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El peligro de lo desconocido

Los rivales describen a Granollers y López, ganadores de la Copa de Maestros y hoy ante su gran prueba, como una pareja atípica que rompe con las tradiciones del dobles

Juan José Mateo
Granollers y Marc López posan con la Copa de Maestros en dobles.
Granollers y Marc López posan con la Copa de Maestros en dobles.Kerim Okten (EFE)

“No sé si esta pista le dará a Marc López la posibilidad de sacar sus armas”. Cuando Marc López y Marcel Granollers llegan a Praga, el destino del equipo titular de España ya está sellado: los doblistas acaban de convertirse en maestros de maestros; el título imposibilita que a López le sustituya Feliciano López; y la rápida pista instalada por el equipo checo queda como juez inclemente de una pareja atípica, la mejor por resultados que ha tenido la selección desde los tiempos de Sergio Casal y Emilio Sánchez. “¿Le dará tiempo aquí a Marc de rodear la pelota y golpearla con la derecha en lugar de con el revés?”, se preguntan varias voces en el vestuario sobre la mitad de una pareja como no hay otra en la elite, y que hoy (14.00, La 1) afronta el examen definitivo: sumar su primera victoria a domicilio, con el público en contra y sobre una superficie que mella el filo de varias de sus armas.

“Marc y Marcel son jugadores muy diferentes de Feli y Verdasco”, analiza para este diario Radek Stepanek, que perdió en la final de 2009 contra el toledano y el madrileño, y que solo se enfrentará a la nueva pareja española si el capitán checo decide que él y Berdych sustituyan hoy a Lukas Rosol e Ivo Minar, los titulares. “En tierra, tras su propio saque, muchas veces se quedan en la línea de fondo”, prosigue Steps. “Tienen su propio estilo, una cosa nueva que han aportado entre los equipos top del dobles. Son diferentes. Inusuales. Diría que dan más problemas en arcilla, pero ya han demostrado su capacidad sobre cemento indoor”, argumenta. “Están mejorando en esa superficie. Son muy duros… pero estamos listos”.

No son especialistas que hacen por norma el saque y volea cerca de la red

“Un jugador tiene que luchar con las mejores armas que tiene”, cuenta en Praga Joan Balcells, el doblista de las patillas que celebró la primera Davis de España (2000). “Marcel es un jugador que puede adaptarse al dobles perfectamente porque es rápido en la red, saca bien y resta bien. En el caso de Marc, sin embargo, su fuerza está en el fondo: no puede jugar con grandes servicios y grandes voleas”, añade. “Para luchar por los partidos, Marc, al que le cuesta más ganar sus servicios, utiliza fundamentalmente su derecha y su talento, porque tiene muy buena mano”, sigue. “No forman un doble corriente porque tienen muchas cosas que no tienen las demás parejas. El resto y el segundo tiro cuando les volean, por ejemplo”.

“Cuando jugamos contra un equipo normal, tenemos una diana cuando sacamos, restamos o voleamos”, insistió en Londres el indio Bhupathi, que perdió junto a su compañero Bopanna la final de la Copa de Maestros contra los españoles. “Con estos tíos, no. Ponen su campamento en la línea de fondo y aprovechan su mayor fortaleza, que es la velocidad y variedad con la que golpean la pelota desde ahí… ¡En tres partidos me han roto el saque 10 veces!”, cerró el indio. “No son un doble tradicional, de saque y volea”, le continuó su compañero. “Mezclan. Se cruzan mucho en la red. Golpean muchos tipos de tiro distintos. Nunca sabes si subirán o tirarán un golpe cruzado”.

“Los especialistas normalmente hacen por norma saque y red”, explica Granollers, que es el número 10, con López como el seis del dobles. “Nosotros no utilizamos tanto esa táctica”, recuerda. “Intentamos variar desde el fondo porque los dos venimos del individual. Combinamos ambas tácticas”. Los M&M levantaron la Copa en Londres y afrontan ahora una prueba de altura: la final de la Davis, en Praga, con 14.000 gargantas en contra.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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