La paciencia de Villa tiene un límite
Los partidos contra el Córdoba y el Atlético marcarán el futuro del delantero del Barcelona
Aunque no se puede hablar de un equipo titular, Tito Vilanova ha dado con una alineación estable que ahora mismo funciona muy bien en canchas tan complicadas como la del Betis. La formación presenta dos novedades: no juegan Alves ni Villa. Muy condicionado por las lesiones, el lateral brasileño no pasa por su mejor momento de forma, ha perdido la plaza en favor de Adriano y compite con Montoya. Y el Guaje se ha quedado fuera del once desde que el entrenador encajó a Iniesta en la banda, como falso extremo izquierdo, favorecido tanto por la profundidad de Jordi Alba como por la buena permuta de posiciones con Cesc Fàbregas.
La suplencia de Villa, expresada desde la visita del Barça a Moscú cuando se juntaron Xavi-Busquets-Cesc e Iniesta, adquirió una mayor relevancia el domingo en el Villamarín cuando Vilanova prefirió a Alexis como sustituto del lesionado Cesc. Antes incluso que recurrir a la opción del artillero asturiano, los técnicos sopesaron la posibilidad de dar entrada a Thiago, que acabó por salir a la cancha en sustitución de Pedro. Villa solo ha jugado dos de los últimos seis partidos, ambos prácticamente intrascendentes, contra el Alavés en la Copa del Rey y el Benfica en la Liga de Campeones, los dos en el Camp Nou.
“Tengo que tener paciencia”, afirmó Villa en su última comparecencia, el 15 de octubre pasado, antes del último encuentro de la selección española contra Francia. Ni siquiera la condición de segundo máximo goleador del Barcelona, con ocho tantos —cinco en la Liga y tres en la Copa después de 17 partidos, solo 9 como titular: marca cada 82 minutos— le ha servido para formar al lado de Messi, que ya totaliza 30 goles. Decisivo en partidos como el del Sánchez Pizjuán, día en que el Guaje marcó el tanto del triunfo, el entrenador repite que cuenta con Villa: “Necesito a toda la plantilla”. Ayer, insistió en el asunto: “No sé cómo se lo ha tomado”, aseguró con respecto a la suplencia del asturiano en campo del Betis. “Yo sé que a un futbolista de su nivel le gusta jugar siempre. Ya dije que cada día le veo mejor, pero ya sabéis que caben los que caben por más sistemas que haya y pensé que era mejor que no empezara estos partidos, pero en otros ha jugado los 90 minutos”.
"Caben los que caben", afirma Vilanova, que ha apostado por Cesc, Iniesta y Alexis
Vilanova optó por Alexis, a pesar de que salía de una lesión de tres semanas, porque le había visto como un tiro en los entrenamientos. El chileno fue decisivo en el primer gol de Messi a la hora de tirar el desmarque, ya se sabe de su capacidad para presionar y atacar el espacio, y en cada partido se bate como un jabato por el equipo. A cambio, tiene más dificultad para el control, tanto de esfuerzos como del balón, y le cuesta marcar goles. Solo ha anotado uno, contra el Benfica. Alexis mira a Messi cuando juega de la misma manera que a Villa le gusta enfocar también a la portería. El asturiano, en tanto que máximo goleador de la Roja, aspira a acabar las jugadas, circunstancia que en algunos partidos y entrenamientos ha provocado la protesta del 10 argentino.
“No es cierto que Villa y Messi tengan problemas”, certifican en el Camp Nou. “Leo se arrepiente enseguida de sus arrebatos”. Un miembro del cuerpo técnico significa: “Messi es el crack mundial más normal de todos los cracks mundiales”. Los traspasos de Ronaldinho, Eto’o, Ibrahimovic y hasta de Bojan son un mal precedente para Villa, respetado por sus goles y buena sintonía con los internacionales españoles y admirado también por la hinchada, que parece preferirle a Alexis.
Habrá que aguardar al partido contra el Atlético en el Camp Nou para saber sobre la situación y paciencia de Villa. Hoy seguramente será titular en Córdoba (20.00, MarcaTV) después que Vilanova haya dado descanso a Iniesta, Valdés y Adriano. El Guaje quiere ser protagonista en un encuentro de impacto como el del domingo después de reafirmar que está recuperado de la lesión de tibia que sufrió hace un año. Villa, fichado por 40 millones en 2010, no quiere convertirse en el símbolo del plan B, para cuando las cosas no salgan bien, ni jugar los partidos de relleno. El problema es que le han salido más competidores que nunca (Iniesta, Cesc, Alexis, Pedro, Tello) y el último desplante que tuvo con Messi ante el Granada solo se combate con goles.
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