‘Ferrero, adiós a un grande’

Corría el año 1999 cuando tuve la oportunidad de enfrentarme con un joven de 19 años llamado Juan Carlos Ferrero. Era en el Conde de Godó y confieso que no le había visto jugar, aunque tenía muy buenas referencias suyas. Le conocía del año anterior, en el que yo gané Roland Garros y él perdió en la final del junior ante Fernando González. El paso de ser un exitoso junior a ser un jugador de referencia en el circuito profesional suele ser muy complicado, y en muchos casos te das cuenta de que alguien es especial cuando ves la rapidez con la que va quemando etapas. Pasó como una exhalación por el circuito de futures, challengers (donde gano dos títulos) y en su debut en el circuito ATP pasó la previa y perdió en semifinales en Casablanca.

En momentos de pleno apogeo, su ritmo de bola era inalcanzable

Otra manera de darte cuenta de que estás viendo a alguien diferente es enfrentándote a él. Y eso es lo que sentí en ese partido. Yo era el numero dos del mundo y gane después de casi 3 horas, 7-5, 5-7 y 6-4, pero no tuve dudas de que ese rival iba a ser muy grande en un futuro próximo y que me iba a jugar títulos importantes frente a él. Vi a un jugador muy completo, rapidísimo y con una velocidad media de bola altísima sin apenas cometer errores. Su revés paralelo, que muchos españoles recuerdan de la Copa Davis, era demoledor.

Después de una meteórica ascensión, no dudaba de que estaba ante un potencial ganador de torneos del Grand Slam, y no solo de Roland Garros, ya que su tenis se adaptaba perfectamente a todo tipo de superficies, encarnando al jugador español moderno capaz de triunfar en grandes torneos en pista dura. En momentos de pleno apogeo, su ritmo de bola era inalcanzable y míticos fueron sus duelos con el gran Guga Kuerten.

Puede que las lesiones no le permitieran ganar más títulos y le impidieran estar más tiempo entre los 10 primeros, aunque él suele decir que eso no es así y que se lesionó más o menos igual que cualquier otro jugador. Estoy de acuerdo, en una carrera tan longeva y siendo el tenis un deporte tan agresivo para el cuerpo, hay poquísimos jugadores libres de lesiones, y sí que puede ser que haya tenido algunas en momentos muy importantes en su carrera, como puede ser la varicela cuando era numero dos del mundo o en la defensa de Roland Garros al año siguiente de ganarlo.

El tenista pasará a la eternidad como uno de los tres números uno que ha tenido este país

Se va un grande, sin duda. Seguirá vinculado de alguna manera al mundo del tenis, a través de su academia, con el torneo de Valencia o al mando del equipo español de la Davis en un futuro. Para el público siempre será recordado como el héroe que con su revés paralelo consiguió el punto con el que España ganó la primera Copa Davis de la historia. Para el tenis español, pasará a la eternidad como uno de los tres números uno que ha tenido este país. Nunca olvidare nuestros enfrentamientos, su calidad nos hizo mejorar a todos. Esperaré impaciente a nuestra próxima batalla, esta vez en el senior tour, porque conociendo su carácter competitivo y ganador, no dudo de que echará de menos la adrenalina que solo da la competición.

Por todo eso, le deseo desde aquí mucha felicidad en su nueva etapa, el amante del tenis nunca le olvidará.