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Dos campeones, dos trazadas

Vettel y Alonso buscan el título desde estilos diferentes de pilotaje y gestión de sus equipos

O. P.
Fernando Alonso y Stefano Domenicali, ayer en Austin.
Fernando Alonso y Stefano Domenicali, ayer en Austin.luca bruno (ap)

Los estilos que han llevado a Sebastian Vettel y a Fernando Alonso hasta Austin, donde llegan separados por 10 puntos en el Mundial cuando solo quedan 50 por otorgarse, son tan distintos como lo pueden ser el RB8 y el F2012, sus respectivos monoplazas, Red Bull y Ferrari, las escuderías para las que corren, o incluso sus vidas fuera de las vistas.

» Coche: Red Bull va por delante. Los trazos que salen del lápiz de Adrian Newey, director técnico, son mucho más resolutivos que los de Nikolas Tombazis, su homólogo en il cavallino rampante. El F2012 de Alonso es una roca (no ha sufrido un solo abandono por avería) pero demasiado perezoso los sábados. La primera versión fue decepcionante, la actualización presentada en Montmeló (mayo) lo colocó al nivel de los mejores, pero su desarrollo entró en punto muerto. Red Bull tardó medio Mundial en encontrar la fórmula que estabilizara su RB8, pero cuando lo consiguió (Singapur), volvió a convertirse en la referencia. Los abandonos de Vettel por avería en Valencia y Monza apuntan a la fiabilidad como su única flaqueza. La demostración del alemán en Abu Dabi, donde remontó 20 puestos, es un ejemplo de la fuerza del bólido. “Nuestro coche es muy competitivo. Hemos podido ir sumando muchos puntos que nos han permitido llegar hasta aquí”, argumenta el de Heppenheim, que acumula cinco triunfos, cuatro de ellos consecutivos, y que no se ha bajado del podio desde septiembre. “Hay que mejorar”, no hace más que repetir Alonso.

La demostración del alemán en Abu Dabi, donde remontó 20 puestos, es un ejemplo de la fuerza del bólido

» Gestión del equipo: compadreo o presión. Las estrategias que siguen Alonso y Vettel para motivar a sus tropas son diametralmente opuestas. El alemán busca crear complicidades con todos sus técnicos para que se dejen la piel por él, más allá del sueldo que reciben por hacerlo, y siempre les agradece los panzones de trabajar que se pegan, tanto los que se desplazan a los circuitos como los que se quedan en la sede. Alonso, por su parte, opta por ponerles siempre bajo presión para que no se despisten, siempre les exige más y más y de forma directa, guarda mucho más las distancias que su rival y acentúa mucho más que él su rol de líder.

Vettel, en Austin.
Vettel, en Austin.Luca Bruno (AP)

» Fábrica: simulador y túnel de viento. Los dos candidatos se pasan horas y horas subidos a sus simuladores, esas PlayStation gigantes para buscar el mejor compromiso. El túnel de viento, por otra parte, es, probablemente, el componente más importante en el desarrollo del prototipo. Cuando Red Bull adquirió Jaguar en 2004 y se trasladó a Milton Keynes, Arrows liquidaba su cuartel general de Bedford. La pieza más cotizada era su galería del viento, una mastodóntica instalación construida a finales de los noventa por el ministerio de defensa británico concebida especialmente para trabajar con el Concorde. Dietrich Mateschitz, el propietario del imperio energético, se lo quedó y lo ha ido modernizando. El de Maranello ha quedado tan obsoleto que Ferrari ha decidido cerrarlo para remodelarlo y entretanto utiliza el que Toyota posee en Colonia. Este contratiempo explica, en gran medida, la limitada optimización que se ha hecho del F2012. Ambas estructuras disponen de un presupuesto similar que ronda los 300 millones de euros.

» En la pista. El niño y el tiburón. Desde hace un par de años, la parrilla entera señala a Alonso como el piloto más completo. Esta temporada no se le recuerda ningún error de pilotaje más allá de una salida de pista en Australia, durante la cronometrada. Metido en faena tiene el hambre de un tiburón, nunca pierde la calma y su mejor virtud es su capacidad para sacar el máximo partido del material que posee. Vettel, por su parte, ha madurado mucho pero aún le cuesta gestionar las situaciones apuradas, en las que todavía se le dispara el pulso. Las sanciones en Monza, donde le cayó un pase y siga, y en Hockenheim, donde perdió el podio por adelantar ilegalmente a Button, prueban que aún tiene margen de mejora. “Seb es súper rápido, pero hay una diferencia importante entre él y Fernando que aparece cuando surge algún problema inesperado”, opina Jacques Villeneuve. “Alonso se mantiene sereno, racional, mientras Vettel se cabrea, grita, se agita y hasta enseña el dedo índice. Es como un niño”, detalla el ex campeón canadiense.

» Fuera del circuito. Si Alonso y Vettel se parecen poco cuando se enfundan el mono, en su día a día aún estás más alejados. Ambos están obsesionados en preservar su vida privada, pero su forma de hacerlo no tiene nada que ver. El español pretende que nadie haga referencia a su intimidad aunque es él mismo quien la airea a los cuatro vientos mediante las redes sociales, mientras que Vettel está obsesionado en preservar a su novia de toda la vida, Hannah, y consigue mantenerla alejada de los focos gracias a su complicidad y dotes diplomáticos.

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