El laberinto de la mediapunta
José Mourinho, que ha puesto bajo sospecha a Özil, Modric y Kaká, busca consolidar la línea de creación del Real Madrid
![Diego Torres](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F905d2291-3bc7-4951-9b10-14c4000df79f.png?auth=71540af241da7b2d45e7ccd8aac79de09feb0b15263f9f39b72b24c67ae654b5&width=100&height=100&smart=true)
![Modric, ayer en Valdebebas en el último entrenamiento previo al clásico.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/VBNBGDGAUUKU4VIC4XVM5LSQVM.jpg?auth=a2801e9916762e3bd9094fe5c8acd7e9d05b005e7b2039cc664e988bac9250b1&width=414)
El autobús del Madrid estacionó en el párking elevado del Ámsterdam Arena, el miércoles pasado antes del partido de Champions contra el Ajax, y se fue vaciando. Solo cuando bajaron los futbolistas, los técnicos y los empleados, y la cabina presentó un aspecto desierto, comenzó a moverse algo en el fondo. En el último asiento. Era una gorra de béisbol blanca ceñida entre dos auriculares. Cuando la visera se levantó asomaron dos ojos de camaleón. Mesut Özil lanzó una mirada fría al vacío. Parecía enojado. No tenía prisa por ir a cambiarse porque no estaba entre los titulares.
Probablemente nunca lo digan en una entrevista, ni en una zona mixta, ni en una de esas conferencias de prensa políticamente ajustadas a los requerimientos que les impone el club en su política de comunicación. Pero los jugadores del Madrid, en su mayoría, coinciden: por cualidades naturales, por eso que se llama talento, Özil es el mejor futbolista del equipo. La clase de compañero que querrían tener al lado esta noche en el Camp Nou.
Ahora Mourinho duda de las condiciones de Modric para desempeñar las tareas que le manda
Özil es el mejor pero no lo está pasando bien. A nadie ha afectado tanto el fichaje de Luka Modric como al media punta alemán. El mánager, José Mourinho, solicitó la contratación de Modric en junio y embarcó al Madrid en una negociación con el Tottenham que no se cerró hasta finales de agosto cuando la transacción se fijó entre los 36 y los 45 millones de euros, según los resultados deportivos, la utilización del futbolista y la fluctuación en el precio de la libra. Para justificar el esfuerzo del club, el mánager ha hecho lo que hacen todos los entrenadores: se ha visto en la necesidad de abrir un hueco al recién llegado lo antes posible. Así le dio la titularidad contra el Granada, el Rayo y el Deportivo en Liga. En el último partido alineó a Modric como medio centro, a Khedira como interior izquierda y a Özil como interior derecha en un 4-3-3. El resultado disgustó tanto a Mourinho que en el descanso acabó litigando con varios jugadores que no tenían nada que ver en el asunto, incluyendo Ramos. El miércoles alineó a Kaká.
El mánager se había pasado el verano pidiéndole a Kaká que se buscara un club para encauzar un proyecto que incluía a Modric. Si Kaká jugó un partido estupendo contra el Ajax fue por una razón principal y otra secundaria: la principal es que no quiso irse del Madrid y la secundaria es que ahora Mourinho duda de las condiciones de Modric para desempeñar las tareas que le manda. El partido contra el Dépor fue revelador para el técnico.
A nadie ha afectado tanto el fichaje de Luka Modric como al mediapunta Özil alemán
En la posición habitual de Xabi, por delante de los centrales, a Modric le faltó el despliegue defensivo que el técnico habría querido. “¡Pero qué hace mirando!”, exclamaba Mourinho, nervioso ante la actitud pasiva del croata cuando el rival tenía la pelota. Quienes comparten banquillo con el mánager contaron que no paró de reprobar a su nuevo fichaje. “¿Qué mira?”, gritaba, furioso porque, cuando Modric tenía que presionar, no daba un paso al frente. Tras el 0-1, el mánager puso a Khedira por delante de los centrales y adelantó a Modric como volante ofensivo. Normalmente, quienes juegan en ese puesto a las órdenes de Mourinho deben acompañar las jugadas de ataque y regresar rápido a auxiliar al pivote en defensa. Sometido a una exigencia física mayor que la que le imponía su posición inicial como medio centro, Modric tardó poco en fatigarse. Subía pero no bajaba. Si bajaba, lo hacía sólo para armar las jugadas, no para apretar a los rivales.
El mánager abroncó a Özil y lo sustituyó en el minuto 46. Pero estaba decepcionado, sobre todo, con Modric, al que cambió por Xabi en el minuto 57. Las palabras de Mourinho en Ámsterdam, en donde Modric no pisó la cancha, recordaron a las que dedicaba al malogrado Sahin: “A Modric le falta más tiempo en el Madrid. Más tiempo de entrenamiento, más partidos, más confianza, conocer mejor a sus compañeros, conocer mejor las ideas de su entrenador, el nivel de exigencia de su entrenador… ¡Le faltan muchas cosas!”.
El Madrid de la temporada pasada se caracterizó por un funcionamiento definido a partir de un mediocampo reconocible. Ahora el equipo es más variable, táctica y anímicamente. Mourinho expresa insatisfacción hacia todos sus mediapuntas, sobre todo hacia Özil. El alemán jugó los 90 minutos contra el Valencia y el Getafe. Después, o fue suplente o fue sustituido en el descanso. A sus compañeros, Özil les ha dicho que se siente ahogado. Que hasta ahora Cristiano y Di María, dos favoritos del mánager, habían limitado sus posibilidades a la mediapunta. Y que ahora, en la mediapunta, además de con Kaká, tiene que lidiar con ese fichaje nuevo a quien el mánager busca hueco desesperadamente.
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