Begic se monta un guateque
El Madrid vence con suficiencia a un flojo Cantú con 17 puntos y 10 rebotes del pívot esloveno
El Madrid se ventiló con suficiencia al Cantú al tiempo que Mirza Begic se daba un festín. El pívot ha despertado de su letargo y los blancos, que ya presumían de perímetro, comienzan también a colonizar la zona, territorio inexplorado a principio de curso.
Tras firmar 14 puntos y seis rebotes en 16 minutos la pasada semana ante el Fenerbahçe, el esloveno volvió a estar iluminado ante el Cantú. Excelso en sus primeros 14 minutos, disparó sus prestaciones con 11 puntos y cinco rebotes que allanaron la noche. Aupados por su gigantón los de Laso dominaron el rebote, controlaron el tempo y se escaparon con facilidad hasta los 15 puntos de ventaja coincidiendo con el bocinazo del descanso (41-26). El expediente final de la torre madridista fue notable: 17 puntos, 10 rebotes y 17 de valoración.
Real Madrid, 80 - Cantú, 66
Real Madrid: Draper (0), Rudy (14), Carlos Suárez (2), Mirotic (14) y Begic (17) —quinteto inicial—; Sergio Rodríguez (0), Reyes (3), Carroll (11), Slaughter (6), Llull (11), Pocius (2) y Hernangómez (0).
Cantú: Smith (7), Markoishvili (5), Aradori (18), Cusin (2) y Leunen (13) —quinteto inicial—; Scekic (0), Mazzarino (3), Brooks (13), Tyus-Cecchini (5) y Tabu (0).
Parciales: 18-12; 23-14; 22-22 y 17-18.
Árbitros: Rocha (Portugal), Viator (Francia) y Anastopoulos (Grecia). Sin eliminados.
9.235 espectadores en el Palacio de los Deportes.
Grupo A: 1. Real Madrid (3 victorias y 1 derrota). 2. Fenerbahçe (3/1). 3. Panathinaikos (2/2). 4. Olimpija (1/2). 5. Cantú (1/3). 6. Khimki (1/2).
El 16-5 inicial sentó las bases de un encuentro plácido frente a un clásico de otra época. El histórico Pallacanestro Cantú, con 10 títulos continentales en sus vitrinas (el último, la Copa Korac que ganaron al Madrid en 1991), actúa ahora de meritorio en el escenario europeo en el que Italia es uno de los caladeros donde pescan los nuevos ricos.
En cuanto los blancos pusieron las calderas en marcha, el rival se derritió como plastilina. Mirotic continuó su progresión aritmética, Rudy sacó de nuevo brillo a su muñeca, Carroll volvió a alardear de afinación y los bases interpretaron partituras complementarias. Llull retomó el hilo tras su lesión para celebrar la renovación de contrato con los blancos hasta 2018.
Enfrente, apenas Aradori (máximo anotador del partido con 18 puntos) respondió a las expectativas mientras Brooks y Leunen aprovecharon para engordar su ficha particular en minutos insustanciales. En el banquillo visitante, pizarra en mano, Lele Molin —encargado de echar el telón a la era Messina— pasaba por Madrid con su habitual sigilo como segundo de Trinchieri. “Esta es la mejor versión del Madrid en los últimos años. Por química, por instinto y por estilo de juego. No sé si ganarán, pero tienen de todo salvo un pívot dominante”, declaró el técnico italiano. Begic se esforzó en desmentirle y Hettsheimeir ultima su puesta a punto.
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