El Málaga pierde el paso

Al Málaga le empiezan a pesar sus hazañas en la Liga de Campeones. La Real Sociedad, con un ritmo endiablado al contragolpe y las gotas de calidad que destilaron Pardo, Xabi Prieto e Illarramendi, le endosó la segunda derrota consecutiva en casa. Justa a todas luces la victoria vasca porque el equipo andaluz se movió siempre a un ritmo inferior al de su rival, echando de menos a Demichelis [sancionado] en defensa, con Joaquín y Saviola muy apagados y Toulalan sin aire. Los esfuerzos europeos le pasan factura al equipo de Pellegrini y, al mismo tiempo, se demuestra que la Liga española es muy competitiva y solo las plantillas estelares de Madrid y Barcelona aguantan sin fisuras jugar miércoles y domingo.

Se está convirtiendo en una costumbre que el Málaga tenga que afrontar sus partidos en La Rosaleda con el marcador en contra. La Real, inmersa en una racha negativa, con su entrenador Montanier en entredicho, tuvo un inicio fulgurante, espectacular, con una jugada eléctrica a los 47 segundos que acabó con un gran gol de Vela. El despliegue en ataque, a una espectacular velocidad, sorprendió al Málaga. El zarpazo de la Real dibujó un escenario ya conocido para los locales, muy espesos en la fase inicial del encuentro. El equipo vasco, sin continuidad, sí ofreció magníficas salidas al contragolpe, bien dibujadas por la clase de Xabi Prieto y la endiablada velocidad de Vela e Ifran. Le falta a la Real, no obstante, continuidad para que las pinceladas que ofrece se conviertan en una obra completa.

Al Málaga le duró la siesta 20 minutos, el tiempo que tardó Isco en tomar el mando de las operaciones. No anda fino el internacional sub-21, pero sigue destilando clase. El Málaga metió a la Real en su campo, donde se vio sometida al acoso de un equipo andaluz que empató en su primer disparo a puerta. Saviola, impreciso en los últimos partidos, aprovechó un error a la salida de un córner. El cielo se despejó para los andaluces, Zubikarai salvó al conjunto vasco en un disparo de Isco y el partido se le puso de cara al Málaga.

El descanso templó los ánimos locales y la Real, de nuevo, salió como un obús. La velocidad de sus delanteros mató a la defensa del Málaga, en especial a Onyewu, que sufrió una barbaridad ante Vela e Ifran. Un mal despeje del central habilitó a Xabi Prieto, quien con una clase impresionante batió a Caballero. Murió el partido en esa acción tan brillante del capitán de la Real, que no echó de menos a jugadores como Zurutuza o Griezmann y se llevó tres puntos que le suponen un auténtico balón de oxígeno.