El ‘bon vivant’ que agrió a España
Autor del tanto a La Roja, Giroud, de 1,92 metros y 92 kilos, le toma ventaja a Benzema El delantero edl Arsenal ofrece a Deschamps juego aéreo y una gran capacidad de trabajo
El hombre que más le ha complicado la vida a España en los últimos meses se llama Olivier Giroud (Chambéry, Francia, 1986), al cabecear, el pasado 16 de octubre, un centro en el minuto 94 de Ribéry en el Caldérón(1-1). Uno de sus escasos tres tantos en sus 16 encuentros con los bleus. Lejos del divismo y el desenfreno de los internacionales franceses en los últimos años, Giroud presume en su página web de ser “un chico respetuoso y ligado a los valores tradicionales como el matrimonio, la religión y el trabajo”. “Su éxito se lo debe al trabajo y a la perseverancia. Consciente de su fragilidad, se muestra sonriente y disponible en todas las circunstancia”, añade su portavocía oficial, como si se tratara de un monje, en un apartado dedicado a los valores. Por contraste, la web lo define como un “bon vivant” apasionado por “el buen vino y la gastronomía francesa”.
Aunque falle un gol, nunca duda. Es muy positivo”, dice su descubridor
Sobre su laboriosidad da fe Daniel Sánchez, su entrenador desde 2008 a 2010 en el Tours, en la Segunda División francesa, con pleno derecho a considerarse su descubridor. “Como era tan trabajador, sabíamos que llegaría a jugar en un grande”, dijo ayer por teléfono el actual técnico del Valenciennes. Sánchez lo devolvió a la vida futbolística después de que su anterior preparador en el Grenoble, Mehmed Bazdarevic, lo hubiera descartado: “No tiene nivel para la élite”.
En efecto, Giroud no es un talento natural. Todo le costó mucho. Tal vez por su físico desmesurado: mide 1,92 metros y pesa 92 kilos. No fue internacional en las categorías inferiores francesas. Lo máximo fue pasar por un campus de entrenamiento sub 16 de Clairefontaine, la ciudad deportiva de la federación, junto a Cabayé y Gourcouff. Pero al contrario que estos últimos, él no volvió a ser convocado ni debutó en las secciones juveniles.
Lo rescató Daniel Sánchez. “Siempre es bueno tener un entrenador que antes haya sido delantero. Con él mejoré mi posición y mi remate”, reconoce el goleador. “Lo primero que le vi”, explica Sánchez, “fue su presencia y fortaleza física. Es muy potente de cabeza y tiene muy buena pierna izquierda. Aunque falle un gol, nunca duda de sus cualidades. Es muy positivo y en el grupo se lleva bien con todos”. “Es muy bueno en el trabajo de equipo”, confirma Cazorla, su compañero en el Arsenal. “Aguanta la pelota de espaldas a la portería contraria. Va muy bien de cabeza y puede rematar con las dos piernas”.
Todas esas virtudes le han llevado a tomar una cierta ventaja en la delantera de Didier Deschamps respecto al cuestionado Benzeman. “Por supuesto que pueden jugar juntos, son completamente diferentes”, agrega Sánchez. Así fue en el 3-1 frente a Georgia, los dos juntos, pero parece que Deschamps prescindirá de uno de ellos por precaución ante España. Benzema carga con una la polémica azuzada por la extrema derecha francesa sobre su negativa a cantar el himno.
Es muy bueno en el trabajo de equipo”, confirma Cazorla, su compañero en el Arsenal.
El Montpellier pagó por Giroud dos millones el 1 de julio de 2010. Los amortizó conquistando la Liga de 2012. Tras un doblete ante el Brest, en un 2-2, el periódico Le Parisien lo bautizó como Le buteur de charme (el goleador con encanto). Su facilidad para el pase tampoco es desdeñable. Suma 15 goles y 12 asistencias en 40 partidos en Arsenal, que pagó por él 12 millones el verano pasado, en un intento del mánager, Arsène Wenger, de olvidar a Robbie Van Persie. En enero, fue declarado mejor jugador gunner del mes. Todo va despacio con Giroud, pero de manera constante. Tras el monje, hay un bon vivant.
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