El Betis sigue lanzado
El equipo andaluz desborda a un Levante obligado a jugar a contraestilo y se coloca en puestos de Champions
Nada detiene al Betis. Ni las bajas, ni el oficio del Levante, ni la exigencia de alternar Copa y Liga. Tiene a Rubén Castro, en excelente forma, y tiene hambre, frescura, desparpajo y personalidad. Por eso lo mismo luce una y otra vez Rubén que debuta un joven del filial, Vilarchao, para expresarse con una madurez sorprendente. Por eso derrotó al Levante, un buen equipo, con dos golazos que expresan a la perfección el gran momento de un Betis que acaba la primera vuelta con 34 puntos. Heliópolis es una fiesta, organizada en buena manera por Pepe Mel, un entrenador ambicioso y exigente. Se dispara el Betis, por el momento en Liga de Campeones, dispuesto a completar una temporada fantástica y aupado por una afición entregada. No pudo el Levante con el momento del Betis, exultante, que marcó pronto y provocó que se le desajustaran las ideas instaladas en su cerebro. Se le alteró lo previsto en la pizarra y no supo reaccionar.
BETIS, 2 - LEVANTE, 0
Betis: Adrián; Chica, Mario, Amaya, Nacho; Campbell (Agra, m. 87), Nono (Dorado, m. 83), Rubén Pérez, Vadillo (Vilarchao, m. 57); Rubén Castro y Jorge Molina. No utilizados: Casto; Paulao, Perquis y Eneko.
Levante: Munúa; Lell, Ballesteros, David Navarro, Juanfran; Diop, Míchel; El Zhar (Pedro Ríos, m. 71), Rubén, Juanlu (Martins, m. 46); y Roger (Ángel, m. 61). No utilizados: Keylor Navas; Rodas, Pedro López y Pallardó.
Goles: 1-0. M. 7. Campbell. 2-0. M. 63. Rubén Castro.
Árbitro: Muñiz Fernández. Amonestó a Diop, Rubén Pérez, El Zhar, Nacho (conlleva suspensión), Roger y Juanfran (conlleva suspensión).
Benito Villamarín. Unos 36.000 espectadores.
No obstante, temía mucho Mel el partido. El Betis, sin su faro, Beñat, sancionado, y sin Cañas, su escudero, lesionado, presentaba un centro del campo demasiado tierno ante un rival repleto de jugadores fogueados en mil batallas. También tenía el Levante sus ausencias, caso de Iborra o Barkero, pero su equipo tenía mucho más empaque que un conjunto sevillano con jugadores como Nono o Vadillo, destinados a marcar las diferencias por las bajas a pesar de su juventud. Quizás de forma prematura. Venía el conjunto sevillano de sufrir en la Copa ante Las Palmas y su talante competitivo debía mostrarse en una cita tan seria, en plena pelea por Europa, como la que le enfrentaba al Levante. Sin Martins, tocado, pero con Roger en la delantera, el equipo valenciano es un hueso duro de roer, con la lección bien aprendida, con su juego paciente, en el que hace creer al rival que es el que domina para asestarle un golpe definitivo.
El plan se le quebró al Levante. Fue a la salida de un saque de esquina. El Betis elaboró una pequeña obra de arte, plasmada en un contragolpe de libro. El delantero centro, Jorge Molina cogió en balón en el área propia y se inventó un pase de veinte metros a su compañero Rubén Castro. El canario controló, aceleró como si de Cristiano se tratase y le dio el gol a Campbell, que definió de interior y con mucha clase. Un gol que demuestra el gran momento que vive el equipo andaluz, plagado de aire fresco, de jugadores jóvenes con ganas de gloria y con un grupo comprometido, donde apenas se vislumbran titulares y suplentes. El que entra lo hace igual o mejor que el que sale, lo que hace crecer al grupo.
El Levante sintió el golpe, sobre todo porque le hizo jugar a contraestilo. No tuvo más remedio que asumir un papel protagonista y se le vio algo encorsetado. Ni Míchel ni Diop le dieron el plus de calidad necesario, aunque el conjunto levantino tenía superioridad y más empaque en el centro del campo. Por eso Adrián tuvo que realizar un paradón ante Rubén que evitó el empate. Dominaba el Levante y sufría algo más el Betis, con Nono y Rubén Pérez superados numéricamente en la medular, pero con Vadillo y Campbell buscando espacios para matar a la contra, oliendo la presumible lentitud de de una defensa veterana. Con espacios, afloraron las virtudes de Campbell, un futbolista cedido por el Arsenal al Betis de muy buenas maneras, capaz de inventarse jugadas como la que hizo en el minuto 40, donde desarboló a Juanlu y Juanfran. Vitalidad para un Betis emergente.
La bonita disputa del primer tiempo derivó en un segundo tiempo mucho más trabado. Le costó al Levante dar con la fórmula, muy atascado. El Betis se replegó, cómodo, y respiró tras la enésima diablura de Rubén Castro. No debe ser fácil driblar a un defensa como Ballesteros y ponerla en la cepa del poste. Reventó Heliópolis pidiendo su convocatoria con la selección. Son 14 goles (11 en Liga y tres en Copa) los que adornan su temporada. A medida que cabalga Rubén se dispara el Betis. Tras su golazo, el Levante ondeó la bandera blanca. No quería más. Otra vez será.
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