Europa no reconoce al Athletic
El equipo de Bielsa sucumbe en Praga (3-1) ante el juego básico del Sparta y compromete su futuro en la Liga Europa
Nada. El Athletic no respira. Se diría que ni se enfada. Fluye por el campo como si tuviera un nuevo entrenador y como si el cambio de clase, de libros y de cuadernos le hubiera pillado en fuera de juego. El Sparta de Praga, un equipo simplemente curioso, aseado en las formas y sudoroso en el esfuerzo, le hizo un roto con poquita agua. Le sirvió un disparo lejano que Iraizoz no vio hasta que lo tuvo a un milímetro de los ojos. Le bastó un centro apresurado, así de esa manera, que cabeceó uno de los tres checos que rodeaban a un solo defensor rojiblanco. O un remate, que eso es la cuota de mala suerte, que golpea en un defensa y confunde al portero.
Eso es lo que hubo. El problema para el Athletic es lo que no hubo. Es decir, ligazón, combinación y, sobre todo, ansia de gol. El Athletic transmite la sensación de que no hay hambre de gol, que la portería está muy lejos. Antes, la temporada pasada, la veía cerca, incluso muy cerca. Ahora es un compendio de vicisitudes. El equipo se asfixia y por eso intenta protegerse. Tiene miedo. El Athletic es un equipo con menos recorrido, menos aún sin Ander Herrera, que ayer se reincorporó en la segunda mitad tras la operación de pubis para levantar el ánimo de la tropa. Todavía no está a tono para tamaña empresa.
SPARTA, 3 - ATHLETIC, 1
Sparta de Praga: Vaclik; Zapotocny, Svejdik, Jarosik, Pamic; Holek, Husbauer; V. Kadlec (Prikryl, m. 87), Matejovsky (Pavelka, m. 78), Krejci (Skalak, m. 71); y Balaj. No utilizados: Cech; Gil, Kaderabek y Grajciar.
Athletic: Iraizoz; Iraola, Gurpegi, Amorebieta, Castillo (Ander Herrera, m. 62); Iturraspe; Susaeta, De Marcos, Muniain, Ibai Gómez (Isma López, m. 58); y Aduriz (Llorente, m. 65). No utilizados: Raúl; Toquero, San José y Ekiza.
Goles: 1-0. M. 25. Zapotocny. 2-0. M. 40. Balaj. 3-0. M. 56. Husbauerm, de penati. 3-1. M. 72. De Marcos.
Árbitro: Manuel de Sousa (Portugal). Amonestó a Matejovsky, Muniain, Ander Herrera y Amorebieta.
15.000 espectadores en el estadio Letna.
El Athletic sobó en la primera mitad el balón como acostumbraba. Le faltó un detalle: que de vez en cuando alguno debe dar un pase adelante, y si es al pie, mejor. Cuando eso no ocurre, las probabilidades del rival se incrementan. Nada mejor que un balón perdido para armar un contragolpe y romper un guion establecido. Antes de la media hora, el Athletic ya había recibido un gol con un disparo lejano que la defensa no interceptó e Iraizoz se encontró en la red. Había mchos defensas en el gol de Zopotocny, pero todos estaban agarrados del larguero de la portería. Nadie salió a parar su tiro y recogieron el balón de dentro con el aturdimiento de la rutina.
El problema del Athletic es que se defiende poco y mal y crea menos. El debate de Llorente aparenta ser absurdo. El Athletic no llega, esté quien esté.
El Athletic podía asumir un gol porque entra en sus planes por su poca fiabilidad defensiva. El segundo, de Balaj, le mató, le dijo que no tenía nada que hacer en Praga, que tampoco era su día. El Athletic corre mucho y crea poco. El tercer gol le hundió, quizás le sacó de la Liga Europa, su competición fetiche, la que le hizo universal. Luego, el gol premió a De Marcos por su sobreesfuerzo natural, el único futbolista que se asoma a ser capaz de parecerse al que fue la temporada pasada. El resto sigue por debajo.
Nada juega en su favor. Conflictos institucionales, deportivos, personales, grabaciones de conversaciones, obras y negociaciones rotas, traspasos indeseables pero inevitables... La única noticia positiva del Athletic desde el verano es que presentará en la asamblea un superávit de 2,5 millones de euros. Pero los superávits no dan puntos, solo tranquilizan al contable y a los socios para que no les suban las cuotas.
En Praga, quizás el Athletic arruinó sus expectativas europeas. Un punto tan solo en dos partidos ante los rivales débiles de su grupo es un mal presagio. Le queda poco recorrido. Nadie fue destacable en Praga. Mala noticia, que significa que el colectivo está renqueante por igual. Nadie se ha quedado atrás. Todos están por detrás de sí mismos. Solo queda la heróica. Pero su problema es que no hay fútbol. La idea permanece, pero la práctica es infantil, básica, menor. El resto del debate sobra.
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