Del récord al susto

El Barcelona le pidió permiso a la UEFA para felicitar por el videomarcador a Messi en el caso de que ayer marcara dos goles y superara los 85 que logró Gerd Muller en un año natural, en 1972. La UEFA dijo que no, que eso no se podía hacer, pero al mismo tiempo exigió que en ese supuesto, Messi compareciera ante los medios justo al acabar el partido. Al final, Leo empezó de suplente, saltó al campo para jugar media hora y se fue en camilla. La noche era fría, pero al aficionado, incluso a los que lo estaban viendo por la televisión, calentitos, en pantuflas y en el sofá, se les heló el alma. A Vilanova el primero: “Cuando veo a uno de los nuestros en el suelo siempre me preocupo”, dijo al rememorar las sensaciones que le causó ver a Messi salir en camilla del campo.

El técnico del Barcelona negó que La Pulga jugara para superar la plusmarca del delantero alemán porque habían pactado que utilizarían los últimos 30 minutos como parte del entrenamiento semanal: “De eso, del récord, habla todo el mundo menos Leo”, explicó. “Los récords no son un objetivo en sí mismos. No hay ningún equipo que inicie la temporada para lograr ningún registro”, había dicho también el director deportivo, Andoni Zubizarreta.

Como al técnico y a los aficionados, a los jugadores también les inquietó la situación: “A mí me ha pillado un poco lejos la jugada, pero he preguntado y me han dicho que era la rodilla, así que nos hemos asustado. Es muy raro que se lo lleven en camilla porque siempre le dan patadas y se levanta como si nada”, reconoció Sergi Roberto, uno de los mejores del partido.

Pinto, uno de sus mejores amigos, fue de los que se acercó a Leo en el vestuario para tener información de primera mano. “Le he preguntado cómo se encontraba y me ha dicho que estaba bien, tranquilo”, explicó el portero, que cuajó una excelente actuación. “Al llegar al vestuario nos tranquilizamos”, añadió Thiago. “Fue un susto de los que te dejan sin palabras”, reconoció su hermano, Rafinha.

El único que tuvo claro desde el principio que Messi no tenía nada fue Piqué, o eso explicó: “En el campo ya he visto que el diagnóstico estaba claro”, bromeó el central, impostor como nunca. Y, tranquilo al saber que era solo un susto, Piqué sacó pecho. “Vaya pase le he dado a Leo”, se jactó. En efecto, un extraordinario servicio del barcelonés permitió a Messi encarar a Artur, en la última acción del argentino, llegado el minuto 40.

“Al llegar al vestuario, nos tranquilizamos”, aseguraron tras el partido Thiago y Pinto

Messi trató de sortear al portero y no lo logró, pero le quedó el balón para jugársela en un remate con rosca. Probó y tal y como impactó con la pierna izquierda el balón, se echó mano al hueco poplíteo de la misma pierna. Cayó al suelo y ya no se levantó. En ningún momento el entrenador se arrepintió de darle esos minutos: “Si fuera así, le tendría que cambiar cada vez que fuéramos tres a cero. Esta media hora le iba bien para completar su preparación física. Lesionarse se puede lesionar en un entrenamiento, eso no cambia mi idea. Hemos hecho salir a Piqué y también teníamos a Sergio Gómez en el banquillo”. Desde la temporada 2008-09, La Pulga se ha quedado en el banquillo en 33 partidos y en 28 de ellos acabó, como ayer, en el césped.

“Estaba tranquilo”, explicó Vilanova, que también aguardaba noticias. Media hora más tarde, el comunicado médico del club anunciaba oficialmente que el delantero sufría una contusión ósea en la cara externa de la rodilla izquierda y advertía de que su evolución decidirá cuándo estará en condiciones de volver a jugar. Al Barcelona le quedan cuatro partidos —contra el Betis, el Córdoba en el Camp Nou, contra el Atlético de Madrid y en Valladolid— y está por ver si Messi estará en condiciones de participar en alguno.

Tras el susto, ayer nadie le descartó para el partido del domingo en Sevilla. Leo Messi se lesionó por última vez de gravedad el mes de marzo del 2008, contra el Celtic. Sufrió la rotura del tercio proximal del bíceps de la pierna derecha. En marzo de 2006 había sufrido la misma lesión ante el Chelsea;  ese percance le apartó del equipo el resto de la temporada, incluido el partido que decidió la Champions en Paris contra el Arsenal.