Haedo Valdez puede con todo
Un cabezazo del delantero paraguayo en el minuto 92 derriba al Celta y da la victoria al Valencia (0-1) en Balaídos
Nelson Haedo Valdez parece nacido para esto. Entrar en el último tramo y decidir. Así ha sucedido desde su llegada a Mestalla en verano pasado. Su rendimiento mejora cuando se reserva para los últimos instantes. Como en Balaídos. Le bastaron cinco minutos, dos de tiempo reglamentario y tres de descuento, para cabecear picado al segundo palo un centro sedoso de João Pereira incorporado al ataque. Así es el Valencia de Valverde. Ambicioso de principio a fin. Acabó atacando con todos y el delantero paraguayo certificó la superioridad valencianista, solo frenada por la falta de puntería y por un linier que señaló hasta tres fueras de juego que no eran en tres jugadas de gol. Es la cuarta victoria consecutiva a domicilio en la Liga de un Valencia que con Pellegrino, hasta diciembre, no se había estrenado fuera de casa. El Celta quemó sus escasas opciones en el primer tiempo, siempre con Aspas como protagonista, siempre con Guaita como un muro.
CELTA, 0 - VALENCIA, 1
Celta: Javi Varas; Joni, Demidov, Túñez, Bellvís; Augusto (Bermejo, m. 50), Oubiña, Alex López (Pranjic, m. 81), Krohn-Dehli; Orellana; y Iago Aspas (Park, m. 84). No utilizados: Álvarez, Cabral, Insa, Toni.
Valencia: Guaita; Barragán, Rami, Ricardo Costa, Cissokho (João Pereira, m. 37); Albelda (Parejo, m. 60), Tino Costa; Feghouli, Banega, Jonas (Haedo Valdez, 88); y Soldado. No utilizados: Diego Alves, Víctor Ruiz, Bernat, Canales.
Gol: 0-1. M. 92. Valdez, de cabeza.
Árbitro: Teixeira Vitienes. Amonestó a Ricardo Costa, Albelda, Oubiña, Aspas, Barragán, Feghouli.
Unos 15.000 espectadores en Balaídos.
Terminó la primera parte con un balón de Rami al palo. El giro de su cabeza para golpear la pelota resultó insuficiente. Ante el centro a pie cambiado del zurdo Tino Costa, en una falta desde la derecha, llegaron a rematar un pelotón de valencianistas, rompiendo el fuera de juego celeste. El Valencia es una potencia a balón parado. A pesar de que no dispuso de un córner a favor en toda la primera parte. Abusó del juego interior, sin desborde por las bandas, con Bernat en el banquillo y Guardado en casa, reservado para recibir el martes al PSG en la Champions. Lesionado Cissokho a la media hora, João Pereira hubo de ocupar esa plaza.
El Celta entró muy tímido al partido, pero fue animándose a medida que Orellana y Iago Aspas, en su reencuentro tras algunos meses de exilio del chileno, calentaron motores. El primero con sus caracoleos dentro del área para zafarse de los corpulentos defensas visitantes. El segundo, tirando de imaginación y tenacidad sabiéndose examinado por el club empeñado en pagar los 10 millones de su cláusula de rescisión con el Celta. El problema para Aspas fue Guaita, la opción parece ya definitiva de Valverde para la portería. Su velocidad de reacción tras el desvío de Cissokho al disparo de Aspas no deja lugar a dudas: es un portero de una pieza.
Uno de los asistentes de Teixeira le anuló un golazo a Soldado tras la reanudación. Por un fuera de juego inexistente. Venía de un pase fantástico de Ever Banega al cogote de los centrales. No fue el único error del linier, que tenía un resorte en el codo derecho ante la ira justificada de Soldado. Tampoco vio un manotazo de Banega a Orellana.
Muy fino físicamente, Banega dirigió el ataque del Valencia, fluido hasta la zona de tres cuartos, aprovechando la entrada de Parejo para dar más limpieza al balón. El Celta respondió a partir de la clase de Oubiña en la recuperación. El partido pendía de un hilo. Lo rompió Valdez con un testarazo lleno de rabia, el 11º tanto, más que nadie en la Liga, de cabeza del Valencia.
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