Gladiador Felipe

Agarrado al espíritu de gladiador de Felipe Reyes, el Madrid mantuvo la imbatibilidad en la Liga ante una fiera de cuidado. El Valencia vendió cara su derrota con 56 puntos en el segundo tiempo tras un arranque destemplado, pero acabó doblando la rodilla ante el líder, que alcanza su 13ª victoria. Un registro que iguala el de la temporada 2006-07, la primera de Joan Plaza en el banquillo y la última Liga blanca hasta la fecha.

El 15-4 inicial (con un 0 de seis en tiros de campo para los de Perasovic) instaló de nuevo la inercia optimista en los blancos. Ni la visita del segundo clasificado de la Liga, ni la ausencia por lesión de Rudy alteraron el feliz ecosistema del Palacio. Pero pronto se intuyó un cambio de guion en el líder. Llegaba el conjunto naranja a Madrid con el lustroso fichaje del exmadridista Gelabale, pero arrastrando las bajas de Lishchuk y Keselj, sus dos torres más acreditadas. Y el plan de Laso cambió el foco y se centró en explorar la veta del juego interior. Descubrió un filón bajo los aros: 28 de los 35 primeros puntos de los locales llegaron desde la zona, donde Reyes (el mejor de su equipo y del partido con 18 puntos y nueve rebotes), Mirotic y Begic camparon a sus anchas ante un rival demasiado benévolo. Con una de las baterías exteriores más potentes de Europa, el conjunto madridista volvió a lucir repertorio con un sutil volantazo que puso en valor a sus hombres altos, habituales secundarios en numerosas citas.

El próximo reto del Madrid: los 15 triunfos consecutivos de la temporada 1987-88

Solo Dubljevic, con 12 puntos en el primer tiempo, sostenía al Valencia en ataque. El descaro del pívot montenegrino desde más allá del 6,75 y un experimento episódico de defensa en zona dio a los visitantes un respiro en el marcador (35-28, m.19). Pero, justo entonces, el perímetro madridista encontró el interruptor. Tras un sonrojante 0 de siete en triples, Llull y Carroll afinaron la puntería antes del bocinazo del descanso y dispararon a su equipo hasta los 13 puntos de ventaja (41-28, m. 20).

Con un control autoritario del rebote (18-9), la velocidad de crucero instalada en ataque y el rival desconectado, nada hacía presagiar un sofocón como el que se llevaron los blancos. Pero en el tercer cuarto descarrilaron los de Laso. Doellman (con 11 puntos en ese acto) lideró un parcial de 2-16 que puso en el mapa a los de Perasovic y un triple de Pietrus completó la remontada parcial (54-55, m. 28). El Valencia apretó los dientes en defensa y secó el grifo del Madrid en la pintura hasta sellar un 17-29 que abrió un pulso tenso. Un nuevo partido más propio del enfrentamiento entre el primero y el segundo de la tabla (58-57, m. 30). Sin embargo, con la partida de ajedrez en su punto crítico, una técnica a Pietrus hizo perder el paso momentáneamente al cuadro naranja. Una patochada que otorgó una bocanada de aire al líder que se cuantificó en cinco puntos de renta (63-57).

Llull comenzó a tirar del carro y el Madrid atisbó la resolución del crucigrama. Pero en esas Slaughter devolvió la gentileza. Una antideportiva al estadounidense abocó al partido a una resolución sobre el alambre (70-70, m. 36). Cuestión de equilibrio y puntería pensó el Valencia (20 de 21 en tiros libres), donde Kelati daba un paso al frente ante la eliminación por faltas de Dubljevic. Cuestión de carácter pensó el Madrid, que lanzó a Felipe a la arena para pelear con el alma cada rebote, cada balón sin dueño. A los dos les funcionó el plan (79-79, a 1.10s). Gelabale y Llull opositaron entonces a héroes de la batalla rivalizando en descaro, pero fue en la ruleta rusa de los tiros libres donde el Madrid amarró, punto a punto, la 13ª victoria en la Liga. Con la Supercopa en el bolsillo, líderes en España y en Europa y con solo tres derrotas en 23 partidos oficiales, los números del equipo remiten a capítulos notables de su enciclopedia. El próximo reto: los 15 triunfos consecutivos de la temporada 1987-88, la del regreso de Fernando Martín de la NBA y el adiós de Corbalán.