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Un Mundial con balón de oxígeno

España, una de las favoritas, afronta fuera de la pista el reto de salvaguardar el balonmano

Javier Lafuente
Joan Canellas lanza a portería ante Brasil.
Joan Canellas lanza a portería ante Brasil.RAFA APARICIO (Diario AS)

Sin posibilidad ya de rasgarse las vestiduras por lo que pudo ser; después de un traumático proceso de organización lleno de obstáculos, económicos la mayoría, alguno deportivo en el último suspiro, España será a partir de hoy el escaparate mundial del balonmano. La cita, la primera que se celebra en el país en 23 ediciones, será una oportunidad para que España abrace lo más alto del podio después de ocho años. Una buena actuación en el 40x20 debería suponer, además, un balón de oxígeno para esta disciplina que pasa ahora por unos momentos críticos.

VEA LAS SEDES Y LOS HORARIOS DEL MUNDIAL
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El tercer deporte de equipo con mayor número de federados (96.258, según los últimos datos del Consejo Superior de Deportes, tras el fútbol y el baloncesto), sobrevive con poca hucha, necesitado de un dinero que escasea, y que tampoco ha sabido rentabilizar los éxitos de la selección —desde 1996, tres medallas olímpicas, cuatro en Europeos y dos en un Mundial, una de ellas de oro, en Túnez en 2005— ni los de los clubes, que se cuentan por decenas desde la década de los noventa.

Hoy, a partir de las 19.00 (Teledeporte), la Caja Mágica, el forzoso y forzado escenario de los partidos de España en la primera fase tras la tragedia del Madrid Arena, servirá como primera toma de temperatura del estado del balonmano en el país y la trascendencia de un Mundial hasta hace unas semanas prácticamente invisible. Un campeonato que se reparte en sedes con gran tradición balonmanística —Granollers, que acoge a la todopoderosa Francia; Zaragoza, donde si nada se tuerce jugará España los octavos y cuartos, y Barcelona, que albergará la gran final el 27 de enero— y una quinta, Sevilla, que bailará al compás de los daneses, que han copan la mayoría del billetaje hasta el momento.

Inconfundible es también el sello del Barcelona, que aporta siete de los 16 integrantes del combinado

Sobre el parqué, España contará con la selección más completa de los últimos años. Un grupo que abarca desde las ganas de comerse el mundo del recién llegado Aitor Ariño, de 20 años, hasta la veteranía que aportan los 36 de Alberto Entrerríos, al que Valero Rivera, arrepentido, recupera después de dejarle fuera de los Juegos.

Poco amigos los seguidores del balonmano de compararse con otros deportes de mayor relumbrón, como el baloncesto o el fútbol, es innegable que esta selección guarda parentesco con La Roja de Vicente del Bosque. Más allá de crecer a partir de una inconmensurable portería para luego repartirse de forma compensada por todo el campo, trabajan todos a una, sin que hasta ahora haya aflorado ninguna vedette. Un elenco de jugones que llega en su plenitud deportiva a la cita más importante. Una familia, esta de los hispanos, como han querido denominarse por su afán gladiador de dejarse los restos en la pista, que deberá sacudirse rápidamente cualquier punzada de presión por el hecho de ser anfitriones para seguir el camino hasta la final del Sant Jordi.

Son una familia, esta de los hispanos, como han querido denominarse por su afán gladiador de dejarse los restos en la pista

Inconfundible es también el sello del Barcelona, que aporta siete de los 16 integrantes del combinado. Un rasgo que pergeñó durante años precisamente el actual técnico de España. En su cuarto curso como seleccionador, a Rivera aún se le resiste un título. Después del bronce en el último Mundial de Suecia, España optaba a todo en los Juegos hasta que se cruzó con Francia. Les Experts parten como el gran favorito del torneo, por el mero hecho de ser la actual campeona olímpica y del mundo. La dolorosa derrota ante los galos en Londres es comparable a la que sufrió ante Alemania en Atenas, también en cuartos, tras los lanzamientos de penalti. Fue precisamente la antesala del Mundial de Túnez, el único en el que España ha tocado lo más alto.

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Sobre la firma

Javier Lafuente
Es subdirector de América. Desde 2015 trabaja en la región, donde ha sido corresponsal en Colombia, cubriendo el proceso de paz; Venezuela y la Región Andina y, posteriormente, en México y Centroamérica. Previamente trabajó en las secciones de Deportes y Cierre del diario.

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