Mestalla entra en erupción
Tras caer goleado ante el Málaga, con 10 extranjeros en el ‘11’, el Valencia admite una crisis de identidad Feghouli declara tras ser detenido por conducir sin carné
El Valencia entró ayer en erupción, golpeado por el 4-0 ante el Málaga el pasado sábado en La Rosaleda, dándose cuenta de repente de que sufre una peligrosa crisis de identidad: no hay jugadores de referencia en un equipo que alineó a 10 extranjeros en la humillante derrota ante el Málaga. Todos menos Barragán. El club reconoce un error en la planificación de la plantilla, donde abundan los egos desbocados, comportamientos de divos en futbolistas que no han ganado nada. “Tenemos unos cuantos narcisistas”, reconocía un técnico de la entidad de Mestalla hace unos días. Y no iba precisamente por Feghouli, el interior derecho franco-argelino detenido ayer por la policía local de Valencia por conducir sin carnet por las calles de la ciudad. El interior derecho, que ha sido sometido hoy a un juicio rápido en la Ciudad de la Justicia, alegó que lo tiene en Francia.
El cuadro de Pellegrino, undécimo clasificado en la Liga, es el peor como visitante, con tan solo dos goles a favor y 11 en contra. Es un equipo que solo da la talla en casa y ante los rivales de más entidad, como si los jugadores solo se motivaran ante los grandes.
Un empresario costarricensese reunió ayer con el presidente de Bancaja para presentar una oferta de compra
En 2005, el Arsenal de Arsène Wenger, el club más castizo de Inglaterra, llegó a jugar un partido ante el Crystal Palace sin ningún inglés entre los convocados. La sentencia Bosman —que eliminó en 1995 el cupo de extranjeros para los jugadores miembros de la Unión Europea— llevada a su máxima expresión. En la Rosaleda, Pellegrino alistó a tres argentinos, dos franceses, un brasileño, un portugués, un mexicano, un argelino y un paraguayo. Soldado estaba sancionado, Albelda, de 35 años, apenas cuenta para Pellegrino, y Guaita fue relegado al banquillo por Diego Alves. El propio Pellegrino confesó en verano pasado que las mejores escuelas de fútbol son las españolas y, por lo tanto, también los chicos más preparados. Hace unos años, el Valencia fue uno de los viveros de la selección española: Joaquín, Pablo, Villa, Mata, Silva, Jordi Alba... Todos vendidos con tal de paliar la deuda, que llegó a ser de 550 millones, reducida ahora a 377. También se escapó Isco, figura en las categorías inferiores de España, ahora en el Málaga.
El presidente, Manuel Llorente, se encontraba ayer en Dubai junto a su director de mercadotecnia y comunicación, Damià Vidagany, en busca de nuevas fuentes de financiación. Las necesita pues el crédito de 219 millones del club con Bankia vence el 27 de diciembre. Hoy también vencen los intereses de 5,6 millones de un préstamo de 81 millones de la Fundación, máxima accionista del club, con la misma entidad bancaria, para acometer en su día una ampliación de capital de 90 millones. Este crédito está avalado por el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) de la Generalitat. En ambos casos, la sociedad de Mestalla confía en renegociar los préstamos, es decir, prorrogarlos.
Entre tanto barullo, un empresario costarricense entró ayer en escena. Mario Alvarado se reunió con el presidente de Bancaja, José María Mas Millet, para presentar una oferta de compra del Valencia. Fuentes de Bankia tacharon ayer a Alvarado de “pelín mafioso”, mientras el Valencia no ha recibido ninguna propuesta. El club cree que detrás de Alvarado hay una “campaña de publicidad”. Mas Millet, sin embargo, reconoce a un personaje “peculiar”, pero invita a Bankia a estudiar la documentación presentada por el inversor. El empresario constituyó, junto a su socio Eduardo Jarque, una sociedad en Valencia en septiembre pasado, de nombre Aloro Valencia XXI SL., con un capital social de 4.000 euros, dedicada a la construcción, la hostelería y la restauración.
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