Pedrosa se supera

Es el mejor Dani Pedrosa de todos los tiempos. Lo dicen los números y lo dice su pilotaje. Las cifras hablan de un Pedrosa que suma ya más puntos que nunca antes en sus siete años en MotoGP, y que ha ganado más carreras que nunca, cinco con la de este domingo en el circuito de Motegi, hogar de la fábrica que le aupó a lo más alto del motociclismo mundial, Honda, y donde ha sumado victorias en todas las categorías, 125cc, 250cc y MotoGP. Ya no es solo ese piloto bajito y enjuto que parecía hacer milagros con tantos caballos de potencia entre las piernas, que deleitaba con sus cambios de dirección o con carreras en solitario en busca de la perfección a cada vuelta. Sigue siendo ese Dani Pedrosa, pero ahora, además, es agresivo en las frenadas, se atreve y gana un cuerpo a cuerpo cuando se lo propone, y no solo resiste un ritmo alto, sino que va arañando décimas al cronómetro hasta que seguirle parece misión imposible y la distancia es insalvable.

La jornada fue una exhibición de poderío del motociclismo español

En este gran premio de Japón Pedrosa salió en segunda posición y persiguió la estela de Jorge Lorenzo, que había bordado un excelente fin de semana y se sentía esta vez sí, capaz de rebatirle el triunfo a su compatriota, no como en Aragón, donde dijo no haber sido capaz de mantener el ritmo del chico nacido en Castellar del Vallés. Rodaron emparejados hasta la vuelta once. Y entonces, justo en el ecuador de la prueba, como si siguiera a rajatabla un plan elaborado con premeditación, Pedrosa aprovechó la maravillosa aceleración de su Honda y adelantó al de Yamaha. Habían estado rodando hasta entonces bien juntitos, cual pareja bien avenida, y con un ritmo muy similar, casi calcando sus tiempos, en la línea de los de los entrenamientos. Entonces, en esa 12ª vuelta, Pedrosa dio apretón y se esforzó por bajar el ritmo. Consiguió correr hasta medio segundo más rápido. Y abrió una ventaja de 1,7 segundos.

Con aquello fue suficiente. No se rindió Lorenzo. Pero le fue imposible perseguir a su rival también esta vez. Tampoco lo necesita. A pesar de haber perdido el duelo se mantiene a 28 puntos en la cabeza del Mundial. Y no necesitará ganar ninguna carrera más, solo no bajarse del podio. Y eso lo lleva haciendo toda la temporada. Lorenzo se sabe fuerte y suficiente. Sobre todo porque, como pasó este domingo en Motegi y ha ocurrido en todas las carreras anteriores, no parece haber demasiados pilotos más capaces de hacerles sombra, salvo, claro está, Stoner, todavía renqueante de su fractura de tobillo, que terminó quinto el día de su regreso tras un par de meses lejos de las pistas.

Bautista celebra con su segundo tercer puesto de la temporada la firma de su contrato con el equipo Honda

La jornada fue una exhibición de poderío a cargo del motociclismo español. No solo porque tres pilotos formados en la cantera catalana, es decir, Márquez, Espargaró y Rabat, volvieron –ya lo hicieron en Indianapolis el año pasado– a copar el podio de Moto2, la categoría intermedia, donde la representación nacional es abrumadora, sino también porque hubo otros tres pilotos españoles en el podio de la categoría reina. Nunca antes había ocurrido en MotoGP, que en Motegi vio a un Álvaro Bautista estelar, con un ritmo altísimo, similar al de los líderes, y batallador, que le ganó un duelo fantástico a un piloto peleón como Crutchlow. Las últimas cuatro vueltas entre ambos solo se vieron descafeinadas porque el británico se quedó sin gasolina precisamente en la última vuelta, eso sí, cuando ya el chico de Toledo le había ganado la posición por el podio. Bautista celebra así con su segundo tercer puesto de la temporada la firma de su contrato con el equipo Honda Gresini–renovación a la baja, todo sea dicho– anunciada un día antes de la carrera tras eternas negociaciones.