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Paso de gigante del Granada

El equipo de Alcaraz vence a un Málaga fundido, que se aleja de la cuarta plaza

Rafael Pineda
Isco, ante Recio y Mikel Rico.
Isco, ante Recio y Mikel Rico.Jorge Guerrero (AFP)

Ni con un fantástico Isco, que durante media de la segunda parte impartió su fútbol de alta escuela, pudo el Málaga mantener el acecho a la cuarta plaza de la Liga. No le dio el juego de seda del mediapunta ni para empatar ante un Granada que, con el gol de Ighalo, da un paso de gigante en busca de la salvación. Siempre ofreció más el equipo local, superior en el primer tiempo y algo temeroso durante media hora de la segunda mitad, momentos en los que el Málaga recordó, aunque de forma tibia, al equipo que ha encandilado a lo largo de la temporada. Respira el Granada, que encontró en Mikel Riko y a Brahimi a sus dos puntales para firmar un triunfo de oro. Ahora se distancia en cuatro puntos de la zona de descenso.

Suele ocurrir que en estos duelos donde compiten equipos con todo hecho y otros que se juegan la vida acaban ganando los segundos. La necesidad aprieta. Se hizo notar desde el minuto uno, con el Granada siempre más intenso, más combativo.

GRANADA; 1-MÁLAGA; 0

Granada: Roberto; Nyom, Diakhaté, Mainz, Siqueira; Brahimi Juanma Ortiz, m. 87), Mikel Rico, Recio (Iriney, m. 72), Nolito; Ighalo (Aranda, m. 61) y El Arabi. No utilizados: Toño; Íñigo López, Buonanotte y Torje.

Málaga: Caballero; Sergio Sánchez, Demichelis, Weligton, Antunes; Morales (Piazon, m. 68), Camacho, Iturra (Duda, m. 77), Isco; Baptista (Santa Cruz, m. 58) y Joaquín. No utilizados: Pol; Lugano, Saviola y Seba.

Gol: 1-0. M. 27. Ighalo.

Árbitro: Muñiz Fernández. Amonestó a Brahimi, El Arabi, Isco, Aranda, Weligton y Nyom.

Los Cármenes. Unos 19.000 espectadores.

Se le está haciendo larga la temporada al Málaga. El equipo de Pellegrini, exprimido física y mentalmente, ofrece los síntomas del conjunto saciado en sus aspiraciones. Desgraciadamente, el futuro de este brillante Málaga pasa más por los despachos que por el campo, circunstancia que atempera los ánimos de los jugadores, por más que el chileno, incansable, le exija a sus futbolistas pelear hasta el final por la cuarta plaza. Solo desde el desplome físico y la mente extraviada se puede explicar actuaciones como la del Málaga en Granada.

Destensado, perdió cada duelo individual, una demostración de pierna blanda ante el lógico ímpetu del conjunto de Lucas Alcaraz. No existió apenas pelea, con Joaquín y Baptista fundidos, Isco limitado a detalles hasta su explosión posterior y solo Iturra empujando. El Granada se hizo con el mando rápido, impulsado por un gran Mikel Rico, peligroso por la velocidad de Brahimi en la banda derecha.

Como en muchos momentos de la temporada, los instantes de debilidad del Málaga fueron subsanados por Caballero. El meta, siempre en su sitio, realizó dos estupendas paradas a disparos de Brahimi, Ighalo y Nolito. El Granada se mostró superior ante la timidez del Málaga. Pellegrini, en la banda, pedía tensión. Se encontró con un defectuoso despeje de Antunes que llegó a los pies de Brahimi. El magnífico centro del extremo fue rematado de forma acrobática por Ighalo. Cuarto gol del nigeriano. Todos con Alcaraz en el banquillo.

Salió el Málaga mucho más enchufado en la segunda mitad. Una cuestión de orgullo, debió pensar Isco, que apareció para driblar y asistir en una gran media hora. Perdonó Santa Cruz y a Isco se le acabó la gasolina. Como a este Málaga sin credo.

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