de vértigo. Lo domina todo, la potencia, la intensidad, el físico. Hoy día la 30 o la 40 del mundo pueden ganar perfectamente a una top-10”, establece Budó. “Falta continuidad, que las buenas mantengan semana tras semana los resultados. Ahora le pegan muy fuerte a la bola, utilizan menos recursos”, agrega la seleccionadora Conchita Martínez.
La preponderancia del factor físico ha convertido el tenis femenino en un ejercicio bursátil. Las fluctuaciones son constantes. Desde 2004, hasta 12 jugadoras han ascendido al número uno, por solo tres en el circuito masculino, dominado con vara de hierro por Nadal, Federer y Djokovic. La danesa Wozniacki lo hizo sin lograr un solo título del Grand Slam. Así se explica también el gobierno de Serena Williams, a la que una enfermedad pulmonar apartó de las pistas un año entero y ahora vuelve a reinar. O las idas y venidas de la belga Clijsters, incontestable sobre la cancha tras una pausa para pasar por el altar y ser madre. Y, ahora, la hegemonía creciente de colosas como Sharapova o Azarenka. “Subsisten las más fuertes, el físico prima por encima de todo. Todo son cañonazos. No hay la creatividad de otras épocas. El público requiere variedad, talento. Demanda artistas como Graf, Navratilova o Hingis”, argumenta Budó; “y, en ese sentido, Carla tiene un abanico de recursos técnicos más amplio que otras”. Gracias, sobre todo, a ese pasito al frente. A un pequeño matiz de un metro.
Resultados de la jornada
1ª ronda. Hombres. D. Gimeno-F. López, 2-6, 6-4 y 6-2. N. Almagro-T. Kamke (Al.), 6-4, retirada.
Mujeres. M. Sharapova (Rus.)-A. Dulgheru (Ru.), 7-5, 6-2. C. Suárez-S. Stosur (Aus.), 7-6, 6-2.
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