Benítez despierta muchos recelos

Rafa Benítez reapareció en la Premier un poco más delgado y bastante más sonriente que cuando la dejó. Pero su llegada al Chelsea no ha sido plato del gusto de todos. Para los aficionados blues, Benítez no es el entrenador que rompió con el Valencia la hegemonía del Madrid y el Barcelona en la Liga española o el que devolvió al Liverpool la gloria europea contra todo pronóstico. Le ven como el hombre que forjó una rivalidad amarga con Mourinho en dos controvertidas semifinales de la Liga de Campeones; como el hombre que un día despreció la posibilidad de entrenar al Chelsea; como un entrenador tan metódico y táctico que creen que no es idóneo para el fútbol inglés, tan dado al zafarrancho de combate y a saltarse las instrucciones que se vociferan desde la banda.

Nada de eso parece importarle al español, que compareció respirando confianza y satisfacción al presentarse en la sala de prensa de Cobham. No le da miedo que la hinchada del Chelsea no le reciba con los brazos abiertos. “Lo que hay que hacer es ganar partidos porque así se ganan trofeos. Y los entrenadores y los aficionados tenemos una cosa en común: queremos ganar todos y cada uno de los partidos. Esa es mi prioridad. Ahora la gente puede tener dudas, lo importante es que no las tenga al final”.

El domingo tendrá los primeros elementos para juzgar si podrá o no conquistar el corazón de Stamford Bridge cuando se siente por primera vez en el banquillo local para recibir al Manchester City. Un debut endiablado: lleno de riesgos, pero también de oportunidades.

¿Se arrepiente de haber despreciado un día al Chelsea? “He leído los comentarios sobre qué he dicho y algunas declaraciones no las recuerdo. Hay que analizar las cosas en su contexto. Estábamos jugando en semifinales de la Champions y si soy un hincha quiero ver a mi entrenador luchando por mi equipo. Eso no es una falta de respeto a los hinchas del hinchas del Chelsea, eso es defender a tu equipo”, dijo.

Ahora la gente puede tener dudas. Lo importante es que no las tengan al final”

Benítez parece quedarse pasmado cuando le preguntan si le costó aceptar la oferta del Chelsea dados sus vínculos con la afición del Liverpool y con la ciudad, donde ha seguido manteniendo casa y vive con su familia. “Tenía el reto de entrenar a un gran equipo y no iba a decir que no. ¿Por qué? He estado esperando casi dos años una oportunidad como esta y estoy seguro de que los aficionados del Liverpool me van a desear lo mejor, excepto contra ellos…”.

Cuesta imaginar a Benítez, un hombre acostumbrado a controlar hasta el más minúsculo de los detalles, trabajando a la sombra de los vaivenes del propietario del Chelsea, el oligarca ruso Roman Abramovich. “Aquí no tienes dos propietarios que no se hablan el uno al otro”, ironizó, aludiendo a la caótica etapa final en el Liverpool. No parece importarle que piensen que le está calentando el banquillo a Guardiola y que este ocupará su lugar al final de curso. “Tengo muy buena relación con Guardiola. Es un gran entrenador y quién sabe qué ocurrirá en el futuro. Cuando analizas por qué vas a un gran equipo por siete meses hay una respuesta: porque puedes ganar trofeos”, responde.

Abramovich quiere que el español recupere la mejor versión de Torres

Pero quizás la gran incógnita es por qué Abramovich ha elegido a un hombre tan opuesto en muchos aspectos al que realmente hubiera elegido, Guardiola. Quizás la respuesta tiene nombre y apellido: Fernando Torres. Juntos vivieron grandes tardes en Anfield y Benítez ha dejado dicho que el problema del Niño es de confianza. Quizás Abramovich solo busca que Benítez demuestre al mundo que él, el patrón, tenía razón y que valía la pena pagar 58,8 millones de euros por un goleador que ya casi nunca mete goles. Quizás.