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La machada como rutina

El Rayo remonta dos goles en contra ante el Celta (3-2) en otro partido febril que se rompió a su favor con la expulsión de Cabral a los 40 minutos

Faustino Sáez
Tito celebra su gol junto a Leo Baptistao.
Tito celebra su gol junto a Leo Baptistao.Sergio Barrenechea (EFE)

Vallecas interpreta epopeyas con sorprendente rutina. El Rayo de Paco Jémez tiene un ideario tan impulsivo que permite vivir varios partidos en uno en un viaje constante del caos al éxtasis. Una meritoria ruleta rusa que ante el Celta le valió su quinta victoria de la temporada tras verse con un 0-2 en contra a las primeras de cambio. Como pasaporte al gol, se encontró con la expulsión del central vigués Cabral a los 40 minutos y a partir de ahí triunfó su apuesta por la agitación. Leo, Tito y Piti desataron el frenesí en el barrio. Otra alegría en el alambre de las emociones fuertes.

En Vallecas, la distancia que separa la valentía de la temeridad mide aproximadamente 45 metros. Con la trinchera plantada a un palmo de la línea del centro del campo, el Rayo reinterpretó ante el Celta el febril ejercicio de funambulismo que le encumbra en sus mejores tardes y le condena otras muchas cuando patina en la cuerda floja. En esta ocasión compaginó ambas versiones con tiempo para levantarse de la caída.

Rayo Vallecano, 3 - Celta, 2

Rayo Vallecano: Cobeño; Tito, Amat (Gálvez, m. 46), Labaka (Delibasic, m. 62), Casado; Javi Fuego, Trashorras; José Carlos, Chori Domínguez, Piti; y Leo Baptistao (Adrián, m. 86). No utilizados: Rubén; Vázquez, Arana y Lass.

Celta: Javi Varas; Hugo Mallo, Túñez, Cabral, Roberto Lago; Álex López (Bustos, m. 42), Jonathan Vila; Augusto Fernández (Bellvis, m. 55), Mario Bermejo (Toni, m. 65), Krohn-Dehli; y Aspas. No utilizados: Sergio Álvarez; De Lucas, Joan Tomás y Park Chu-Young.

Goles: 0-1. M. 12. Iago Aspas. 0-2. M. 34. Iago Aspas. 1-2. Leo Baptistao. 2-2. Tito. M. 66. 3-2. M. 82. Piti, de penalti.

Árbitro: Álvarez Izquierdo. Expulsó a Cabral (m. 40) por doble tarjeta amarilla y al delegado del Rayo, Miguel Ortiz, con roja directa (m. 92). Amonestó a Piti, Augusto, Amat y Bustos.

Unos 10.000 espectadores en Vallecas.

Torpes y lentos en la presión, los defensas franjirrojos sucumbieron de inicio ante una avispa de nombre Iago Aspas. Con alma de tunante y piernas de velocista, el delantero vigués encontró un paraíso en la pradera vallecana. A campo abierto y sin competencia en el sprint, puso el partido patas arriba en un santiamén con cara de no haber roto un plato. A los cinco minutos presentó su tarjeta de visita a Cobeño en un mano a mano que acertó a salvar el guardameta tras un balón en largo que desmontó el enclenque dique rayista.

Poco después atinó tras perfeccionar el mismo ejercicio de picardía. Se filtró entre los centrales y aprovechó una sutileza de Álex López en la frontera del fuera de juego para lograr el primer tanto con un sencillo tiro cruzado. Acostumbrados al varapalo, los de Paco Jémez recibieron el golpe sin variar un ápice su libro de estilo. Pero la coherencia les costó otro revés. De nuevo Aspas, en esta ocasión a pase de Krohn-Dehli, se encontró el tapete alfombrado para trotar sin problemas hacia el segundo tanto.

Apenas habían pasado 33 minutos y el partido parecía tener el cartel de cerrado hasta que Cabral destartaló la pizarra de Paco Herrera. El central del Celta, que ya tenía una amarilla, repelió con la mano un centro de Casado y vio la roja a los 40 minutos. La expulsión alteró los biorritmos del choque más allá de la descompensación numérica. Despertó los miedos del cuadro vigués y desató el espíritu kamikaze del Rayo. A la vuelta de los vestuarios, los locales se lanzaron a tumba abierta a por la machada.

En un fogoso arreón, los franjirrojos ensancharon su dibujo hasta la línea de cal de ambas bandas para descoser al Celta y la sencilla maniobra les llevó hasta la remontada. Primero fue Casado el que percutió por la banda izquierda para lanzar una rosca académica que Leo Baptistao descolgó con un cabezazo santillanesco que se coló junto a la cepa del palo. Después, Chori Domínguez desde la derecha sirvió otro centro endiablado que cogió a contrapié a la retaguardia viguesa y que rescató Tito con un cabezazo en plancha para lograr el empate.

Espoleados por la hazaña y con tiempo para completar la fiesta, el Rayo continuó su ardiente pim-pam-pum ante un Celta abrumado y encontró el premio de penalti. Tuñez apresó a Delibasic en su intento de remate y Álvarez Izquierdo cazó la maniobra. Piti se escurrió en el lanzamiento pero atinó con el gol del triunfo. Otro ardoroso vaivén emocional en Vallecas.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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