El Levante, adiós sin gol

Pasará el tiempo y el Levante se sentirá orgulloso de esta su primera aventura europea, apasionante tras salvar la primera fase y eliminar al Olympiacos, poco después de cumplir su centenario. Pero se marchó de Moscú con la sensación de haber caído ante un rival muy parejo, el Rubin Kazan, que ya eliminó al Atlético de Madrid y deja a España sin representantes en la Liga Europa. El conjunto de JIM fue mejor en la ida, desaprovechó un puñado en ocasiones, pero arrastró tanto en esa cita como en la de vuelta en Moscú la deserción de su principal figura, Obafemi Martins, que dejó al equipo huérfano de gol. La paciencia del Rubin tuvo su premio final. Gracias a un magnífico envío de Natxo y al remate ya en la prórroga de Rondón.

El Levante hubo de enfrentarse en primer lugar a un escenario fantasmagórico en el estadio Luzhniki de Moscú: apenas 10.000 espectadores, ateridos, en un recinto preparado para 80.000, además de la nevada en la pista de atletismo alrededor del campo, y un terreno de juego afeado por las placas de hielo. Después vino el Rubin, adversario duro y precavido, al estilo del Levante, pero con el toque de distinción en cada pase de Eremenko, que combatió las condiciones adversas con su talento.

Afianzado por la seriedad de sus defensas (Ballesteros y Navarro), el Levante se mantuvo en pie, aunque le costaba acercarse a la portería de Ryzhikov. La ausencia de Martins, exiliado esta semana en busca del dinero americano, pesó como el hielo. Su sustituto, el joven Acquafresca, no puede ofrecer ni los desmarques ni la velocidad para afilar al conjunto granota, demasiado previsible en ataque sin la verticalidad del nigeriano.

Si juego entre líneas, el Levante acentuó su tendencia al pelotazo en el segundo tiempo. Hacia ninguna parte puesto que Acquafresca no le daba ninguna salida al conjunto de JIM. Así lo interpretó el técnico al sustituirlo por Valdo, un volante que iba a jugar de falso nueve. Son las habas contadas de JIM en ataque, sin Martins, ni Roger (no inscrito en la competición) ni Ángel (cedido al Elche).

Al Levante le quedaba alguna jugada ensayada, fructífera una parecida ante el Valencia en Liga: un larguísimo saque de banda de Juanfran, la prolongación de cabeza de Valdo y la volea colocada de Barkero, fuera por muy poco. Respondió Natxo con un tirazo por el centro que desvió de puños Keylor.

La zancada de Valdo le dio algo más de frescura al ataque azulgrana. Empezó a pesar el cansancio y se abrió una grieta en el centro de la zaga granota: el centro de Natxo a la espalda de la defensa lo cabeceó Rondón. Ese aviso lo salvó Keylor en la misma línea de gol. Ya en la prórroga el israelí Natxo repetiría otro pase fabuloso en diagonal, muy similar, empalado esta vez a gol por la puntera izquierda de Rondón.

Seguía nevando y Barkero ya estaba completamente cojo, lastimada la rodilla derecha. Cabía la épica en la segunda parte de la prórroga para empatar. La rozó Ballesteros en un disparo desde fuera del área. Pero el equipo de JIM se había descubierto y Dyadyun, fresco porque acababa de entrar, lo remató en una contra perfecta. Un fin de viaje por el que el Levante debe sentirse satisfecho, aunque la fuga de Martins haya sido decisiva.