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El espíritu de Porto Alegre

Ante el día decisivo, el capitán Álex Corretja recuerda a sus jugadores la remontada a domicilio ante Brasil en 1998

Juan José Mateo
Corretja anima a sus jugadores durante el partido de dobles
Corretja anima a sus jugadores durante el partido de doblesFILIP SINGER (EFE)

“Esto me recuerda a Brasil 1998”, dice Àlex Corretja, el seleccionador, cuando le preguntan sobre el 2-1 en contra con el que España afronta el domingo decisivo en la 100ª final de la Copa Davis. “Es una buena referencia. Nos agarramos a eso, sabemos que hemos sido capaces anteriormente. Ahí también lo teníamos muy difícil y el equipo tiró adelante”, prosigue el técnico sobre la primera ronda disputada en el Parque Moinhos de Vento, donde España superó en la última jornada un marcador adverso desde la fe inquebrantable contra la adversidad. “Aunque sea otra vida, otros jugadores, pienso que es un poco parecido”, razona el ex número dos, que entonces, con Carlos Moyà, ganó los dos partidos del domingo (2-3) ante la selección de Kuerten y Meligeni. “Es muy difícil pero para nada imposible. Estamos al límite, obviamente, porque con un partido nos dejan fuera, no podemos fallar, pero viendo el nivel de mis jugadores, confío”.

“Hasta el momento no hay ningún reproche, ni a los jugadores ni a la forma en la que se ha perdido”, valora el seleccionador, que celebra su primer año en el cargo

Corretja llena el día a día de sus jugadores con mensajes. El jueves, les habla del peso de la historia, de la importancia de canalizar el ardor guerrero con inteligencia, porque, les dice a sus tenistas, los checos llevan desde 1980 sin celebrar el título y eso pesa: “Os pido que os dejéis el alma y el corazón en la pista, pero que juguéis con la cabeza. Los rivales son muy buenos, pero llevan 30 años sin ganar (1980), y hay que ver si saben jugar con estas circunstancias”. Minutos después de que acabe la jornada del viernes, aún desde el vestuario, los cuatro tenistas españoles reciben un sms en su móvil del seleccionador. Antes ven un video que les compara con Rocky. Ayer escuchan los recuerdos de Brasil. Todo está dirigido a activar su instinto competitivo.

“Hasta el momento no hay ningún reproche, ni a los jugadores ni a la forma en la que se ha perdido”, valora el seleccionador, que celebra su primer año en el cargo. “El Berdych-Ferrer va a ser una batalla muy dura, porque Tomas viene con mucha confianza y tiene a David delante, que tiene que plantear un partido de llevarlo al límite físico y psíquico, muy duro, de muchos intercambios, agotarle”, prosigue. “Luego, tengo también plena confianza en Nico ante Stepanek. No podemos cometer errores, ellos pueden cometer uno. Sabíamos que esto podía pasar, entrar 1-2 el domingo. No es algo muy sorprendente. Estamos listos”. “Hemos encontrado la mejor solución posible según las circunstancias del fin de semana”, valoró Berdych. “Mandamos 2-1, pero esto aún no ha acabado. Todavía queda mucho que andar. Quedan dos partidos muy duros, contra rivales muy fuertes… pero estamos en mejor posición que ellos”.

Hoy, en Praga, se pelea: España busca su sexta Ensaladera, la República Checa, el fin de una sequía de otro siglo (1980).

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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