El Valencia roza el heroísmo
El equipo de Pellegrino empata con el Bayern tras casi una hora con un jugador menos tras la expulsión de Barragán
A grandes retos, el Valencia de Pellegrino toma la palabra. No es un equipo para la vida rutinaria, sino para plantarle cara al Bayern actuando casi una hora con uno menos. Tras la expulsión de Barragán, Feghouli retrasó su posición y jugó por dos, como cada uno de sus compañeros. Mestalla los despidió puesto en pie.
Merecieron el heroísmo de haber derribado a un Bayern empequeñecido, administrador de esa ventaja que le permitirá ser primero si vence al BATE en la última jornada. El Valencia se ha ganado la clasificación con todos los honores.
Barragán confundió la velocidad con el tocino al ser expulsado en el minuto 34: una cosa es ser agresivo ante dos rivales tan afilados como Alaba y Ribéry y otra entrarle como un búfalo al austriaco después de haberle pisado el tobillo al francés. En los primeros minutos, el Bayern había cargado descaradamente por ese flanco.
VALENCIA, 1 - B. MÚNICH, 1
Valencia: Guaita; Barragán, Rami, Ricardo Costa, Cissokho; Feghouli, Parejo (Jonas, m. 75), Tino Costa, Guardado (Valdez, m. 87); Ever Banega (Albelda, m. 82); y Soldado. No utilizados: Diego Alves, Viera, Víctor Ruiz, Bernat.
Bayern: Neuer; Lahm, Dante, Badstuber, Alaba; Javi Martínez, Schweinsteiger; Müller, Kroos (Shaqiri, m,. 68), Ribéry (Mario Gómez, m. 81); y Pizarro (Mandzukic, m. 68). No utilizados: Starke, Van Buyten, Rafinha y Tymoshchuk.
Goles: 1-0. M. 79. Feghouli. 1-1. M. 83. Müller.
Árbitro: Howard Webb. Expulsó a Barragán con roja directa (m. 34). Amonestó a Barragán, Dante, Javi Martínez, Soldado y Guaita.
Unos 40.000 espectadores en Mestalla.
La respuesta del Valencia, con uno menos, fue magnífica. A pesar de que Pellegrino mandó calentar a un tercer central (Víctor Ruiz), dejó reposar el partido para ver si la reorganización espontánea de su equipo surtía efecto. Así fue. El interior Feghouli se creció para cubrir también el lateral mientras los centrocampistas se multiplicaban en el repliegue y el ataque. Al toque de primeras de Tino Costa, el Valencia salía de estampida. Escalonadamente, convirtiéndose Parejo en una pieza fundamental. Había sido una sorpresa en la alineación y tenía órdenes muy estrictas: simplificar todo lo posible. E incrustarse entre los centrales cuando había que sacar limpio el balón. Mucho más avispado que otras veces, cumplió con creces. La misión es depositar la pelota lo antes posible a los pies de Soldado. Lo suyo fue una exhibición de controles en carrera y quiebros ante la mirada espantada de Badstuber. Al central germano lo dejó tirado con regate y el posterior remate de Feghouli lo repelió Neuer. El único desafinado era Guardado.
La primera parte del Bayern resultó decepcionante. Tanto antes como después de la expulsión de Barragán. Dio la impresión de especular con un marcador que le permitía ser primero de grupo de ganar al BATE en la última jornada. Mantuvo un perfil muy bajo el conjunto bávaro y Javi Martínez no se salió de la mediocridad general.
Los jugadores de Heynckes llegaron a una conclusión en el arranque del segundo tiempo: era imposible arrebatarle el cuero a Ever Banega, como si fuera un apéndice de su cuerpo. Casi casi puede jugar andando. A todo esto, los centrales, Rami y Ricardo Costa, se estaban ganando por fin el corazón de la grada defendiendo al límite cada ataque germano. Rami, sobre todo, se impuso siempre en el juego aéreo ante Pizarro.
Mestalla se encendió ante la actitud heroica de su equipo, tanto en defensa como en ataque. Tino Costa iba tan sobrado que se permitía ciertos lujos. Como ese abordaje por la medular resuelto con un pase raso en profundidad a Soldado. El punta valenciano le había vuelto a ganar la espalda a los centrales, pero su disparo, con toda el alma, se le marchó alto. Demasiada fuerza.
Descontento con sus chicos, Heynckes optó por darles más intensidad con Mandzukic y Shaqiri. Entre ambos generaron la acción mejor trazada del Bayern en el segundo periodo: el centro enroscado del suizo y el cabezazo a la madera del croata.
El Valencia empezó a notar el cansancio de tantos minutos con un menos. Los calambres atacaron a Parejo. Sus compañeros aprovechaban el juego detenido para beber agua, sedientos, junto al banquillo. Por fin, después de año y medio, una ovación para Parejo, sustituido por Jonas para el último cuarto. Tan feliz había sido Parejo que quería volver a entrar sin haberse dado cuenta de que había sido sustituido.
Feghouli arrancó enrabietado, quebró dos veces hacia el interior del área y lanzó un zurdazo que golpeó en la mano de Dante antes de batir a Neuer. El éxtasis duró poco. Hasta que Müller martilleó un balón suelto dentro del área. El público, igualmente, se marchó entusiasmado.
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