El podio es un pañuelo
Pedrosa logra una victoria brillante en Motegi y, por primera vez en la historia de MotoGP, se sube al podio junto a otros dos españoles: Lorenzo y Bautista
Dice Dani Pedrosa que empezó a ver por televisión las carreras de motos a mediados de los noventa. “Solo veía las carreras de 500cc y luego, con los años, también las otras categorías”, cuenta. En aquellos noventa la figura por excelencia era Mick Doohan, que ganó el título de manera consecutiva desde 1994 hasta 1998. Así que los niños españoles alucinaban con el australiano y, con el paso del tiempo, se debatían entre idolatrar a aquel hombre capaz de ganar un Mundial tras otro pese a haber estado a punto de perder su pierna derecha en un terrible accidente en Assen o animar al único español que parecía tener intención de hacer algo en la categoría reina, Álex Crivillé. Cuando le preguntan a Jorge Lorenzo por quienes eran aquellos pilotos que recuerda ver por la tele cuando era solo un niño exprime su memoria: “Biaggi, Harada, Sakata, Perugini, Aoki, Barros... Y Crivillé, me gustaba mucho Crivillé”. Álvaro Bautista lo tiene claro: “Yo veía a Doohan, que era mi piloto favorito. Es curioso porque luchaba con Crivillé, pero por su manera de correr y por cómo superó una lesión tan importante a mí me impresionaba mucho y decía: ‘Yo de mayor quiero ser como él”, rememora.
Durante décadas han gobernado pilotos británicos, italianos y estadounidenses
Hoy los ídolos de muchos niños deben ser, necesariamente, españoles. Porque son quienes más ganan. Buen ejemplo de ello es lo ocurrido este fin de semana en el gran premio de Japón: Motegi asistió a un dominio sin precedentes del motociclismo español: tanto el podio de MotoGP como el de Moto2 estuvo copado por pilotos del mismo país: Pedrosa, Lorenzo y Bautista, por un lado; Márquez, Espargaró y Rabat, por el otro. Y en Moto3, donde semejante dominio sí se ha producido en más ocasiones, Maverick Viñales, segundo, completaban el abanico. Era la primera vez que tres españoles llenaban los tres cajones del podio en la categoría reina. Pedrosa y Lorenzo han sido habituales durante todo el curso. Pero Bautista se estrenó en Misano hace unas semanas y ha vuelto a repetir en Motegi.
Su triunfo y el de las promesas que vienen confirma que el Mundial que durante décadas estuvo gobernado por los éxitos de pilotos británicos, estadounidenses e italianos, que sí coparon en múltiples ocasiones un podio de la categoría reina, lo está ahora por los españoles. Desde que Lorenzo, Elías y Márquez culminaran el 2010 con los tres títulos mundiales de MotoGP, Moto2 y 125cc, los éxitos no han hecho más que crecer. “Es increíble dónde estamos. Cuando Crivillé ganó el Mundial, el primero que ganaba un español, pareció imposible. Ahora ganamos carreras con asiduidad y peleamos por los campeonatos”, indica Lorenzo.
Este podio empezó hace muchos años, en las carreras de minimotos”
“A mí no me llama tanto la atención nuestra nacionalidad, sino pensar en cuando tenía unos diez años. Tengo una foto con Bautista, a quien conocí en competiciones de minimotos, éramos así de pequeños —decía Pedrosa indicando una miniatura con sus manos—. Tengo la sensación de que el mundo es muy pequeño porque hoy estamos aquí sentados los tres. Es extraño”, reflexionaba el campeón de la carrera en Motegi. “Este podio empezó hace muchos años. Empezó en las carreras de minimotos, y en el CEV (Campeonato de España de Velocidad). Estás aquí sentado y tienes la sensación de que el mundo no es tan grande, como dice Dani”, añadía Bautista.
La carrera fue muy parecida a la de hace unas semanas en Aragón, con una diferencia importante. En Alcañiz, Lorenzo no se encontró cómodo. Nada que ver con la prueba de este domingo en Motegi, donde el mallorquín exhibió un ritmo excelente durante todo el fin de semana y se mostró decepcionado por el resultado, el mismo que dos semanas atrás: un segundo puesto valiosísimo para el campeonato. No es él quien debe lanzarse al ataque. Ese es el papel que debe jugar Pedrosa.
El de Honda suma cuatro triunfos en los últimos cinco grandes premios. Ayer obligó a desistir a Lorenzo llegado el ecuador de la prueba, pues forzó un poco más la máquina, incrementó su ritmo unas pocas décimas y se volvió prácticamente inalcanzable. Más para un rival que sabe que debe administrar bien su colchón de puntos. Hoy son 28 puntos los que les separan. Y quedan 75 en juego. Lorenzo depende de sí mismo. No necesita ganar. Solo permanecer en el podio. Y de momento le está resultando bastante fácil. “Es una pena que ahora no haya ningún otro piloto capaz de estar con nosotros, porque cada carrera que he ganado Lorenzo ha sido segundo”, se lamentaba Pedrosa. El domingo, en Malasia, se libra la próxima batalla.
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