Una pelota para Óliver

El domingo, en el Coliseum Alfonso Pérez, Diego Pablo Simeone, se saltó el orden jerárquico en los cambios. Ni Raúl García, ni el Cebolla Rodríguez, fueron la primera opción del técnico como es su costumbre. Ante la falta de juego y precisión en el pase, la primera opción fue el canterano Óliver Torres, el futbolista más imaginativo y con mejor pie de todos los que entrena. Fue una decisión muy meditada que propició que jugara media hora de uno de esos partidos trabados y hostiles, que se recrudeció aún más para su tipo de fútbol con la expulsión de Mario Suárez. Esos 30 minutos relanzaron el debate de si el chico, que tiene 18 años, está hecho ya para jugar, pero también dejaron entrever la falta de confianza de algunos de sus compañeros en varias jugadas claras en las que Óliver estaba en condiciones de recibir la pelota y no se la dieron.

El miércoles, Simeone, al que le incomoda sobremanera hablar del chico, quiso zanjar la cuestión con retranca cuando fue preguntado por esa falta de confianza. “Es verdad, hablé con los muchachos. Han decidido no dársela. Así que nada, tendremos que comprarle una pelota para que él pueda jugar con una y el equipo con otra”. Un día después, durante un ejercicio en espacios reducidos para trabajar el ataque, Simeone hizo más visible a Óliver al hacerle lucir un peto distinto al resto y servir de apoyo para todos durante la minipachanga. Luego, durante algunos minutos, formó en el presunto once titular que se enfrentará al Granada. Arda sigue de baja y el manejo y la visión de juego del mediapunta extremeño pelea con la llegada de Raúl García y la velocidad de Adrián por ese puesto. Otro canterano, Saúl, también ha sido puesto a prueba por Simeone como sustituto del sancionado Mario Suárez al seguir Tiago con problemas musculares. Pero Saúl no despierta las dudas de Óliver, sobre todo en el aspecto físico.

La figura de Óliver ha emergido en medio de un bajón futbolístico del equipo reconocido por el propio Simeone, que apunta al centro del campo en dos direcciones, el pase y la llegada desde segunda línea. “Hemos perdido juego de mitad de cancha hacia adelante. Me gustaría que tuvieran más goles los centrocampistas, porque los delanteros han cumplido a lo largo del año en gran cantidad. La diferencia en la primera etapa del campeonato es que solíamos hacer goles con los medios y ahora nos falta algún gol más del centro del campo”.

Hay que valorarlo por cómo juega, no por cómo choca. Tiene una calidad increíble y hay que aprovecharla. Hay que cuidarlo y creo que lo estamos haciendo bien”

“Nos está faltando último pase y tener más la pelota porque estamos siendo muy directos”, abunda Koke en un análisis cuyo remedio señala directamente a las principales características de Óliver. “Hay que valorarlo por cómo juega, no por cómo choca. Tiene una calidad increíble y hay que aprovecharla. Hay que cuidarlo y creo que lo estamos haciendo bien”, incide el brasileño Miranda.

No es la primera vez que en el Atlético, que a un canterano con tirón mediático entre la hinchada, le cuesta ganarse el respeto en el campo. Juan Gómez, el mediocentro argentino, contó en una entrevista a EL PAÍS en 2003 que en una pared de su casa cuelga una camiseta firmada por Fernando Torres en la que se puede leer: “Al fenómeno de Juan Gómez, por confiar en mí cuando nadie lo hizo”. Torres vio en su debut cómo no le llegaba el balón y Juan Gómez, andando, se lo llevó hasta su altura para acabar con el cisma y decirle a sus compañeros: “ya es uno de los nuestros”. Lo mismo a lo que aspira Óliver si hoy, día de los aficionados infantiles en el Calderón, si Simeone decide darle la titularidad o “esos minutos que necesita ya”, como dice un veterano del club.