Ferrer espera al nuevo Almagro
El duelo asegura un semifinalista español a pesar de la ausencia de Nadal
Cuando el serbio Janko Tipsarevic se quita las muñequeras, la suerte está echada. Poco más de dos meses después de perder ante el checo Radek Stepanek el punto decisivo de la final de la Copa Davis, Nicolás Almagro alcanza por primera vez los cuartos de final de un grande sobre cemento y asegura un semifinalista español en el Abierto de Australia: gana por 6-2, 5-1 y retirada a Tipsarevic y se cita en la antepenúltima ronda con David Ferrer, vencedor por 6-2, 6-1 y 6-4 del japonés Nishikori. Ausente por lesión Rafael Nadal, La Armada vuelve a dejar huella sobre pista rápida: España habrá tenido un semifinalista distinto del mallorquín en tres de los últimos cuatro grandes, todos menos Wimbledon.
Perseguido por la derrota, el murciano tiene a los 27 años otra oportunidad
Ferrer lo fue en el Abierto de Estados Unidos (cayó ante Djokovic) y en Roland Garros (ante Nadal). Puede que ahora sea Almagro. Perseguido por el fantasma de la derrota de Praga, el murciano tiene a los 27 años la oportunidad de relanzar su carrera. Año nuevo, vida nueva, debe de pensar el número 11 mundial, que incluso en los días más amargos se repite el mismo mantra: Peace and love, paz y amor.
“Va a ser una gran lucha”, dice tras su victoria Almagro, que cede 0-12 los enfrentamientos contra Ferrer, su particular bestia negra, pues le ha ganado en cinco finales.
“Para ganar a Nico tengo que estar muy bien”, continúa Ferrer tras salvar 11 bolas de break y sumar ante Nishikori la 499ª victoria de su carrera, lo que le sitúa como el cuarto español con más triunfos, solo por detrás de Manuel Orantes (618), Rafael Nadal (583) y Carlos Moyà (575). “¿Puedes ganar un grande?”, le pregunta el entrevistador sobre la pista. “Es muy difícil”, se arranca el alicantino, listo el discurso humilde de siempre, que esta vez interrumpen por los aplausos del público, que le dice que sí, que por supuesto que puede, que ellos creen en él. “No, no, no”, intenta interrumpir el que será el cuarto del mundo cuando acabe la cita australiana. Pero insisten los espectadores: “Sí que puedes”. “Me he encontrado muy bien físicamente. Estoy muy satisfecho. He estado muy duro de cabeza, sobre todo al principio de cada set, porque sabía que él empieza a un ritmo muy alto que luego es difícil de mantener, pensar en el largo plazo”, cierra el tenista.
Verdasco suma otra multa
No fue una eliminación cualquiera. Según el juez de silla y el supervisor, Fernando Verdasco profirió obscenidades audibles e insultos durante su derrota de tercera ronda contra el sudafricano Anderson, que le apeó en cinco sets pese a que el madrileño gozó de minibreak y saque a favor en el desempate del cuarto. Como resultado de las gruesas palabras empleadas, el español fue multado con un total de 3.500 dólares, unos 2.600 euros, por las autoridades del tenis.
El madrileño es vigilado estrechamente por los encargados de velar por las reglas. Ya antes de aterrizar en Melbourne, el torneo en el que alcanzó su mejor resultado en un grande (semifinalista en 2009) y en el que aún disputa con David Marrero el torneo de dobles (jugarán en octavos de final contra los franceses Benneteau y Roger-Vasselin), el número 24 del mundo ostentaba la multa récord para un tenista español, según le confirmó a este diario la Federación Internacional de tenis: 5.000 dólares (más de 3.700 euros) por otra obscenidad audible en Wimbledon 2011.
Hay 13 españoles entre los 100 mejores tenistas, tres entre los 15 más destacados. En su discurso, el alicantino señaló las coordenadas que definen a los tenistas de La Armada. Pulmones fuertes y cabeza dura. Con la primera ronda de la Davis a la vuelta de la esquina (1 al 3 de febrero en Canadá), Àlex Corretja, el seleccionador, tiene donde elegir: por ejemplo, podría formar con Almagro y Verdasco y el dobles de Marc López y Marcel Granollers (ya en cuartos en Melbourne tras deshacerse de Butorac y Hanley por 6-2 y 7-5), todo un lujo para un equipo en el que han renunciado a alinearse los dos mejores (Nadal y Ferrer). El técnico, además, disfruta de competidores multipista, toda una excepción en el tenis español: hasta seis jugadores (Nadal, Ferrer, Robredo, Verdasco, Feliciano López y Almagro) pueden presumir de haber disputado los cuartos de final de un Grand Slam distinto a Roland Garros.
Sin llegar a la excelencia de Djokovic, Federer o Murray, todos campeones del Grand Slam, los españoles son un seguro competitivo. Los resultados han liberado a La Armada de cualquier tabú (el cemento y la hierba) y de cualquier alergia (la lejanía de Australia) por los éxitos de Nadal. Solo hay que escuchar a Almagro, que prepara así su duelo con Ferrer pese a las 12 derrotas previas: “Estoy jugando con mucha confianza, quiero hacerlo mejor que en 2012, hasta ahora mi mejor año. Vamos a luchar. Puedo”.
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