Distrae el Madrid, exige el Benfica

El clásico puede esperar para el Barça, el Benfica no, y no solo por una cuestión de fechas sino porque el equipo portugués requiere la máxima atención, sobre todo por su ambición y capacidad de competir como quedó demostrado el curso pasado contra el Manchester United y el Chelsea. Aunque ha vendido a sus dos medio centros (Javi García y Witsel), no puede contar por sanción con el central Luisao ni por lesión con el ariete Cardozo y tiene dudas significativas como la de Aimar, Jorge Jesús es un técnico que sabe complicar la vida al adversario más cualificado y ahora mismo piensa que le puede amargar el partido al Barcelona como ya hicieron momentáneamente el Spartak de Moscú y el Sevilla.

“Hemos preparado bien el encuentro”, advierte el entrenador del Benfica, colíder de la Liga con el Oporto. “Ya sabemos de la calidad del Barcelona y de su capacidad para tener el balón y hacerte correr de la misma manera que nos hemos dado cuenta de que cuando lo pierde se pueden organizar buenos contragolpes”, agrega. “No es un equipo perfecto”. Y anuncia: “Un punto siempre es bueno porque ayuda a sumar”. Ya empató el Benfica en Glasgow y se sabe que el Barça no ha marcado en sus dos visitas al estadio Da Luz, saldadas con dos 0-0. “Un reto más para estos jugadores”, replica Tito Vilanova. “Ya sabemos que les gustan este tipo de afrentas por su ambición”.

Nunca bajamos los brazos ni nos volvemos locos Mascherano

La recuperación de Puyol, Adriano e Iniesta ayudará a corregir seguramente dos de las disfunciones apreciadas en el Barcelona: le cuesta parar las transiciones del rival y los delanteros no siempre mezclan bien con Messi. Iniesta puede ayudar al 10 por la misma regla de tres que Puyol da más contundencia a la zaga, ya sea con Song o Mascherano. No tener siempre el control del partido ni continuidad en el juego no ha impedido al equipo resolver citas muy complicadas por su determinación, compromiso y complicidad. Al Barça le mueve la energía y sus ganas de ganar, es un equipo más vertical y descarado, irreductible hasta el final.

“Nunca bajamos los brazos ni nos volvemos locos”, asegura Mascherano. “Jamás caímos en la desesperación cuando tuvimos que remontar”, cosa que ya ha sucedido cuatro veces, circunstancia que explica su liderazgo y pleno de puntos en la Liga y la Champions. “Hay situaciones del juego que nos animan a mejorar”, insiste el jefecito. “Un ejemplo: nos convierten ocasiones no muy claras. Hay que minimizar los errores y evitaremos bordear la derrota. Pondremos la alerta”. “He vuelto a ver el partido contra el Sevilla”, recoge Vilanova, “y jugamos muy bien. Nuestro triunfo tiene mucho valor. No vamos a cambiar la forma de jugar por más contras que nos hagan”.

Únicamente la lesión de Thiago, futbolista que ofrece multitud de soluciones en el medio campo, empaña la trayectoria de un Barcelona que viaja con una fe ciega en sus posibilidades.