“Nada es fácil”
El Barça asume que el reto de eliminar al Milan depende de su capacidad para jugar bien
“Nada es fácil”, lleva más de veinte años repitiendo en el vestuario Paco Seirul.lo, el preparador físico del Barça. “Pero todo es posible”, suele añadir, convencido de que nada puede más que la voluntad. Algunos jugadores parecieron descubrirlo después de caer en Milan, el día en que solo remataron una vez y se les complicó el paso a los cuartos de final de tal manera que mañana, en el Camp Nou necesitan remontar el 2-0 de San Siro. Y no es nada fácil, pero todo es posible, y lo saben.
“Estamos a tiempo; a este equipo le falta una remontada”, reconoce Xavi, que no suele equivocarse cuando marca el camino: “Hay que atacar, chutar, atreverse por las bandas y por dentro, ir al rebote, ganar los rechaces, atosigarles...”, cuenta. “Hay que jugar bien”.
No hace falta que nadie les explique cuál es el camino, entre otras cosas porque saben que Vilanova no puede hacerlo y nadie necesita que se lo recuerde Roura. Así que llevan días recordándose unos a otros que saben bien como se hace, porque lo hicieron antes, que todo pasa por el compromiso individual. “Y ser muy intensos en defensa”, avisa Cesc, quien insta, en ese sentido, a cuidar otro detalle: “Tenemos que ser inteligentes, no querer jugar con el corazón. Cuando no hemos jugado con cabeza nos ha ido mal, esa sobreexcitación no es buena en ningún momento”. El Barcelona ha encajado un gol en cada uno de los siete partidos de la Champions y entiende que será trascendental cerrar la hemorragia.
La posibilidad de eliminar al Milan pasa por recuperar la receta que les hizo célebres: se juega en campo contrario, se presiona cada saque de banda, cada pérdida de pelota, en el área pequeña del Milan si es posible; se evitan contras por las pérdidas de balón, cierran los volantes y barre Busquets; el balón circula rápido, profundo, porque abren los extremos o suben los laterales; y por el pasillo interior se filtran pases porque siempre hay una salida; y se buscan diagonales profundas a la espalda. “¡Y chutar! Hemos de chutar”, insisten desde el banquillo.
Para eso, bueno es ir al rebote. “Es lo que nos faltó contra el Inter y el Chelsea cuando nos eliminaron en semifinales”, recuerdan los técnicos, convencidos de que aquel día se buscó con exceso el primer remate y no supieron ganar el rechace y las segundas jugadas. Piqué se apunta y levanta la mano: “Juego de 9 los 10 primeros minutos y solucionado”, dice el central medio en broma medio en serio. Ante el Inter, que se intuye como partido referencial pensando en la visita del Milan, el Barça remató 17 veces, 11 desde fuera del área y centró 60; en lo que va de Champions acumulan una media de 15 remates, 7,5 desde fuera del área y casi 17 centros cada 90 minutos. “Hemos de llevar el partido al 1-0, hacerles dudar, que sepan que con un gol más les eliminamos; en esa, ganamos” añade. “Vamos a atacar hasta el final manteniendo nuestro estilo. Buscamos un 3-0”, insiste Piqué.
Pero saben que “nada es fácil”, porque se lo escuchan a Seirul.lo casi a diario y la experiencia así se lo confirmó. También saben que todo es posible y en eso están, pensando en el Milan.
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